Poe María Julieta
Rumi - El mal dato de inflación de marzo, que fue aún peor de lo que se
esperaba, llevó a distintas consultoras a recalcular sus números para el resto
del año y ya hablan de que se estaría consolidando un piso mensual más elevado
en torno al 6,5%, mientras que, en el acumulado a diciembre, el pronóstico
mínimo sería del 110%.
Por caso, la
consultora Ecolatina dijo que la inflación mensual promedio se aceleró del 5,5%
en el cuarto trimestre del año pasado al 6,8% en los primeros tres meses de
2023, mientras que el IPC Núcleo se mantuvo en marzo por encima del 7% por
segundo mes (7,2%), lo que da cuenta de la persistencia de una elevada inercia
del proceso inflacionario. “Esto refleja que, tras los shocks sufridos en 2022,
la inflación estaría consolidando un piso mensual más elevado”, apuntó.
En particular, para
abril, espera que la inflación no baje del 6,5% por los aumentos en transporte
público en el AMBA ( 6,6% para colectivos y trenes), tarifas de electricidad,
colegios privados ( 3,8%, según el acuerdo), prepagas ( 2,4%), combustibles
( 4% desde el sábado pasado) y servicio doméstico ( 14%).
“El primer
trimestre dejó un piso más elevado de cara al resto del año, cuando seguiremos
viendo una elevada y persistente inflación, aliva mentada por una fuerte
inercia, creciente indexación y acortamiento en los plazos de los contratos,
junto a la falta de anclas: habrá nuevas subas en tarifas de servicios
públicos, un crawling peg que no podrá ralentizarse y paritarias que ejercerán
presión en el año electoral. A eso se le sumará el impacto de las restricciones
a las importaciones sobre la disponibilidad de bienes y el impacto del dólar
agro sobre bienes de la canasta de alimentos”, señaló, y agregó que todo esto
ocurrirá en medio de la incertidumbre que imprimirá la transición electoral,
con potenciales tensiones sobre la brecha y las expectativas de devaluación,
agudizadas por el impacto de la sequía sobre la disponibilidad de divisas y
frente a un programa Precios Justos que poco podrá influir sobre esta dinámica.
En este contexto,
analizó que las expectativas de inflación para 2023 mostrarán un incremento,
consolidando un piso del 110% para el año.
En tanto, para
C&T Asesores Económicos, la inflación de abril se ubicará en un 7% y los
meses subsiguientes podrían rondar entre un 6% y un 7% mensual.
“No la veo bajando
de ese nivel, lamentablemente, por la cantidad de pesos que hay en la economía
y la nueva presión que imprimirá el dólar agro, sobre todo en estos 45 días. Va
a haber una inyección de pesos adicionales, lo que sin duda a jugar
negativamente”, analizó María Castiglioni.
“Obviamente que, en
este contexto, las expectativas de inflación van a aumentar después de lo que
fue el dato de marzo, porque confirman que la inflación sigue acelerándose mes
a mes. Entonces obviamente eso tampoco favorece porque hay muchos precios de la
economía que tienen que ver con servicios, que son no regulados que están
afectados por las expectativas en el corto plazo”, sumó. Para el año, C&T
calcula una inflación en torno al 125%.
Por su parte, EcoGo
pronosticaba un 6,6% de inflación para abril incluso antes de conocerse el dato
de marzo, con lo que el índice tiene un recorrido al alza, según la economista
Milagros Suardi. De acuerdo con esa consultora, en la primera semana del mes la
inflación de alimentos tuvo una variación del 2% sobre la última de marzo y
alcanzaría el 7% mensual en abril.
Para LCG, la
inflación de alimentos ya acumula un 5,5% en las dos primeras semanas de abril
y el mes se ubicará en 6,7%. El acumulado a diciembre estaría entre 115 y 120%.
“La inflación de marzo fue altísima, sin devaluación y sin una corrección
notable de las tarifas. O sea que el tipo de cambio y las tarifas siguen
corriendo por detrás de la inflación, la actividad no está creciendo, los
salarios todavía no se empezaron a ajustar y no se reabrieron paritarias,
entonces no hay motivos que impulsen tanto al alza. La conclusión es que ya es
tan elevada que empieza a tomar una dinámica propia”, afirmó el analista Matías
De Luca.
Frente a esto, dijo
que la única formadeavizorarunsenderodecreciente de los precios es que haya un
cambio de régimen, como se dio tras la hiperinflación de 1989 con la
prohibición de indexar y la convertibilidad, o con una serie de medidas macro
prudenciales que hoy no están. “Si ponen en orden las cuentas fiscales, sobre
todo tarifas, podrían mostrar que el sector público va convergiendo a un nivel
de equilibrio presupuestario sin necesidad de emitir. Vas a una economía más
sana y eso ayuda a bajar un poco la tensión”, concluyó.ß
|