Por Mariano Spezzapria - Un
hombre se acercó a Cristina Kirchner cuando llegaba anoche a su casa
y le apuntó con un arma a la cabeza a muy pocos centímetros de distancia. La
vicepresidenta advirtió la situación y alcanzó a agacharse levemente en una
reacción defensiva. Mientras tanto, su custodia, integrada por efectivos de la
Policía Federal, detuvo al portador del arma. Toda la secuencia quedó grabada
en imágenes de video que documentan el instante en el que se produjo el ataque.
Fuentes judiciales confirmaron anoche que el arma
que portaba el detenido es real. Se trata de una Bersa .32 que, según voceros
de la Policía Federal, estaba en condiciones de ser disparada, aunque ahora
debe ser sometida a peritajes. El presidente Alberto Fernández, en un mensaje
por cadena nacional emitido a la medianoche, afirmó que el arma estaba cargada
con cinco balas y que el portador llegó a gatillar, aunque el disparo no salió.
Fernández decretó para hoy un feriado nacional “para que el pueblo se
manifieste en paz en defensa de la vida”.
El detenido, según confirmaron en la Justicia, es
un ciudadano de nacionalidad brasileña de 35 años, residente en la Argentina.
Tendría antecedentes policiales por delitos de menor cuantía.
El hecho provocó anoche conmoción en todo el país.
El arco político en su conjunto repudió el ataque y exigió una exhaustiva
investigación. El Gobierno lo definió como un intento de magnicidio “promovido
–según el Presidente– por los discursos del odio”. En el Senado, la oposición
se solidarizó con la vicepresidenta.
Un hombre de 35 años de nacionalidad brasileña fue
detenido anoche luego de acercarse peligrosamente a la vicepresidenta Cristina
Kirchner con una pistola y gatillarle en la cabeza, en la entrada de su
departamento en Recoleta, entremezclado con militantes kirchneristas. El
traumático episodio fue calificado de “extrema gravedad institucional” por el
Gobierno.
El agresor, identificado como Fernando Andrés Sabag
Montiel, residente en la ciudad de Buenos Aires, fue rápidamente detenido por
la custodia de la vicepresidenta, que integran oficiales de la Policía Federal.
Según pudo saber la nacion, el atacante tenía en su poder una pistola Bersa
calibre 32 y llegó a gatillar, pero no salió ningún disparo, confirmaron
fuentes judiciales y policiales.
Tras comunicarse de urgencia con Cristina Kirchner,
el presidente Alberto Fernández utilizó a la medianoche la cadena nacional para
calificar de “extrema gravedad institucional” el ataque contra la
vicepresidenta y condenar un supuesto “discurso de odio” que atribuyó a sectores
de la Justicia, la oposición y los medios de comunicación.
“Cristina está con vida porque, por alguna razón,
el arma que tenía cinco balas no se disparó”, sostuvo en tono dramático el
Presidente.
En un discurso grabado en la quinta de Olivos,
Fernández también decretó que este viernes será “feriado nacional”, con el
objetivo de que los argentinos puedan “expresarse en defensa de la vida y de la
democracia”.
La investigación del hecho, que conmocionó a la
dirigencia oficialista y también a la oposición, quedó a cargo de la jueza
porteña María Eugenia Capuchetti. En tanto, minutos después de la detención se
formó un cordón para asegurar el trabajo de la policía científica.
El cargador lleno
Entre los primeros detalles de las pericias que
trascendieron anoche, las fuentes consultadas aseguraron que el arma tenía el
cargador lleno y que no había ninguna bala en la recámara. Las imágenes de la
TV mostraron que la pistola estuvo a pocos centímetros del rostro de la
vicepresidenta, que se agachó y luego se tocó la cabeza, pero no resultó
herida.
Los cargadores de este tipo de armas tienen -como
mínimo- capacidad para siete proyectiles. La pistola fue secuestrada por la
Policía Federal “a escasos metros del lugar”, mientras el atacante era
detenido, esposado y sentado dentro de un patrullero en las inmediaciones de la
esquina de Juncal y Uruguay.
Seguridad vulnerada
El hecho de que el atacante llegara a ubicarse tan
cerca de la vicepresidenta y que estuviera en condiciones de disparar sin que
los efectivos de la custodia atinaran a impedirlo, abrió interrogantes sobre la
seguridad de la titular del Senado, en momentos en que se encuentra en el
centro de la escena política y rodeada frecuentemente de manifestantes y
adherentes.
De hecho, el kirchnerismo montó en los últimos días
una suerte de “seguridad militante” en torno a la vicepresidenta, especialmente
en la vereda de la calle Juncal por donde ingresa a su departamento, luego de
los incidentes del último sábado, cuando la policía porteña se enfrentó con
militantes kirchneristas que voltearon vallas en las inmediaciones del lugar.
En medio de un estupor generalizado, referentes del
oficialismo y la oposición condenaron el episodio. En el Frente de Todos
señalaron que se trató de un “intento de magnicidio o asesinato” y apuntaron
contra “el odio de ellos”, señalando a la oposición, la Justicia y los medios.
Por su parte, los opositores se solidarizaron con la vicepresidenta y llamaron
investigar lo sucedido.
En el Senado hubo un espontáneo encuentro
interpartidario, luego de la sesión en la que –previamente– se habían
enfrentado en duros términos los bloques del oficialismo y de Juntos por el
Cambio, la principal coalición opositora, en torno al operativo montado por el
gobierno porteño en Recoleta y al pedido de condena a 12 años de prisión para
la vicepresidenta que hizo el fiscal Diego Luciani en el juicio de la causa
Vialidad.
El clima político argentino se enrareció en los
últimos días, cuando la propia vicepresidenta denunció que estaba siendo
víctima de una persecución judicial que tenía por objeto –según afirmó-
proscribirla de la competencia electoral de 2023. Y amplió: “Este no es un
juicio contra Cristina, es un juicio contra el peronismo”.
A partir de esa definición se sucedieron
declaraciones de apoyo de distintos sectores del oficialismo hacia la
vicepresidenta. Y también la convocatoria a un acto para mañana en Merlo, al
oeste del conurbano, en el que Cristina iba a ser la oradora de cierre de un
congreso del PJ bonaerense, que finalmente fue suspendido anoche, según informó
la fuerza que lidera Máximo Kirchner en un comunicado.
A su vez, la CGT anticipó que evaluará la
posibilidad de convocar a un paro nacional, mientras que las organizaciones
sociales oficialistas llamaron a marchar hacia el domicilio de la
vicepresidenta.
El detenido, Fernando Andrés Sabag Montiel, nació
en Brasil y es vecino de Villa del Parque. Tenía antecedentes: el 17 de marzo
de 2021 lo detuvieron a bordo de un automóvil Chevrolet sin patente. Y cuando
lo obligaron a bajar, se le cayó un cuchillo de 35 centímetros.ß |