Por Francisco Jueguen - MAR DEL PLATA.– Los cepos que condicionan la
economía y la aplicación de nuevas reglas con el dólar son temas de
preocupación entre la mayoría de los empresarios, según se desprende de las
intervenciones y las opiniones en voz baja que se escuchan desde el miércoles
en el 58° Coloquio de IDEA, que se celebra en esta ciudad. El encarecimiento
del dólar turista fue definido como “otro parche” en el encuentro empresario,
donde también se enfatizó la “falta de previsibilidad” que genera ese tipo de
medidas. El mantenimiento de “reglas claras” que incentiven la inversión fue
una de las principales demandas que plantearon los hombres de negocios.
Entre las preocupaciones centrales del sector empresario se destacan la
escalada inflacionaria, la excesiva presión tributaria y el alto costo que
implica para las compañías la litigiosidad laboral. En este último punto puso
el acento el director de IDEA y presidente de HSBC Argentina, Juan Marotta,
quien destacó, además, que hace diez años que está estancado el empleo privado
en la Argentina. Otros hombres de negocios definieron como “una situación
asfixiante” la presión impositiva.
El eje del Coloquio pasa, este año, por la búsqueda de consensos y de
diálogo para potenciar el crecimiento. Hubo malestar, sin embargo, por la
ausencia de ministros del gobierno nacional y de figuras relevantes del
oficialismo, aunque anoche se confirmó que el Coloquio será cerrado hoy por el
presidente Alberto Fernández.
MAR DEL PLATA.– Cierta desazón fue palpable ayer en los tumultuosos
pasillos del Sheraton. Entre los organizadores del 58° Coloquio de IDEA
contaban que algunos hombres de la política decidieron no asistir a último
momento. El gobernador chaqueño y hombre cercano a Cristina Kirchner, Jorge
Capitanich, era uno. Estaba confirmado y se bajó. Se mencionaron otros. Eso
generó una sensación de vacío oficial, pese a que el massismo mandó a José
Ignacio de Mendiguren, mientras que Sergio Massa hizo acto de presencia en
video. De todos modos, anoche, fuentes del Gobierno y de la organización
dijeron que el presidente Alberto Fernández cerrará hoy el encuentro.
Uno de los pocos que lo dijeron en voz alta fue Claudio Belocopitt. “Me
hubiera gustado que estuvieran otros ministros”, se lamentó el dueño de Swiss
Medical. El ruido generado en los pasillos por los crujidos todavía presentes
en el Frente de Todos y la radicalización política contrastaba con la visión
institucional de IDEA de combatir la grieta y pedir consensos.
Esos consensos son los sueños de los petroleros. “Ha habido una política
de Estado en el desarrollo de Vaca Muerta”, confió en el escenario Marcos
Bulgheroni, presidente de PAE. Es el afán del Grupo Techint, que probablemente
vive su mejor momento con la actual gestión. No con la de Alberto Fernández,
sino la que ejecuta La Cámpora. En los pasillos del Sheraton todos se
encargaron de ensalzar al joven Agustín Gerez, presidente de Ieasa y hombre de
Cristina Kirchner. Es quien destraba los obstáculos oficiales que sufren otras
empresas para que el gasoducto Néstor Kirchner vea la luz el 20 de junio de
2023. “Será un ahorro de divisas de US$2900 millones”, prometen en el grupo.
Esa cuenta no suma todavía a la compresión del gas. Si ese proyecto sale bien,
creen en la empresa, podría ser el primero de muchos más.
“La política energética tiene que ser una política de Estado”, afirmó
Bulgheroni en su panel para que no quedaran dudas y mencionó los ya conocidos
cuellos de botella que el gasoducto NK viene a apaciguar en medio de un viento
de frente, con una economía global en recesión, un conflictoarmado que empuja
el precio de la energía y la sequía de la Niña.
