Por Francisco Jueguen - “Con esto, hay músculo para aguantar”. En el
Ministerio de Economía creen que, con el acuerdo con las cerealeras para sumar
US$5000 millones este mes, podrá postergarse una devaluación. Es casi un
homenaje al “muro” que, por ese mismo monto, fijó Federico Sturzenegger a
mediados de mayo de 2018 para frenar el salto del dólar en medio de un contexto
de desarme de deuda. Tal escenario se dio antes del cierre del stand-by firmado
con el FMI, que no suele aconsejar que las cosas tengan precios divergentes o
–para el caso del dólar– tipos de cambios diferenciales. Sergio Massa viaja a
encontrarse con Kristalina Georgieva.
El “plan primavera” del Gobierno es una apuesta fuerte, sobretodo desde
lo ideológico, dentro del Frente de Todos, donde desde las bases hasta el
Presidente identificaron a los productores como “especuladores”. Sin embargo,
no modifica los incentivos que produce la brecha cambiaria. La gran mayoría de
exportadores venden lo menos posible a la espera de un dólar más alto, mientras
los importadores buscan comprar todo lo posible. En el medio, algunos se
enriquecen gracias al subsidio del bien más demandado de la Argentisin que no
es la energía, sino el dólar oficial. Habrá que ver si Georgieva e Ilan
Goldfajn dan luz verde para que ese círculo vicioso se reproduzca.
El dólar soja –por el que los productores cobrarán $200– vence el 30 de
septiembre, el mismo día que la comunicación A 7532 del Banco Central (BCRA),
que acotó el pago de importaciones para una parte relevante de las empresas.
¿Cuál será el escenario el 1º de octubre? Con esos tiempos, es imposible para
los actores económicos planificar.
La jugada de Sergio Massa no parece ser –por ahora– la normalización
sistemática de la macroeconomía, sino la parcelación de esta para evitar el
incendio: pone el foco en sectores –agro, minería, energía y economía del
conocimiento– que pueden traer dólares rápido para eludir el salto cambiario,
algo que muchos en el mercado consideran inevitable. “Así postergan [una
devaluación] un mes, por lo menos. Irán viendo”, comentó un economista.
En la oposición creen que los US$5000 millones llegarán. Lo habitual
para este mes, estimaron, serían US$2000 millones. Llegarán US$3000 millones
más, pero son anticipos de octubre y noviembre. La AFIP recaudará $200.000
millones extras por retenciones (0,2% del PBI) sobre un precio superior. El
mecanismo que ideó Massa es original( viene de la Bolsa de Rosario). Crea un
tipo de cambio diferencial para la soja la necesidad de cambiar la Carta
Orgánica del BCRA ni modificar la ley que regula el mercado único de cambios.
La diferencia entre el dólar oficial y el “sojero” la paga el Tesoro con una
letra intransferible en dólares a la entidad que dirige Miguel Pesce. Se logra
un efecto de “retenciones 0%”, pero sin costo fiscal en el presente. La mayor
recaudación mejora la foto para cumplir el sendero fiscal con el Fondo.
Pero hay costos asociados. Se daña aún más el patrimonio del BCRA y
crecerá la emisión monetaria en un momento de altísima inflación. “Son solo
21.000 CUIT que centralmente van a concentrar [esos pesos] en inversión de
insumos, contratistas y alquileres; el resto lo guardan en la cuenta
chacarera”, creen en Economía. Sin embargo, el propio Massa deslizó en
conferencia de prensa que el BCRA podría tomar más medidas. ¿Suba de tasas?
Otro de los riesgos asociados al plan de Massa es la llamada la
devaluación sectorial en cuotas. Quienes no tengan beneficios para exportar
seguirán reteniendo; los pocos que sí apurarán medidas, pero solo en la ventana
de tiempo designada. Crecerá cada vez más el lobby sobre el BCRA y sobre Germán
Cervantes –el hombre SIMI– para conseguir importar. “Van a tratar de evitar la
devaluación; va a haber un enchastre de tipos de cambio sectoriales”, dijo otro
economista. Ya hay secna, tores pidiendo un dólar a medida. Ayer fue el caso
del “dólar Malbec”.
Tanto las automotrices como los electrónicos celebran la previsibilidad
que prometió Massa, pero reconocen que, en la nueva planificación, recibirán
menos dólares. Incluso, la Afarte preguntó si los celulares volverían al Ahora
12. En el Gobierno volvieron a negarse a financiar en pesos un producto que se vende
de a millones, pero que se fabrica con piezas importadas. Coherencia: es lo
mismo que hizo el BCRA con los pasajes al exterior.
Massa viaja a EE.UU. con la idea deque deberían aprobar se las metas de
segundo trimestre, lo que implica un desembolso de casi US$4000 millones. Cerca
del ministro creen que el ingreso de dólares de la soja puede ser “un plafón”
para evitar el retoque de las metas del tercer trimestre, cuyas “prospectivas”
se debatirán. Massa también buscará “normalizar” créditos con el BID y con el
Banco Mundial. “Habrá varios anuncios de inversiones en la economía real”,
prometen sobre el viaje a Washington y Houston.
Massa buscará agrandar el músculo cambiario. Anteayer lo dejó claro:la
infla ció n–EcoGo ya proyecta un 6,3% en septiembre– es un problema de tres
patas: cambiaria, monetaria y fiscal. nada dijo de “formadores de precios” o
“especuladores”, imaginarios enemigos de la “guerra contra la inflación” de
Alberto Fernández. |