“La propia Cristina no quiere el indulto; yo creo que es una rémora de
la monarquía”, dijo anoche el presidente Alberto Fernández para descartar esa
alternativa que, desde usinas del propio Gobierno, se había planteado ante la
posible condena a la vicepresidenta por los hechos de corrupción que se le
imputan en la causa Vialidad. Fernández, que concurrió anoche al programa A dos
voces, de TN, descalificó la actuación del fiscal Diego Luciani en ese juicio y
se sumó al ataque de Cristina Kirchner contra toda la Justicia Federal, a la
que le imputó arbitrariedad, falta de independencia y afán persecutorio. A la
tarde, Fernández había emitido un documento junto a los presidentes de Bolivia,
México y Colombia, en el que afirman que la causa contra Cristina Kirchner
“busca anularla en la vida pública, política y electoral”. El Presidente avaló
el llamado a marchas callejeras en defensa de la vicepresidenta. El presidente Alberto Fernández descartó ayer indultar a Cristina
Kirchner frente a las denuncias por corrupción en la obra pública y atacó
fuertemente el pedido de condena contra la vicepresidenta del fiscal Diego
Luciani. “La que no quiere el indulto es Cristina”, aseveró anoche el Presidente,
frente a los pedidos que surgían desde el propio kirchnerismo y que luego
fueron desactivados por el Instituto Patria y la propia vicepresidenta. “Para CFK ni indulto ni amnistía: Justicia”, retuiteó ayer la
vicepresidenta, a partir de un mensaje del senador Oscar Parrilli. El Presidente, en una entrevista con el programa A dos voces, del canal
TN, volvió a descalificar el instrumento del indulto, al calificarlo de “una
rémora de la monarquía”. Fernández emprendió una fuerte descalificación de la acusación del
fiscal, que dijo que tenía una “debilidad jurídica asombrosa” y le atribuyó “un
sinfín de disparates”. También hizo una controversial comparación entre Luciani y el fiscal
Alberto Nisman, que murió de un disparo luego de denunciar a Cristina Kirchner
por el pacto con Irán (ver aparte). En sintonía con los argumentos de la vicepresidenta, Fernández evitó
negar los actos de corrupción, pero los cargó exclusivamente sobre la espalda
de José López, quien fue durante 12 años el secretario de Obras Públicas de los
gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. “Cristina es una mujer honesta”, dijo el Presidente. Y aseguró que la
vicepresidenta “expresó su decepción con José López”, como si las maniobras
corruptas hubieran sido exclusividad del secretario. “Un presidente está muy
alejado de una licitación pública”, argumentó. A la vez, para Fernández, la maniobra de alquilarle sus hoteles a Lázaro
Báez, al mismo tiempo que lo beneficiaban con obras públicas, solo podría
objetarse “éticamente”, y negó que fuera un delito. Cuando le consultaron sobre
la relación comercial que los Kirchner mantuvieron con Báez, el Presidente dijo
que “ese es un vínculo que venía de antes”, pese a que los contratos entre el
empresario patagónico con el matrimonio presidencial y su hijo se iniciaron
después de 2003. También buscó culpar a “los medios” de formar parte del
supuesto ataque contra Cristina Kirchner. Desde temprano, Alberto Fernández dio muestras de su escalada contra la
Justicia y su acercamiento a Cristina Kirchner al difundir un mensaje, firmado
junto a otros tres mandatarios latinoamericanos, donde expresó que el juicio
contra Cristina Kirchner por corrupción tiene por objeto “apartarla de la vida
pública”. La portavoz Gabriela Cerruti primero y el jefe del Estado después
difundieron el texto rubricado por los presidentes Andrés Manuel López Obrador
(México), Gustavo Petro (Colombia) y Luis Arce (Bolivia). Allí dice que el
proceso judicial de la causa Vialidad es una “persecución” y que tiene por
objetivo apartar de la vida pública, política y electoral a la vicepresidenta. En una efímera conferencia desde la Casa Rosada, Cerruti leyó el texto.
“Las personas firmantes manifestamos nuestro más absoluto rechazo ante la
injustificable persecución judicial que viene sufriendo la actual
vicepresidenta de la República Argentina, Cristina Fernández de Kirchner”,
comienza el escrito.
El mismo comunicado compartido minutos después por el Presidente en su
cuenta de Twitter se agrega que existe un “acoso” sobre la expresidenta
mediante un señalamiento de sus “adversarios políticos, titulares
periodísticos” e “irregularidades judiciales que vulneran el debido proceso y
las garantías legales”, pese a que la vicepresidenta recurrió a todos los
recursos legales disponibles. |