El ahorro de dólares tiene una contracara o varias. Para los
industriales, el nacimiento del dólar Qatar, por caso, es necesario para
“priorizar” las divisas para la producción en medio de la emergencia que viven
las reservas. Para el empresariado, en general, es una medida coyuntural que
sigue alimentando la incertidumbre. Para la oposición presente en Mar del
Plata, es parte de un plan del cristinismo: patear el problema y que el costo
de las medidas de fondo las pague el que sigue. En Juntos por el Cambio están
seguro de que serán ellos. Todos sí coinciden en que los tipos de cambio
diferenciales son nada más que parches en un escenario que seguirá sumando
cepos.
“Son medidas coyunturales”, aseguró sobre el dólar Qatar un importante
CEO de una empresa, muy preocupado porque su nombre no se conociera. Luego
agregó que “la devaluación, por sí sola, no soluciona el problema”. Es la forma
de decir que lo que se requiere es un plan de estabilización; un plan de fondo
que los empresarios todavía no ven claro en el horizonte y que muchos creen que
no llegará a ver la luz durante el tiempo que le queda al Gobierno.
“Son todos parches”, cuestionó Dante Sica en los pasillos del Sheraton
mientras disfrutaba del cóctel del primer día del encuentro empresario. El
exministro de Producción trabaja con Patricia Bullrich hace tiempo. “Todo para
no devaluar y dejarnos el quilombo a los que vienen”, dijo el economista. Por
las dudas, aclaró: “Que somos nosotros”.
Con Sica, Luciano Laspina y el tributarista César Litvin, Bullrich está
trabajando en una plataforma económica. El especialista en impuestos, sentado
en una de las mesas principales del evento, contó que buscan recrear el
consenso fiscal 2017, con baja de impuestos distorsivos (Ingresos Brutos), una
alícuota de 25% para ganancias corporativas y el pedido a intendentes de tasas
municipales que sean acordes a la contraprestación brindada a los ciudadanos.
Es lo contrario al consenso fiscal promulgado la semana pasada por el Gobierno.
Grieta impositiva.
“Massa está haciendo lo que tiene que hacer. Hay cosas que no se pueden
hacer a un año de las elecciones. ¿Alcanza? De ninguna manera. Pero hay que
evitar un daño mayor. Hay que llegar a la elección, y entonces el nuevo
gobierno vendrá a plantearle a la sociedad las medidas de fondo que la
Argentina necesita”, dijo Belocopitt, que coincidió con la versión de Sica. Hay
que llegar. Para que no quedaran dudas, el empresario dijo que el país está en
“terapia intensiva”.
Camino a la estanflación
Mientras la estanflación asoma en el horizonte, los industriales temen
por el Día de la Lealtad. En esa fecha icónica para el peronismo, la nueva SIRA
(permiso de importación) verá la luz en reemplazo del SIMI. “Hay mucha
expectativa y una incertidumbre muy grande”, afirmó Carolina Castro, voz de
referencia en la UIA. “Esperemos que el nuevo sistema venga a ordenar, como
prometieron, y que no sea demasiado burocrático”, dijo la autopartista. La
industria teme que sea un nuevo apagón importador. A su lado, un importante
empresario le soplaba: “Hoy no entra una SIMI”.
La recesión en el segundo semestre parece inevitable. Lo dicen por lo
bajo en el Ministerio de Economía, tanto por esos faltantes como también por la
inflación, que sigue muy alta. “Va a ser muy difícil desindexar esto”, dijo
Miguel Blanco, hombre del Foro de Convergencia, que se atrevió a revivir a Juan
Vital Sourrouille. Claro que 1985 está de moda, en el cine, pero parece que
también en la economía. Para Blanco, algo como el desagio del Plan Austral será
necesario.
En tanto, el FMI alerta por la inflación y Massa apura el ajuste,
todavía sin medidas de fondo muy claras. “Ordenando”, dicen cerca del ministro,
que promete otra secuencia de su plan para 2023. Habrá que ver si logra sortear
la crispación que detonó el Frente de Todos con Martín Guzmán al mando de la
economía.ß |