Jueves 6 - Por Daniel
Sticco - La desaceleración que desde el comienzo del segundo semestre comenzó a
acusar la actividad económica agregada por las restricciones
vigentes para el pago de importaciones de todo tipo no
llegó a afectar la generación de empleos registrados, tanto asalariados como en
condición de trabajador independiente.
“La última información disponible, tanto de la Encuesta de Indicadores
Laborales (EIL) como del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA),
muestra -en términos generales- la continuidad, en de julio y agosto, del
proceso de mejora del empleo que se inició entre fines de 2020 y
principios de 2021″, informó la cartera laboral.
En el caso particular de julio, el comunicado de prensa del Ministerio
de Trabajo, dio cuenta de que el empleo asalariado registrado en el sector
privado continuó su tendencia positiva, acumuló tres meses con aumento
intermensual positivo, y consolidó un proceso de 19 meses de crecimiento
sostenido del trabajo formal”.
La estadística sumó 6,16 millones de trabajadores en relación de
dependencia en empresas privadas: 37.574 más que en junio y 283.817 por
arriba del pobre nivel de un año atrás cuando la actividad en general aun
arrastraba los efectos contractivos derivados de las medidas preventivas de la
crisis sanitaria. Se trata de sendos incrementos de 0,6% y 4,8% en el mes y
año, muy inferiores al que siguió el PBI, aunque alineado a la relación
histórica entre esos indicadores.
Además, a partir de las medidas de
austeridad en la contención del gasto y empleo en el sector público, en julio se
observó mayor reactivación de los puestos asalariados privados que en el
conjunto de la administración de gobierno (nacional, provincial y municipal),
tanto en cantidad de personas, como en la variación porcentual.
Justamente, en el ámbito del sector público las incorporaciones netas de
personal en relación de dependencia se desaceleró notablemente respecto a meses
previos, fue de 0,2% -la tercera parte que en el sector privado-, agregó 6.743
personas.
De todas formas, aún se
advierte en las empresas particulares para recuperar el pico de empleo
asalariado que registraron en los primeros meses de 2018, cuando
declararon poco más de 6,3 millones de trabajadores, pese a que el crecimiento
de la población desde entonces fue del 5 por ciento.
De ahí que no sorprende que una vez más la franja más expansiva del
mercado de trabajo registrado en términos relativos fuera la de los
monotributistas únicos (es su única fuente de ingreso) con un crecimiento
de 1,9%, puesto que en cantidad sumaron 35.124 personas, se elevó a 1,86
millones.
Así, “en julio de 2022 se contabilizan 10,02 millones de personas con
empleo asalariado registrado (incluyendo al sector privado, el sector público y
el trabajo en casas particulares) y 2,76 millones de personas con trabajo
independiente (monotributistas y autónomos)”, sintetizó el informe de la
cartera laboral.
La evolución del empleo MInisterio de Trabajo
Por rama de actividad el séptimo mes del año presentó
un crecimiento generalizado del empleo, ya que las variaciones fueron positivas
en 11 de los 14 sectores diferenciados. Sobresalieron: Hoteles y restaurantes
2,4%, Construcción 1,3%, Explotación de minas y canteras 0,9%, Comercio y
talleres de reparaciones de automotores 0,7%, y Actividades inmobiliarias,
empresariales y de alquiler 0,6%. La Industria manufacturera y los Servicios
comunitarios, sociales y personales crecieron 0,5%, en cada caso, respecto del
mes previo.
A nivel regional, también se observó el predominio de variaciones
positivas respecto del mes previo sin estacionalidad 21 en alza y 3 en baja. Se
destacaron Catamarca 2,1%, Formosa 1,7%, Misiones 1,5%, La Pampa 1,5%, Salta
1,2%, Chaco 1,2%, y Neuquén, Santiago del Estero y Río Negro con 1,1% en cada
caso.
Expectativas y saldo acumulado
Las expectativas de las empresas respecto a la contratación de personal
para los próximos tres meses siguen siendo positivas, acumulando, también, 19
meses consecutivos con esta tendencia.
Sin embargo, el balance del mercado de trabajo formal desde el inicio de
la presidencia de Alberto Fernández mantiene un claro saldo negativo, cuando se
advierte claramente un aumento de la precariedad laboral de la estructura
del empleo: la rama más expansiva fue la de los monotributistas únicos: sumó
238.195 trabajadores, 7,3% en el el período de 32 meses; le siguieron los
asalariados en el conjunto del sector público con la incorporación neta de
158.335 personas, subió 4,9%; el tercer lugar lo ocuparon los Monotributistas
Social (deben cumplir con una contraprestación ocupacional para recibir
asistencia monetaria del Estado), se incrementaron en 143.958 personas (5,2%),
y en cuarto término los ocupados en relación de dependencia en el ámbito
privado con el agregado de 126.707 personas, apenas 2,1% más.
Por el contrario, acumulan saldo negativo la nómina de los
empleados en casas particulares, con una baja neta de 24.866 trabajadores -se
contrajo 5%-; y la de los autónomos con mayores ingresos que los
Monotributistas, disminuyó en 12.146 personas (3 por ciento). |