Por Rafael Mathus Ruiz . WASHINGTON.– Kristalina Georgieva entró con una
sonrisa ancha a su conferencia de prensa en la reunión anual del Fondo
Monetario Internacional (FMI): estaba contenta de ver a los periodistas cara a
cara, en persona, por primera vez desde 2019, al punto que se dejó llevar y
comenzó a saludar con un apretón de manos a quienes estaban sentados en la
primera fila de la sala, un gesto atípico que subrayó el retorno a la
normalidad luego de la virtualidad y las distancias impuestas por la pandemia
del coronavirus.
Ya sentada junto a su vocero, Gerry Rice, Georgieva adoptó una postura
mucho más seria y solemne para hablar de la pila de desafíos que enfrenta la
economía global, hizo hincapié en que los países deben mantener el rumbo del
ajuste para enfrentar la alta inflación global, y al hablar sobre la Argentina,
advirtió sobre la “presión popular” para aumentar el gasto público, y el riesgo
de que termine jugando “en contra de lo que es mejor para la gente”.
“Somos plenamente conscientes de que no solo en la Argentina; en muchos
países hay una presión popular que va en contra de lo que es mejor para la
gente, presión para aumentar el gasto cuando no se puede pagar y cuando
alimenta la inflación”, afirmó Georgieva, al responder una pregunta formulada
por la nacion.
Ya antes de referirse a la Argentina, Georgieva había dicho que los
países no debían “pisar el acelerador” del gasto justo cuando los bancos
centrales estaban subiendo las tasas de interés y ajustando la política
monetaria para combatir la inflación, el principal flagelo global. Después
llegó la referencia explícita para el país cuando se le preguntó cuál era el
mejor escenario que veía para el futuro del programa, y si el Fondo estaba
dispuesto a ser más flexible de lo que ha sido –demasiado flexible, para
algunos– con tal de mantener el programa a flote.
“Nunca pensamos que un programa está grabado en piedra si las
condiciones cambian significativamente. Pero no vamos a ser flexibles contra
los intereses del pueblo argentino”, dijo Georgieva.
“Siempre tenemos que tomar en cuenta sus intereses, asegurándonos que
nuestro programa realmente pueda ayudar a anclar la economía y en el tiempo
darle acceso a los mercados. Hay factores políticos, existen en todos los
países. Obviamente, estaremos siguiendo con mucha atención en el tiempo y
actuaremos acorde”, cerró la funcionaria.
Panorama lúgubre
El panorama que ofreció Georgieva para la economía global estuvo teñido
de las mismas advertencias que se han escuchado desde el inicio de la reunión
anual del Fondo Monetario y el Banco Mundial en Washington, y estuvo anclado en
la necesidad de mantenerse firme en la lucha contra la inflación. En más de una
ocasión, Georgieva buscó reforzar el mismo mensaje: la política fiscal no puede
ir en contra del ajuste en la política monetaria. En otras palabras: los
gobiernos no deberían acelerar el gasto justo cuando los bancos centrales están
intentando controlar el alza del costo de vida.
“cuando la política monetaria pisa el freno, la política fiscal no puede
pisar el acelerador”, graficó Georgieva pidiendo prudencia a los gobiernos para
afrontar el contexto económico global.
El mensaje toca de lleno a la Argentina. El ministro de Economía, Sergio
Massa, aplicó un fuerte ajuste en el gasto público para cumplir con la meta
pautada en el acuerdo con el FMI para alcanzar un déficit primario del 2,5%
para este año, y el Banco central ha comenzado a subir la tasa de interés.
Ese doble torniquete es, de momento, la estrategia principal que el
Gobierno ha puesto en marcha para intentar contener la suba de precios. Pero el
mismo Fondo advirtió en su último análisis sobre la Argentina que el programa
podía llegar a descarrilarse en el camino hacia la elección presidencial,
cuando aumentan las presiones para expandir el gasto público, una herramienta
típica de años electorales para ganar apoyo.
En la delegación de Massa descartan por ahora aplicar un plan de
estabilización más amplio, aunque reconocen que las medidas adoptadas no
alcanzan para producir una baja más sensible de la inflación, y es necesario
reforzar la ofensiva contra el alza del costo de vida.
La situación regional
unas horas después de la conferencia de Georgieva, llegó el turno de
Ilan Goldfajn, director del Departamento del Hemisferio Occidental, quien
presentó el panorama económico regional para América latina.
Al responder preguntas sobre la Argentina, Godlfajn dijo que el Fondo
está mirando qué más puede hacer el Gobierno con el margen político que tiene
en la antesala de una nueva campaña presidencial, sino más bien está enfocando
la energía en que se cumpla lo acordado. Sin mucho margen de acción con la caja
de herramientas con la que cuenta el Gobierno, el Fondo parece apostar de
momento a que el oficialismo al menos logre cumplir con la hoja de ruta
pactada.
“Queremos ver la implementación de lo que está ahí”, señaló Goldfajn.●
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