Por Claudio Zlotnik - Según los registros oficiales, julio terminó
con una salida de dólares superior a los u$s800 millones, la mayor caída
en 20 meses. Se dio tras la eyección de Martín Guzmán del Gobierno y
la corrida cambiaria, que agrandó la brecha y llevó al dólar
blue al récord de $350. Desde los bancos líderes privados aseguran que el
goteo se desaceleró pero hay tensión por la caída de
las reservas del Banco Central.
De acuerdo a los registros oficiales, los depósitos en moneda extranjera
cayeron en u$s853 millones -el 5,5% del total- y el nivel se ubicó en los
u$s14.692 millones.
Un relevamiento de iProfesional entre bancos líderes del
sistema financiero detectó que la sangría se habría frenado en este inicio de
agosto, tras la asunción de Sergio Massa en el Palacio de Hacienda.
Hay que aguardar los registros oficiales, pero en los bancos consultados
aseguran que el goteo se frenó, en el mejor de los casos. O se desaceleró en
aquellas entidades financieras que aún observan una salida diaria neta de los
depósitos de sus clientes.
Ese escenario se da tras la estabilización de la cotización de los
dólares alternativos, que habían llegado a un récord de $350 y ahora cotizan
algo por debajo de los $300.
De todas maneras, en los bancos están muy atentos: las reservas no paran
de retroceder y esa cuestión le pone incertidumbre al escenario cambiario.
Reservas en caída permanente
En las últimas diez jornadas, el Banco Central se vio obligado a
vender divisas en el mercado cambiario para evitar una devaluación, por un
total cercano a los u$s1.200 millones.
Se trata de una dinámica que debe revertirse para evitar una explosión
en el mercado cambiario.
Desde el equipo económico sugieren que la racha negativa se va
a cortar pronto: dan cuenta de que ayer martes, el BCRA debió vender u$s64
millones en un día donde se abonaron más de u$s100 millones de
importaciones de combustibles. Y que esta cuenta se reducirá a medida que
avancen las jornadas y mejore la temperatura.
Es la idea que desde hace varias semanas viene defendiendo Miguel Pesce;
el problema es que las ventas son imparables y al Banco Central le quedan cada
vez menos reservas líquidas. Pesce ya dijo que espera que esa cuenta del gasto
energético totalice los u$s1.800 millones este mes, un número elevado, pero por
debajo de los u$s2.200 millones del mes pasado.
De hecho, el
gasto en energía implicó uno de cada cuatro dólares de las importaciones del
mes pasado, que habrían totalizado u$s8.100 millones.
En este contexto, en las próximas horas, Massa avanzaría con una agenda
para mandar señales contundentes al mercado. |