Por Sofía Diamante
- El Gobierno publicó ayer la lista de productos que podrán acceder a un tipo
de cambio diferencial más alto ($300) y sorprendió por su extensión: incluye a
la mitad del complejo exportador argentino.
Para los analistas,
de concretarse, el impacto de la medida sobre la inflación sería superior al
estimado. Por eso, calculan que el Ministerio de Economía limitará en la
práctica la cantidad de exportadores que podrán acceder a este esquema.
El Gobierno publicó
finalmente ayer el decreto de necesidad y urgencia (DNU) 194/2023, que lista la
cantidad de productos que podrán acceder a un tipo de cambio diferencial más
alto al exportar. La lista sorprendió por su extensión: incluye la mitad del
complejo exportador argentino. De concretarse esta medida, el impacto sobre la
inflación sería más alto de lo estimado previamente, aunque los economistas
también creen que el Ministerio de Economía terminará limitando en la práctica
la cantidad de exportadores que podrán acceder a este esquema.
El ministro de
Economía, Sergio Massa, anunció el miércoles pasado el comienzo de un nuevo
Programa de Incremento Exportador, por el cual se permitirá que los
exportadores de soja accedan a un tipo de cambio de $300 hasta fin de mayo, una
medida que se hará extensiva a otros productos, con un plazo hasta fin de
agosto. El equipo de Massa proyecta que ingresarán US$9000 millones a través de
este programa.
Entre los nuevos
productos que estarán incluidos, según el DNU, figuran animales vivos, carne,
pescados y crustáceos, leche y productos lácteos, huevos, miel natural, plantas
vivas, hortalizas y tubérculos alimenticios, frutas, cítricos, melones y
sandías, café, té, yerba mate, especias, cereales, gluten de trigo, azúcares,
bebidas, líquidos alcohólicos, vinagre, madera, carbón, corcho, seda, lana y
algodón.
En la letra chica
del DNU, sin embargo, Economía estableció varias restricciones. El artículo 8º
dice: “Amplíase, de manera extraordinaria y transitoria, el Programa de
Incremento Exportador creado por el decreto Nº 576 del 4 de septiembre de 2022,
para aquellos sujetos que cumplan los requisitos de elegibilidad establecidos
por la normativa (...), teniendo en cuenta la capacidad de abastecimiento en el
mercado local, el nivel de empleo generado y el cumplimiento de los acuerdos de
precios sectoriales, y que hayan exportado en algún momento de los 18 meses
inmediatos anteriores a la entrada en vigencia de este decreto (...)”.
Estos requisitos
limitarán en la práctica el acceso real al beneficio, según coinciden los
economistas, porque, de lo contrario, proyectan que tendrá un impacto
inflacionario mayor. Esto se debe a que los productores tenderán a aumentar los
precios de sus productos también en el mercado doméstico, y es por eso que el
Gobierno busca contenerlos con un nuevo programa de Precios Justos.
Distorsiones
“En el DNU metieron
la mitad de las exportaciones argentinas, están todos los productos de la
industria alimentaria. Potencialmente, es como si hubieran devaluado. Esto
tiene un impacto para toda la cadena de producción local, como vimos en los
programas anteriores. Por ejemplo, con el dólar soja, hubo un incremento en los
precios de los alimentos balanceados que hay que darles a las vacas y eso
impactó en la cadena de la leche. Pese al acuerdo de precios que impulsó
Economía, se generó una distorsión terrible dentro de la cadena y eso se
trasladó a precios”, dijo Gabriel Caamaño, de Consultora Ledesma.
El analista indicó
que la medida es “una olla a presión” sobre la inflación. “Se generan
distorsiones dentro de la cadena. Por más que quieran ponerle una tapa a la
olla, adentro le meten emisión monetaria y distorsiones. En el mejor de los
casos están los acuerdos de precios, pero no se sostienen en el tiempo. Por eso
estimo que en el DNU pusieron grandes títulos y después van a ir viendo qué se
incluye en el programa. Aun así, el 110% de inflación anual que proyecta el
mercado es el escenario optimista, antes de conocer la letra chica del decreto.
Para nosotros, la inflación tiene un piso de 120% y el PBI va a caer al menos
4%”, agrega Caamaño.
El economista Guido
Lorenzo, de la consultora LCG, coincide en que el nuevo programa tendrá un
impacto distinto a los anteriores, donde solo se incluía la soja. “El tipo de
cambio diferencial se va a extender a los productos de consumo doméstico e
impulsará los precios al alza. Por lo tanto, la inflación mensual puede
promediar el 7% en los próximos meses. No vemos un escenario de inflación
mensual de dos dígitos, pero siempre está atado a lo que pueda suceder en los
mercados financieros”, dijo.
“Es una porción más
grande del índice de precios al consumidor (IPC) de lo que se creía. El
Gobierno priorizó la falta de reservas, que es más urgente que atacar el
problema inflacionario. Es una devaluación, no se puede poner de otra manera.
Sacrifica la inflación por tener algo de aire en reservas y que no se complique
la cuestión cambiaria. Para los que importan no hay devaluación, pero cada vez
tienen más problemas para importar y miran el dólar libre”, agregó Lorenzo.
De la consultora
Equilibra, Lorenzo Sigaut Gravina cree que Economía va a “afinar la lista” de
productos que entran al beneficio. “En principio entran un montón de cosas,
pero después está el filtro de Precios Justos. De lo contrario, se toma mucho
riesgo por pocos dólares. Creemos que el Gobierno aprobará mucho menos en la
práctica, porque, si no, el riesgo de una aceleración inflacionaria va a ser
alto en un contexto ya muy complejo con un piso de 6% mensual”, dijo. |