Por Nicolás Balinotti - Cuando Sergio Massa asumió la semana pasada al
frente de la gestión económica del Gobierno enumeró una serie de lineamientos,
entre ellos, la recomposición de los salarios ante una inflación desbocada.
Mencionó la necesidad de explorar alternativas para que los salarios no
pierdan contra la suba de los precios y dijo que citaría para hoy a las cúpulas
de la Unión Industrial Argentina (UIA) y la CGT para avanzar en la discusión.
Ninguna de las entidades había recibido hasta ayer una convocatoria oficial.
En lo que se anticipaba como el primer encuentro tripartito de su
gestión, Massa estuvo volcado a asuntos energéticos con el gobernador de
Neuquén, Omar Gutiérrez, y diputados y empresarios con inversiones en esa
provincia. El encuentro con los empresarios y gremios no figuró en su agenda, a
pesar de que él mismo había adelantado que el encuentro sería ayer. Tampoco hay
precisiones de fecha y contenido del acuerdo de precios y salarios por 60 días
que lanzó el Presidente, el martes pasado, desde un atril en un acto en Lomas
de Zamora.
“No solo que no hubo una convocatoria, sino que alinear precios y
salarios requiere de un proceso complejo. Está todo aún muy complejo por la
corrida del dólar y el impacto de la falta de insumos en algunos sectores”,
dijo a la nacion un jerárquico de la UIA.
La única reunión oficial que tiene por ahora la entidad fabril con un
miembro del equipo de Massa está pautada para el jueves próximo, con Mercedes
Marcó del Pont, secretaria de Asuntos Estratégicos.
En la CGT tampoco fueron notificados. E independientemente de con qué
interlocutor se hable es cada vez más palpable el malestar sindical por la
falta de precisión de los anuncios de Massa y por el retraso de un decreto
presidencial prometido por Alberto Fernández para crear un Fondo Nacional para
la Cobertura de Prestaciones Básicas a favor de las Personas con Discapacidad,
que se constituiría con recursos provenientes del Tesoro de la nación y que
significaría un ahorro de unos $35.000 millones anuales para las obras sociales
sindicales, según calculan especialistas.
La mayoría de los gremios quiere que los aumentos salariales se diriman
en paritarias, como sucede habitualmente, y se resisten a la idea de Cristina
Kirchner de otorgar una suma fija. Lo rechazan porque lo perciben como un
paliativo homeopático, que sirve en lo inmediato pero que no impacta en la base
salarial.
Héctor Daer, uno de los tres jefes de la CGT, le hizo saber al ministro
de Economía que un aumento por decreto alteraría las paritarias. Una mirada
similar tiene Daniel Funes de Rioja, titular de la UIA.
En medio de este debate, un asesor económico de Massa sugirió otorgar un
bono por decreto que oscile entre los 20.000 y 30.000 pesos, y congelar las
paritarias por un tiempo.
La propuesta, a la que los gremios se la atribuyen a Emanuel Álvarez
Agis, sigue en evaluación, según comentaron fuentes oficiales a la nacion. No
estaría de acuerdo tampoco con un aumento de esas características el ministro
de Trabajo, Claudio Moroni, que defendió en reuniones privadas el ámbito
paritario, además de sostener que un bono por decreto podría dinamizar aún más
la inflación.
Marcha y advertencias
Después de escenificar un respaldo absoluto a Massa, la CGT comenzó a
tomar distancia con advertencias. “Nadie se va a quedar dormido cuando falten
20 puntos del poder adquisitivo de los salarios”, dijo hoy a la nacion un
dirigente sindical de peso que negoció paritarias en torno al 60% anual y
pulsea ahora por una revisión para estirar la suba hasta por lo menos el 80%,
en línea con los nuevos acuerdos que se sellaron la semana pasada.
Con la disputa salarial y la defensa de la caja de sus obras sociales,
los sindicalistas de las diferentes tribus ratificaron la movilización de
protesta del miércoles próximo. Desde el Vaticano, tras un breve apretón de
manos con el papa Francisco, Pablo Moyano apuntó solo contra los empresarios
por la suba de los precios. Daer se diferenció y dijo que será “para llamar a
la responsabilidad de todos los actores políticos”.
En tanto que el barrionuevista Carlos Acuña, el otro integrante del
triunvirato de mando, hace un incómodo equilibrio por su alineamiento con
Massa. Comenzaron a circular versiones de que su minúscula tropa podría no
participar de la marcha que él mismo convocó. • |