Por Rafael Mathus Ruiz - WASHINGTON.– Mientras el ministro de Economía,
Sergio Massa, saltaba de reunión en reunión en Washington para luego viajar a
Houston, “los chicos”, como el jefe del Palacio de Hacienda suele referirse a
su equipo, avanzaban ayer para cerrar la misión con el Fondo Monetario
Internacional (FMI), de la que depende un giro por casi US$4000 millones
previsto para este mes.
Al final del día, y tras su charla en la Cámara de Comercio de EE.UU.,
Massa tuvo su primer contacto directo en el Fondo, donde vio a la numero dos
del organismo, Gita Gopinath. El FMI no confirmó el encuentro.
Fuentes oficiales indicaron que después de haber terminado el trabajo
técnico ayer, las discusiones continuarán este fin de semana y el próximo lunes
para terminar de cerrar la segunda revisión del programa y asegurar el
cumplimiento de la meta del 2,5% de déficit fiscal, primario este año.
Esa meta, la más importante del programa argentino, se ha convertido en
un mantra de la delegación argentina que viajó a Washington. Massa ha dicho
cada vez que pudo que su intención es cumplir con ese objetivo, ya sea en sus
reuniones privadas o en sus encuentros con altos funcionarios del gobierno de
Joe Biden en el Departamento del Tesoro y la Casa Blanca.
Por el momento, fuentes cercanas a las negociaciones rechazaron la
necesidad de que el Gobierno vaya a pedir una intervención política del
gobierno de Biden para encarrilar el programa argentino en el Fondo, aunque
tampoco se descartó. Primero, indicaron, “tenés que tener despejada la parte
técnica”, que “viene bien”.
Aunque la meta del déficit fiscal es vista como el pilar central del
programa, el objetivo que aparece hoy por hoy mucho más complicado de alcanzar
es sumarles casi 6000 millones de dólares a las reservas netas del Banco
Central a fin de año.
En el Gobierno creen que el nuevo acuerdo con el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID), que permitió elevar los fondos de libre disponibilidad para
la Argentina a 1200 millones de dólares para este año, mejoró las perspectivas
de cumplir con el acuerdo. A eso se suman otros 900 millones de dólares que ya
se habían comprometido con el Banco Mundial y que también deberán llegar este
año, y 725 millones de dólares adicionales del BID que, primero, requieren que
se termine un trabajo técnico y político para ser aprobados.
Massa y el presidente del BID, Mauricio Claver-Carone, “acordaron
priorizar y optimizar el programa de préstamos” del banco a la Argentina para
este año para “maximizar el apoyo a las necesidades de liquidez” del país, dijo
el BID en un comunicado.
Fuentes de la delegación argentina llegaron incluso a decir que el giro
en la relación con el BID y ClaverCarone, quien espera el resultado de la
investigación a la que fue sometido por un supuesto escándalo ético que puso en
riesgo su presidencia, es un game changer, o que cambia el panorama de la
carrera para cumplir con el programa con el Fondo.
Para reafirmar el compromiso oficial con los parámetros del acuerdo con
el Fondo, el Gobierno hará viajar a la exministra de Economía y actual
presidenta del Banco Nación, Silvina Batakis, para sumarla al cierre de las
negociaciones con el Fondo. El objetivo es mostrar una continuidad y, al mismo
tiempo, dejar en claro que el compromiso que ofrecieron los antecesores de
Massa con el “2,5 por ciento” es un pilar incólume que sobrevive a los cambios
en el quinto piso del Palacio de Hacienda.
Con todo, las discusiones con el organismo sobre los puntos más
sensibles de un acuerdo suelen estirarse hasta el último minuto. En abril de
2019, el gobierno de Mauricio Macri se montó en una tensa discusión con el
Fondo por la política cambiaria que se forzó al límite y se terminó de cerrar
por teléfono ya cuando Nicolás Dujovne y Guido Sandleris, por entonces los dos
timoneles del programa económico de Macri, habían regresado a la Argentina.
El gobierno de Joe Biden sigue con atención los avances con el Fondo. El
Departamento de Estado dijo que funcionarios hablaron con Massa sobre “el plan
de la Argentina para solidificar sus compromisos con el FMI”, además de las
posibilidades para aumentar la cooperación bilateral en energía y seguridad
alimentaria. |