Por Ricardo Carpena - Tras un áspero debate, con momentos de mucha
tensión, los líderes del PRO decidieron dar por cerrada la polémica por
las críticas de Patricia Bullrich al operativo del gobierno porteño ante el
departamento de Cristina Kirchner. En concreto, se resolvió que todos
bajarán el tono de las declaraciones sobre el tema, aunque ni la jefa del
partido ni Horacio Rodríguez Larreta cedieron en sus posturas y quedó la
impresión de que se llegó a una tregua muy frágil.
Ese tema fue el único discutido en el almuerzo realizado en un
restaurante de la Costanera, que se extendió durante unas dos horas y media, y
durante el cual Mauricio Macri casi no medió para pacificar el debate
entre Larreta y Bullrich, que de manera encendida redoblaron sus
posiciones el jefe de Gobierno justificó el dispositivo de
seguridad realizado en Recoleta y advirtió que las críticas como las realizadas
desde su espacio político “dañan al conjunto” de la
oposición, mientras que la titular del PRO afirmó que seguiría opinando
sobre los temas que preocupan a los argentinos porque “el kirchnerismo
promete que vendrán tiempos peores”.
Algunos de los presentes destacaron que nunca habían visto tan
enojado a Rodríguez Larreta, quien consideró grave que se
atacara las decisiones que toma en medio de la ofensiva de Cristina Kirchner.
Recibió el respaldo explícito, entre otros de dos dirigentes hoy
alineados con Macri como María Eugenia Vidal y Cristian
Ritondo. El jefe de Gobierno llegó a calificar la actitud de Bullrich
de “oportunismo electoral”, mientras que la titular del PRO le
recordó que ella sostiene lo mismo desde 2016 frente a los piquetes y el
mantenimiento del orden público en la Ciudad.
Patricia Bullrich justificó sus críticas al operativo porteño ante del
departamento de Cristina Kirchner
Bullrich defendió su posición con el argumento de que le
habían pedido en la tarde del sábado su apoyo al operativo de la Ciudad, pero
que después el gobierno porteño “cambió de opinión y decidió
negociar” con el kirchnerismo. Larreta reivindicó la potestad de
“tomar decisiones de gobierno” y aseguró que la posición que mantuvo había
sido “firme en todo momento”.
En el fuerte cruce, mientras Larreta la acusaba de criticarlo en
beneficio de su propio proyecto presidencial, Bullrich le dijo que él también
hacía está en plena campaña para 2023.
Lo más sugestivo que sucedió en la comida fue que allí se reveló
que en la reunión del sábado entre miembros de los gobiernos nacional y
porteño, el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, amenazó
que “si meten presa a Cristina, vamos a incendiar todo”, y se le reprochó
a Jorge Macri, ministro de Gobierno de la Ciudad y uno de los
participantes de ese encuentro, que no lo haya difundido. El primo del ex
presidente dijo que se trató de bajarle los decibeles al
enfrentamiento.
Horacio Rodríguez Larreta defendió el operativo de seguridad del sábado
en el barrio de Recoleta
Bullrich cuestionó su silencio sobre esos dichos de De Pedro y
destacó que ella hubiera denunciado al ministro del Interior apenas terminada
la reunión en la que efectuó esa amenaza.
Mauricio Macri trató en todo momento de acompañar las posiciones
de Larreta y de Bullrich, casi sin tomar partido por ninguno, aunque
dejó en claro que el PRO debe rechazar claramente la ocupación del espacio
público como hizo el kirchnerismo el sábado pasado en el barrio de
Recoleta.
Del almuerzo participaron, además de Mauricio Macri, Larreta, Bullrich,
Jorge Macri, Vidal y Ritondo, los dirigentes Diego Santilli, Humberto
Schiavoni, Federico Angelini, Laura Rodríguez Machado y Fernando de Andreis.
Diego Santilli y Cristian Ritondo, tras el almuerzo, hablaron con los
periodistas
Al salir del restaurante, Bullrich estuvo lejos de moderar su
actitud: “La sociedad debe ser protegida y no se puede vivir en la anomia,
en un país sin ley, y en ese sentido hemos mantenido la posición”, señaló.
Y agregó: “A partir de ahora hemos decidido dar por cerrado este
hecho y hemos decidido también que cuando el gobierno de la Ciudad toma
decisiones, previas consultas a todos nosotros, respecto al apoyo que
necesita, debe mantener la posición tomada y, en caso contrario, el gobierno
de la Ciudad debe no preguntar y de esa manera tener la decisión y hacerse
cargo y, en consecuencia, será su decisión y no la de todos”.
La sensación que dejó el almuerzo fue que allí se alcanzó una
tregua forzada y muy frágil entre Rodríguez Larreta y Bullrich, que puede
romperse en cualquier momento y que, para colmo, no tiene a Macri con voluntad
manifiesta de convertirse en un mediador.
El jefe de Gobierno se fue de la Costanera hacia el Centro Cultural
Recoleta, donde se reunirá con los miembros de la mesa porteña de Juntos por el
Cambio: allí sí seguramente tendrá el respaldo que espera ante el
operativo de seguridad en la Recoleta. Un respaldo que no surgió
explícitamente de sus colegas del PRO, un partido cada vez más dividido en la
carrera hacia 2023. |