Por Javier Blanco -
Las liquidaciones de dólar soja y dólar agro, es decir, aquellas que el Banco
Central (BCRA) debe comprar a $300 (39,7% más caro que el resto de las divisas
que pudieran aportar otros exportadores), tomaron finalmente ritmo ayer, en la
cuarta jornada de vigencia del esquema con el que el Gobierno intentará
recomponer las reservas.
Por la “CAM 9” del
Mercado Abierto Electrónico (MAE), la rueda diferencial para tal fin, se
cursaron operaciones por US$573,980 millones, monto que supone algo más del 60%
del total de los US$951,6 millones transados de contado por el mercado oficial
(agregando el Siospel).
Esa mayor afluencia
de divisas generó las condiciones para que el BCRA pudiera recomprar US$332
millones, algo así como el 58% de lo ingresado por allí. Así consiguió la mayor
recuperación de reservas “palpables” por intervenciones sobre el mercado desde
el penúltimo día de vigencia del anterior plan de estímulo a la oferta de
divisas, cuando había adquirido US$540 millones.
“Hoy [por ayer] el
BCRA compró US$574 millones a $300 y vendió aproximadamente US$242 millones en
el MULC. Eso da como resultado una compra neta de US$332 milloSe nes a un
precio promedio de $362,19 por dólar (prorrateando la emisión sobre la compra
neta), pero, a la vez, eleva su pérdida por comprar caro lo que luego vende
barato a $28.533 millones y dispara la emisión monetaria por esta vía hasta los
$128.733 millones”, tradujo con tono didáctico el economista Salvador Vitelli,
de Romano Group.
La abultada
recompra oficial llegó en un momento muy oportuno: cuando las reservas líquidas
del BCRA están marcando nuevos récords negativos y el nerviosismo estaba
invadiendo al mercado, como deja ver la nueva escapada que ensayan todos los
precios libres del dólar, tanto en sus versiones financieras como en la que se
pacta en negro.
Según la
contabilidad del Grupo de Estudios de la Realidad Económica y Social (Geres),
las reservas netas al pasado viernes eran aún positivas en US$2870 millones
(considerando los US$4010 millones en que está valuada su tenencia de oro y de
DEG del FMI, otros US$5297 millones), pero su medición líquida ya era negativa
en US$6437 millones”.
trata de números
que deben considerarse incluso optimistas porque a comienzos de la semana se
disparó un nuevo pago al FMI (realizado con los fondos que el organismo había
girado semanas atrás) que erosionó la tenencia neta total en unos US$1300
millones más.
Además, porque en
la jornada se conoció un nuevo recorte en las estimaciones sobre la nueva
cosecha gruesa, que confirman que el impacto de la sequía resultaría más
devastador que lo originalmente previsto.
“Con la nueva
estimación de la Bolsa de Cereales de Rosario (32 millones de toneladas para el
maíz y 23 millones para la soja) habrá US$18.500 millones menos por caída en
las exportaciones de los tres cultivos. Implica una caída de 4% para el PBI
solo por efecto del agro”, consignó el economista Juan Paolicchi, de Empiria Consultores.
De allí lo positivo
que resulta para el BCRA haber asegurado este ingreso, más allá de las pérdidas
que debe volver a anotar y el costo inflacionario que seguramente traerá al
reactivar un motor de emisión de pesos que venía de funcionar, por el contrario,
como aspiradora de ellos en los últimos meses.
Fue en una rueda en
la que el BCRA aceleró la devaluación oficial del peso, tal vez al haber
constatado que la inercia inflacionaria vuelve a acelerarse. Lo hizo al dejar
que el dólar mayorista aumente $0,44 (cerró a $ 214,68) con lo que –a falta de
una rueda– ya acumula “un alza de $3,46, la suba semanal más alta del año”,
hizo notar el operador Gustavo Quintana, de PR Cambios. “Desde la semana pasada
sube a un ritmo del 6,3% mensual y que fue mayor en algunas ruedas, una
dinámica aún insuficiente y que corre de atrás a la suba de precios”, evalúan
al respecto desde Delphos Investment. ●
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