Por Fernando Bertello - Los exportadores de granos y subproductos
reclaman que los cambios que realizará el Gobierno en los plazos de la
liquidación de las divisas generadas con mercadería que provino de importaciones
temporarias, como en soja, no afecten la operatoria de las plantas. Rechazan
que eventualmente haya que cumplir con pre autorizaciones para el ingreso del
producto.
Según trascendió, el Gobierno –necesitado de dólares– modificará el
régimen de admisión temporal para que la liquidación de las divisas que
vinieron por exportaciones tras usar esta herramienta baje de 360 a 120 días.
Se trata de una entre otras medidas en carpeta, como el pase de 34 posiciones
arancelarias de licencia automática (LA) a licencia no automática (LNA).
La industria aceitera importa soja de la región para procesar cuando
falta mercadería, para apuntar a una mejora en la calidad o para algún otro
requerimiento puntual. Es un régimen intra-Mercosur que no tiene derecho de
importación. De acuerdo con la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en los
primeros seis meses del año se importaron con ese esquema 2,12 millones de
toneladas (Mt), en su mayor parte de Paraguay. Es una cifra por debajo de las
2,95 millones de toneladas de igual lapso de 2021. Influyó la menor producción
regional por la sequía. Para las compras a Paraguay se destinaron US$1406
millones, una cifra inferior a los US$1595 millones del mismo período del año
pasado.
“Los plazos no son un problema, pero no debe haber preautorizaciones,
porque eso pone en riesgo la industrialización y la exportación y, por lo
tanto, miles de puestos de empleo. Plantearemos esto a las autoridades esta
semana”, dijo Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria
Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC). “Desde Ciara
consideramos que el Estado debe controlar el correcto uso de la admisión
temporaria; todas las fábricas están abiertas para recibir nuevas inspecciones.
El camino es el control y no la restricción”, agregó.
En este contexto, el presidente de Ciara-CEC luego remarcó: “Los plazos
de 360 días [actuales] son para todo tipo de admisión temporaria incluyendo la
soja para industrializar y exportar. La industria puede adaptarse a plazos
menores, pero no es factible seguir exportando si no hay autorizaciones
automáticas. El Estado tiene amplias facultades de control de la admisión
temporaria en soja y puede amplificarla cuando quiera”.
En la Bolsa rosarina destacaron que el régimen de importación en el caso
del complejo de la soja “está lejos de ser un factor de presión de la balanza
de pagos argentina”.
“La importación de soja tiene por fin la industrialización y exportación
hacia los diversos mercados externos que abastece la Argentina”, agregaron en
la entidad.
Más allá de la iniciativa del Gobierno por acelerar los plazos de
liquidación de divisas para quienes utilizan el sistema, según señaló la BCR en
un reciente informe, en el caso de la soja, la importación está en niveles
mínimos en cinco años. En rigor, el volumen más alto se dio en 2019, con 3,54
millones de toneladas importadas.
La soja llega en su mayoría de Paraguay, pero también de Brasil, Uruguay
y, según los años –como en 2019–, de Estados Unidos. En lo que va de 2022, la
menor importación estuvo asociada a los problemas por la sequía en Paraguay.
“La producción de soja en Paraguay cayó más de un 57%, pasando de 9,9 Mt
a 4,2 Mt producidas en la campaña actual. Consecuentemente, las importaciones
desde nuestro vecino del norte cayeron casi un 55%, pasando de 2,74 Mt en el
primer semestre del año 2021 a 1,24 Mt en el mismo semestre del 2022. La soja
proveniente de Brasil también mostró una merma del 13%, totalizando 0,17 Mt en
el primer semestre del año”, indicó la BCR en su reporte. Hubo una suerte de compensación
con Uruguay, pero no alcanzó.
“Parte de la caída importadora fue compensada con soja de Uruguay. Hasta
ahora, nuestro vecino oriental había exportado soja a Argentina sólo en 2017.
En la primera mitad de este año, Uruguay exportó 0,53 Mt de soja a la
Argentina, cerca de un cuarto de su cosecha 2021/22, compensando parte de la
fuerte merma de importaciones paraguayas”, añadió el reporte.
Los exportadores necesitan que se aceleren las ventas de soja por parte
de los productores argentinos, que vienen atrasadas. Ayer, la Secretaría de
Agricultura de la Nación marcó una ralentización de las ventas semanales de
soja 2021/2022 al reportar operaciones entre el 11 y el 17 del actual por
256.400 toneladas, un 54,68% menos que las 565.800 toneladas comercializadas
entre el 4 y el 10 de agosto. Ahora, el volumen total negociado ascendió hasta
las 22.385.800 toneladas de la oleaginosa, un 19,74% por debajo de las
27.893.100 toneladas adquiridas entre la industria y la exportación a igual
momento de 2021. Cabe recordar que la actual cosecha fue de 44 millones de
toneladas, según la estimación oficial, un 4,35% menor que la producción del
ciclo 2020/2021, de 46 millones de toneladas. |