Por Francisco Jueguen - La renuncia de Martín Guzmán y el interinato de
Silvina Batakis, que derivaron en una disparada de los dólares libres y en un
aumento de la incertidumbre, impulsaron la inflación de julio, que cerró en un
7,4%.
Así, en julio no solo se alcanzó el índice de precios más alto del año,
sino que se trata de la variación mensual más importante desde abril de 2002
(10,4%). Incluso la Venezuela de Nicolás Maduro registró en ese mes un avance
inferior (5,3%).
En lo que va del año, la suba de precios acumuló un 46,2%. En doce
meses, según informó el Indec, la suba de precios llegó a 71%, el peor número
desde enero de 1992.
Para los analistas privados, conocido el dato del mes pasado, la
inflación anual podría rozar el 100% o incluso superarlo. Varios estimaron
además que este mes tendrá un piso de 6%.
El rubro que más subió fue el de recreación y cultura (13,2%), ligado a
las vacaciones de invierno. Detrás vinieron: equipamiento y mantenimiento del
hogar (10,3%); restaurantes y hoteles (9,8%), y prendas de vestir y calzado
(8,5%). Para los analistas, el trabajo del ministro de Economía, Sergio Massa,
es complejo. Si bien celebraron la suba de las tasas de interés, aseguran que
falta información sobre su programa fiscal.
Es un símbolo del descalabro macroeconómico que profundizó el Gobierno y
también de la reconfiguración de poder en el Frente de Todos en arrolladores 40
días que terminaron entronizando a Sergio Massa como nuevo ministro de
Economía. Tras la renuncia de Martín Guzmán y la asunción de Silvina Batakis, y
luego de la disparada de los dólares libres y la imposibilidad de fijar precios
por la incertidumbre, la inflación marcó en julio un furioso 7,4%, el pico
mensual más alto –hasta ahora– en el año.
Se trata del peor dato mensual desde abril de 2002 (10,4%) y de la marca
interanual más elevada desde enero de 1992. La inflación mensual de la
Argentina estuvo por encima de la que se registró en la Venezuela de Nicolás
Maduro (5,3%). En solo un mes, el avance de los precios supera las medidas anuales
que actualmente generan alarma alrededor del planeta.
El aumento de los precios acumula un 46,2% en siete meses y 71% en doce.
Para algunos privados, como FIEL, la inflación superaría en diciembre el 100%
en el año. Los sensibles precios de los alimentos mostraron un incremento de 6%
en el mes, mientras que la inflación núcleo –que elimina precios regulados y
estacionales– fue de 7,3%.
El rubro que más subió fue el de recreación y cultura (13,2%), ligado a
las vacaciones de invierno. Detrás vinieron: equipamiento y mantenimiento del
hogar (10,3%), restaurante y hoteles (9,8%) y prendas de vestir y calzado
(8.5%). Las fuertes presiones llegaron por estacionalidad, por rubros que
recuperan tras la pandemia y la ampliación de la brecha.
Los diez mejores pronosticadores del Relevamiento de Expectativas del
Mercado (REM) esperaban una inflación de 7,7% para el mes pasado, el mismo
número que había registrado el índice de inflación de la ciudad de Buenos
Aires. Para fin de este año, esperan un avance de 94,7%. De confirmarse, sería
el peor dato en tres décadas. Ese récord negativo lo tiene hasta el momento el
53,8% con el que cerró Mauricio Macri su mandato en 2019, que sería ampliamente
superado.
Antes de que el Indec diera a conocer el índice de precios al consumidor
(IPC), el Banco Central (BCRA) buscó dar una señal contundente al mercado.
Resolvió otro aumento de 9,5 puntos que ya aprovechaban desde ayer los bancos
que les compren letras de liquidez (Leliq). Además, desde hoy, los plazos fijos
minoristas quedarían con un piso del 70% anual. Para los analistas privados era
una buena señal, pero aún insuficiente: faltan detalles sobre el plan fiscal
del Ministerio de Economía. Básicamente, cómo se cumplirá la meta de 2,5% del
PBI sellada con el Fondo Monetario Internacional (FMI). “Se harán todas las
correcciones que sean necesarias”, dijo Massa, sin mayores precisiones, en su
presentación.
