Por Hernán
Cappiello - NEUQUÉN.– Después de 60 años de gobernar ininterrumpidamente la
provincia, el Movimiento Popular Neuquino (MPN) cayó ayer derrotado por una
ajustada diferencia, inferior a los tres puntos, en los comicios que
consagraron ganador al diputado y exvicegobernador Rolando Figueroa, un
dirigente disidente del MPN que en dos años montó una estructura provincial
propia y recibió el apoyo de Pro para la elección.
Figueroa será el
nuevo gobernador a partir del 10 de diciembre y por los próximos cuatro años,
cuando se espera que explote la riqueza de Vaca Muerta, el segundo yacimiento
en el mundo de gas y el cuarto de petróleo no convencional.
Pese a que la
mayoría de los sondeos anticipaban otra victoria más del MPN, los neuquinos
mostraron en las urnas el cansancio frente a un oficialismo que se presentaba
como una realidad permanente, pero no inmune a la crisis económica del país, en
una provincia que por su potencialidad podría ser la locomotora que ponga en
movimiento a la Argentina.
Sin embargo, todo
ese potencial no se refleja en los indicadores sociales de la provincia: el
último informe del Indec ubicó al 38% de los neuquinos sumergidos en la
pobreza.
Con todo, Figueroa
no es un cuerpo extraño al MPN: surgió del partido fundado en 1961 por los
Sapag y fue vicegobernador hasta hace dos años de Omar Gutiérrez. En ese
momento, rompió con la estructura y derrotó al MPN en las elecciones
legislativas de 2021. Para estos comicios montó el frente Comunidad, con
alianzas de alcance provincial y nacional.
Con el 99,2 por ciento
de las mesas escrutadas, Figueroa se impuso anoche al cosechar el 35,6 por
ciento de los votos, contra el 33,1 por ciento de su rival, Marcos Koopmann,
actual vicegobernador de la administración del MPN.
Tanto Gutiérrez
como Figueroa y Koopmann son discípulos de Jorge Sapag, el líder del clan que
por primera vez, desde 1962, vio perder al partido que fundó y lideró durante
más de tres décadas su tío, Felipe Sapag.
Los festejos se
hicieron oír con fuerza en la capital neuquina, donde los autos recorrían el
centro tocando bocina. El reclamo de un cambio se repitió en las calles después
de asomar en las urnas.
Figueroa se
enfrenta ahora ante el desafío de convertirse en el nuevo líder provincial sin
contar con el sello del MPN sobre sus espaldas. El exvicegobernador formó un
frente provincial con ocho listas colectoras y consiguió así el apoyo de Macri,
Rodríguez Larreta y de dirigentes locales del socialismo, el peronismo, la UCR
y hasta el Movimiento Evita.
Rodríguez Larreta y
Macri felicitaron al candidato ganador, que anoche no quiso salir a hablar
hasta que se consolidara la tendencia, con más del 96% de los votos escrutados.
“El resultado de esta elección demostró que la grieta hace mal, hace daño y es
un mensaje a todo el país. Ahora tenemos la responsabilidad de que a los
neuquinos les vaya bien haciendo bien las cosas. Duelen las injusticias, como
que pagamos la energía más cara del país cuando se produce acá al lado de cada
uno”, fueron sus primeras palabras como gobernador electo.
“Se viene un
Neuquén con más universidades, con más educación, con mucho diálogo y mucha
libertad”, agregó, para completar: “Podemos festejar el récord de producción
[en Vaca Muerta] o el récord de ingresos [provinciales], pero queremos festejar
el récord de bienestar”.
Diferencia
indescontable
La dirigencia del
MPN esperó los resultados en la Junta de Gobierno partidaria, en la zona del
bajo de la capital, donde la ciudad decae hacia el río, en una de las zonas
menos favorecidas de la capital. El auditorio Elías Sapag, un local reducido,
sin Internet, donde se apiñaban los periodistas, fue rodeado de militantes
tocando redoblantes, con folklore peronista. Pero por más que la convocatoria
creció al caer la tarde, los números no se revirtieron y a medida que avanzó el
recuento de la Justicia Electoral se escurrieron las esperanzas de un triunfo.
Cerca de las 20.30
y cuando faltaba el 20% de las mesas por escrutar, la diferencia era de 11.000
votos, ya imposibles de remontar. Solo el sindicalista petrolero Guillermo
Pereyra mantenía la esperanza. “Estamos palo a palo, hay que esperar”, decía.
Koopmann nunca llegó al búnker para admitir la derrota.
En la otra punta de
la ciudad, en el alto, en un búnker desbordado de militantes, Figueroa demoró
la llegada mientras se preparaba el escenario para los festejos frente a la
Casa de Gobierno. Fue una respuesta al gobernador, que lo había tildado de
traidor por dejar la lista Azul del MPN y armar su propio frente provincial.
El tercer candidato
más votado fue Ramón Rioseco, del Frente de Todos, hombre fuerte de Cutral-Co.
Obtuvo el 12,6% de los votos. Detrás quedó Carlos Eguía, el periodista de
estilo provocador y postulante de los libertarios de Javier Milei, que alcanzó
el 8% de los votos.
Muy atrás quedó
Pablo Cervi, que compitió con el sello de Juntos por el Cambio Neuquén. Obtuvo
el 3,8% de los votos, casi tantos como los sufragios en blanco, que alcanzaron
al 3,5%. “Vamos a colaborar con un Neuquén mejor”, dijo Cervi, quien se
lamentó: “Teníamos una posibilidad de hacer una mejor elección, pero no fue
posible porque se polarizó”.
Los votos que
esperaba Cervi fueron para Figueroa, a pesar del apoyo de Elisa Carrió, que lo
visitó en San Martín de lo Andes, donde tuvo una buena performance.
La participación fue
del 76% del padrón electoral. En la capital neuquina ganó Mariano Gaido, del
MPN. En Añelo, capital de Vaca Muerta, lo hizo el candidato de Comunidad
Fernando Banderet. |