Por Jaime Rosemberg
- La jornada electoral del domingo, con elecciones en tres distritos
patagónicos, dejaron una sensación agridulce en el gobierno de Alberto
Fernández, que no pudo adjudicarse ninguna victoria.
En medio de la
indiferencia ante la elección en Neuquén (aunque festejaron el Movimiento Evita
y el Frente Grande, aliados del gobernador electo, Rolando Figueroa), hubo sí
una razón de festejo para la vicepresidenta Cristina Kirchner, con el holgado
triunfo y retorno a la gobernación de Río Negro del hoy senador Alberto
Weretilneck, aliado de su bloque en distintas votaciones en la Cámara alta.
“Este paso
histórico recupera el protagonismo para nosotros en la provincia con la
conducción de Alberto [Weretilneck] y quiero agradecer a mi conducción
nacional, Cristina Kirchner, Wado de Pedro y Máximo Kirchner”, señaló el
senador kirchnerista Martín Doñate, eje del acuerdo entre el kirchnerismo y el
ya electo gobernador rionegrino.
Prudentes, en la
Casa Rosada coincidieron en que las elecciones fueron “locales” y que sería
imposible extraer conclusiones nacionales de esos resultados. El jefe de
Gabinete, Agustín Rossi, dijo en declaraciones radiales: “No son resultados
electorales que se puedan extrapolar linealmente a la cuestión nacional. De
hecho, las dos coaliciones más importantes a nivel nacional aparecieron
presentándose en forma dividida, tanto en Río Negro como en Neuquén, en el caso
del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio. Las elecciones tuvieron una
dinámica provincial muy fuerte y las cuestiones que se resolvieron tienen que
ver con lo provincial”.
Habitual vocero
mediático del Presidente, Rossi festejó que “los candidatos apadrinados por
[Javier] Milei, este fenómeno del que se habla en estos días, no aparecieron
con mucha receptividad de votos en ninguna de las dos provincias”.
De todos modos,
Rossi reconoció que hubo “desgaste” en los oficialismos, que perdieron en
Neuquén (el MPN puso fin a seis décadas de poder continuado) y Trelew (el
intendente peronista Adrián Maderna sostiene lazos con La Cámpora y el
dirigente de la CTE, Juan Grabois), mientras que en Río Negro el porcentaje
obtenido por Weretilneck, unos 41 puntos, fue bastante menor al esperado.
Temprano, el Presidente felicitó por Twitter a los dos gobernadores electos y
sostuvo que las elecciones son una celebración de la democracia.
La derrota de
Máximo
Nadie quiso, en los
pasillos de Balcarce 50, opinar sobre la jugada de Máximo Kirchner, acaso el
único dirigente oficialista con peso propio que jugó fuerte en las elecciones
de ayer. “Es importante, Ema, que se den la oportunidad de poder pensar otro
futuro, de poder crear otro lugar”, sostuvo Kirchner en referencia a Coliñir,
que terminó segundo, unas décimas por encima de Gustavo Mac Karthy, hoy
referente de Milei en Chubut.
Despegado de las
derrotas del kirchnerismo, el ministro de Economía, Sergio Massa, saludó por
igual a Figueroa y Weretilneck. “Donde el peronismo fue solo, le fue mal. Se
empieza a notar una tendencia de fin de ciclo, que va desde lo nacional a las
provincias y las intendencias”, reflexionó un alto funcionario, alerta por los
próximos compromisos electorales de mayo, en los que el FDT pondrá en juego
varias gobernaciones.
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