Cerca de Massa ya habían dejado trascender que “la inflación va a ser un
shock para el Gobierno”, hablando específicamente sobre los datos de julio,
pero también sobre este mes, que tendría un piso de 6%. Para el ministro de
Economía, el foco será el fiscal, pero también –como Guzmán– hablará de dar una
respuesta “integral” al problema.
Massa suele mirar con buenos ojos el plan que implementó Shimon Peres
para Israel en 1984, con rasgos ortodoxos y heterodoxos. Allí había suba de
tasas, recortes de gastos, acuerdos políticos y económicos para desindexar,
controles de precios temporales y un tipo de cambio fijo luego de un 20% de
devaluación de la moneda de ese país. Hoy se descarta una devaluación.
La Argentina, en crecimiento
“Estamos haciendo los esfuerzos que correspondan para resolver el
problema inflacionario y convocando a todos y todas los involucrados a que
ayuden a resolver el problema”, dijo Alberto Fernández ayer en un acto en la
localidad de Villa Ángela, en Chaco. “La Argentina está creciendo. Debemos
resolver ese problema como sociedad para que el crecimiento sea justo,
equitativo y todos vivamos más tranquilos”, afirmó el Presidente.
“Vimos los abusos de aquellos que importaban al dólar oficial y en la
góndola nos ponen el precio que quieren, el paralelo, especulando”, dijo
anteayer el flamante secretario de Comercio, Matías Tombolini. “A ellos no los
vamos a perseguir, se van a venir a sentar solos porque les vamos a tocar la
fibra que más les duele, que es el bolsillo; vamos a generar las alternativas
que necesitamos para que los precios sean los precios justos”, amenazó, y
prometió –una vez más– relanzar Precios Cuidados.
“Es un número en línea con lo esperado, un nivel alto y que muestra que
la inflación difícilmente se desacelere en el segundo semestre”, afirmó a la
nacion Guido Lorenzo, director de la consultora LCG.
“Puede ser que haya habido un efecto negativo por la inestabilidad que
provocó la salida de Guzmán, pero en el fondo acá hay problemas fundamentales.
Básicamente, un excedente de liquidez y la percepción de poco compromiso por
parte del gabinete económico en materia de desinflación”, agregó.
“En ese sentido es que el BCRA se movió a una postura más agresiva en
materia de tasas de interés. Creemos, de todas formas, que el alza de tasas se
profundizará en las próximas semanas, dado que todavía no compensa a la
inflación esperada, que en nuestro caso alcanza el 98% para 2022 y no muestra
señales de desaceleración en 2023”, dijo.
Expectativas desancladas
“Es un número muy alto, bien por encima de junio. La aceleración de
julio tuvo que ver con el desanclaje de las expectativas y un aumento de las
perspectivas de devaluación. Esto se dio por la emisión monetaria del BCRA en
junio para sostener la curva de pesos, el cierre de importaciones, el alza de
tasas implícitas en la cobertura de futuros del Rofex”, afirmó el economista
Martín Vauthier, de la consultora Anker.
“Hacia adelante, para ver una desaceleración, es importante que aparezca
un programa de estabilización. La suba de interés es positiva; va en el sentido
correcto, porque está apenas por encima del ritmo de crawling peg
[microdevaluación del oficial], pero por debajo aún de la inflación en el
margen. Es correcto, pero está lejos de ser una medida suficiente para
estabilizar. Tiene que venir acompañada de señales fiscales contundentes y
creíbles”, dijo Vauthier, que cree que el fracaso o el éxito de la gestión
económica hacia adelante va a depender de si el BCRA puede volver a sumar
dólares.
“Lo más preocupante es que la variación mensual estuvo fuertemente
influenciada por el componente núcleo, que mide la tendencia de fondo: fue
7,3%. Por ello, todos los rubros tuvieron importantes aumentos en el mes”,
afirmó Camilo Tiscornia, director de la consultora C&T. “Los datos del
relevamiento de precios de C&T disponibles para agosto sugieren que la
inflación del mes superaría el 6% mensual y la interanual estaría en torno al
77%”, agregó el experto privado.ß
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