Inflación y reservas: cuáles son los objetivos urgentes de Massa para
apuntalar su "mini plan" económico
Por Claudio Zlotnik - Sergio Massa ya sabe que la suerte de
este mes ya está jugada; se lo advirtieron
sus propios colaboradores: la inflación de agosto cierra por
encima del 6% y
con el rubro de los alimentos por encima del resto. A una semana para el final,
las principales consultoras económicas también coincidían con ese diagnóstico.
La apuesta pasa por revertir la tendencia en septiembre. El
ministro de Economía se juega a que la inflación del próximo mes empiece
con "5".
No va a ser fácil que se le cumpla el deseo: por la fuerte suba de las
tarifas de luz y gas, que empezará a regir para millones de usuarios, algunas
de las consultoras económicas más importantes ya pronostican una inflación por
encima del 6%. Otra vez. Eco Go, dirigida por Marina dal Poggetto, prevé un
6,2%.
Massa cree que es clave ver una inflación para abajo a partir
del mes que viene. La hipótesis es que se trata del dato que serviría para
ordenar la economía, ya de cara a las elecciones del próximo año.
Para lograr el objetivo de una desaceleración inflacionaria, el titular
del Palacio de Hacienda está convencido de que eso sólo se
logrará si entran dólares al Banco Central.
Sería la tercera etapa del mini plan que se puso en marcha hace algunas
semanas. El próximo sábado, Massa cumplirá su primer mes al frente de Economía.
Las tres patas del "mini plan
Massa"
Apenas asumió, Massa se enfocó en dos puntos: la política
monetaria y el frente fiscal.
En dos semanas aplicó, a través del Banco Central, una suba de las tasas
de interés de 20 puntos. El costo del dinero quedó positivo en relación a la
inflación por primera vez en la presidencia de Alberto Fernández.
Una señal de lo que puede suceder en las próximas semanas en caso de que
la inflación no se desacelere como pretende el ministro de Economía.
La segunda
cuestión fue la parte fiscal. El ajuste se puso formalmente en
marcha hace una
semana. El lunes pasado, en el Boletín Oficial,
aparecieron publicadas las restricciones que Massa planeó para el gasto
público.
Ambos anuncios -junto al ordenamiento de la deuda en pesos, que fue
realizada la semana anterior- fueron claves para entender la mejora en los
precios de los activos financieros argentinos, que sufrieron un brutal castigo
desde comienzos de año.
Sin embargo, ni en el Gobierno y mucho menos en el sector privado creen
que la situación está encaminada.
Dólar: la clave está en las reservas
Sin que las
reservas del Banco Central vuelvan a crecer, no hay ninguna chance de
éxito para este mini plan de estabilización, de corto plazo.
El objetivo de Massa de mostrar una desaceleración
inflacionaria sólo puede cumplirse en el caso de que vuelvan a crecer las
reservas. Que los dólares aparezcan.
Por eso mismo, el equipo económico cerró la semana con negociaciones con
el sector agroexportador con el objetivo de llegar a un acuerdo que sirva
para acelerar las liquidaciones de divisas en el Banco Central.
La idea que tomaba forma incluía la creación de un
"certificado" que equivaldría al 30% de las liquidaciones, que el
Estado les otorgaría a los productores que vendan su producción. Ese
"certificado" se lo darían los productores a los exportadores,
quienes a su vez se lo pasarían al Gobierno para pagar las retenciones.
Esta medida, así planteada, acarrearía un costo fiscal muy importante.
La idea sería abrir una ventana de unas pocas semanas, durante las cuales
-entonces- las retenciones bajarían notablemente. A cambio, el Banco
Central captaría los dólares que ahora no puede.
El proyecto era el más audaz que se analizaba -junto a otros, como una
mejora del denominado "dólar soja"- para acelerar las liquidaciones
de la cosecha.
Inflación: la necesidad de atacar a los
precios
Como ya publicó iProfesional, en el equipo económico circula un
dato que puso en alerta máxima a
Sergio Massa: la inflación de los alimentos le ganó al resto de los rubros
de la economía durante la primera parte de agosto. Se trata de un registro
parcial, pero que da cuenta de la dinámica muy preocupante que estaría
tomando el proceso inflacionario.
De acuerdo a esos monitoreos -de "alta frecuencia"- que
permiten avisar la evolución de los precios prácticamente en tiempo real, los
alimentos mostrarían un alza promedio por encima del 7% en este mes de agosto.
Una dinámica que política como socialmente luce como urgente por
revertir.
Durante el mes de julio, la suba de los alimentos había sido del 6%, por
detrás del promedio del 7,4%. En el comienzo de agosto, esa relación se dio
vuelta, lo que provocó la preocupación en las filas oficiales.
La urgente convocatoria a las empresas líderes de la alimentación se
vinculó con ese registro. A los ejecutivos les prometieron que no habrá un
congelamiento de precios, al estilo de lo sucedido durante el pandémico 2020.
Pero se empezó a negociar un acuerdo que evite una espiralización.
La clave para las próximas semanas, entonces, es que aparezcan esos
dólares y nadie se quede sin insumos para producir. Sin dólares para las
compras en el exterior, la presión sobre los precios se intensifica. Un impacto
que es transversal a todos los sectores de la economía.
Y que se diluya la expectativa de una devaluación brusca en el corto
plazo y de manera intempestiva. |