Por Francisco Jueguen - Gabriel Rubinstein, el nuevo viceministro de
Economía, es un viejo conocido de Sergio Massa. El exfuncionario del Banco
Central (BCRA) y actual consultor privado conoció a Massa en reuniones que el
líder del Frente Renovador hacía con economistas en 2014. Había llegado allí de
la mano de Roberto Lavagna.
Con Leonardo Madcur, actual jefe de Gabinete de Asesores, Marco Lavagna
en el equipo (es director del Indec, pero además participa de reuniones que
exceden su función) y Rubinstein a bordo, Massa logra que retener un poco del
espíritu del equipo que sacó de la crisis de fin de siglo al país a pesar de la
escasez de figuras como Miguel Peirano, Martín Redrado o Martín Rapetti. Son,
con Marina Dal Poggetto, Diego Bossio o incluso Emmanuel Álvarez Agis, algunos
que habían sido tanteados.
Por otra parte, el ministro logra un triunfo con su nombramiento en
medio del limbo en el que había quedado la designación del viceministro luego
de las durísimas críticas que Rubinstein había efectuado al Gobierno.
¿Por qué Massa eligió a Rubinstein? En el quinto piso del Ministerio de
Economía son escuetos, pero contundentes al rescatar su “solidez técnica”.
Aseguran, dados sus cuestionamientos y los pedidos de medidas específicas que
había hecho Rubinstein para torcer el rumbo, que las directivas serán del
ministro. No habrá jugadores independientes. El viceministro “modeliza” las
directivas del ministro y el presidente Alberto Fernández decidirá, según
aclaran cerca del despacho de Massa. No sería muy prudente sacar de esa comunidad
decisoria a la vicepresidenta Cristina Kirchner y su hombre de confianza, Axel
Kicillof.
Una curiosidad: la foto que se conoció ayer a través de un tuit de Massa
es de dos semanas atrás en las oficinas que el líder del Frente Renovador tiene
sobre la Avenida del Libertador, lo que da indicios de que Rubinstein ya era el
elegido desde entonces. Las causas de esa demora son una incógnita, pese a los
dichos oficiales sobre “temas familiares” y “responsabilidades contractuales”.
En Economía aseguran que desde hoy ya estará trabajando en el quinto piso del
ministerio. No hay precisiones sobre los técnicos que lo acompañarán.
¿Qué le pedirá Massa? Por lo menos, sus directivas hoy se inclinan hacia
la generación de orden fiscal, estabilidad macroeconómica y acumulación de
reservas. Son todos parte del “debe” en el oficialismo.
Rubinstein era un crítico del actual sendero, que ahora le tocará
cambiar con esas limitaciones políticas y económicas. “Los anuncios de control
de caja (cuenta única) y congelamiento de vacantes en organismos
descentralizados, posible aumento de recaudación por revalúo inmobiliario y
subas de tarifas de gas y luz no alcanzan para convencer de que habrá menos
emisión monetaria por el déficit y continuidad del acuerdo con el FMI”, había señalado
días atrás en declaraciones a la revista Noticias.
Tiempo atrás dijo que estaba a favor de un desdoblamiento cambiario,
algo que actualmente ni el BCRA ni Economía avalan; tampoco la devaluación,
pese a que los productores siguen sin vender granos. El viernes pasado,
Economía sumó US$750 millones gracias a un acuerdo con la CAF, pero a pesar de
las nuevas notas del BCRA y del dólar soja –pocos bancos lo ofrecen– se demoran
los refuerzos de las reservas que prometió el ministro. La suba de tasas actúa
lentamente. Massa estuvo el viernes a las 21 con los técnicos de Agricultura
analizando posibilidades. Luego siguió debatiendo, empanadas mediante, con su
equipo.
“Se necesitaría una hoja de ruta mucho más certera sobre las cuentas
fiscales, desde ahora hasta fines de 2023”, dijo Rubinstein. Se trata de un
plan sobre el que los economistas privados actualmente suman dudas y esperan
detalles. Justamente, en estos últimos días, en el Palacio de Hacienda
trabajaban en una decisión administrativa que reeembolsa a Economía los
excedentes de crédito presupuestario de las jurisdicciones para que nadie gaste
de más. El equipo de Massa estaba terminando la semana pasada el trabajo de
programación con las provincias, sobre todo con aquellas que tienen plazos
fijos y deuda con el gobierno federal. Ya el jefe de Economía había indicado a
los ministros que no se gastaría más de lo previsto en el decreto de
presupuesto 2022, lo que implica una licuación del gasto real.
El martes se anunciaron los cambios en la segmentación de tarifas de luz
y gas, que generarían ahorros por $47.000 millones durante lo que queda del
año. En un año completo, el ahorro, sería de $500.000 millones, un 0,5% del
PBI.
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