Por Javier Blanco - El Gobierno jugó ayer todas sus fichas para
postergar por un año el 85% de los vencimientos de la deuda emitida en pesos
que enfrentaba hasta fines de octubre, en un intento de sepultar los rumores
sobre posibles reestructuraciones compulsivas de ese pasivo.
“Mientras estemos nosotros no va a haber ningún reperfilamiento”,
ratificaron ayer en Economía, donde interpretaron el resultado como “una señal
de que el mercado acompaña las medidas del programa”.
El porcentaje de adhesión fue 25 puntos superior al “piso” del 60% que
había anticipado el ministro de Economía, Sergio Massa, al anunciar la
operación, aunque hay que tener en cuenta que buena parte de los bonos están en
manos de organismos públicos.
Sin embargo, dado que todos los bonos duales que emitió se ajusta n por
inflación o por la evolución del dólar, el Gobierno deberá ahora redoblar
esfuerzos para que ambos indexadores no se disparen en el futuro y hagan
impagable esa deuda.
El Gobierno jugó ayer todas sus fichas para postergar por un año el 85%
de los vencimientos de la deuda emitida en pesos que enfrentaba hasta fines de
octubre, en un intento de sepultar los rumores sobre posibles
reestructuraciones compulsivas para ese pasivo.
“Mientras estemos nosotros no va a haber ningún reperfilamiento”, ratificaron
ayer desde Economía, donde interpretaron este resultado como “una señal de que
el mercado acompaña las medidas del programa hacia adelante”.
El porcentaje de adhesión fue 25 puntos superior al “piso” del 60% que
había anticipado el ministro de Economía, Sergio Massa, al hacer su primer
presentación pública como tal y anunciar la operación la semana pasada.
Tal vez por eso el funcionario festejó el resultado con una serie de
mensajes por Twitter. “El resultado fue exitoso. Agradecemos la confianza y
acompañamiento de inversores institucionales, personas físicas y organismos del
sector público, que nos permite aliviar la situación financiera del próximo
trimestre, extendiendo vencimientos a 2023”.
“Despejar los vencimientos nos posibilita trabajar de manera más
ordenada sobre los recursos y gastos que tenemos para administrar las cuentas
públicas, además de dar certidumbre a la economía doméstica. Agradezco el
enorme trabajo del equipo de Finanzas”, publicó.
Empero, dado que todos los bonos duales que emitió cuentan con el
capital invertido protegido de la inflación o la devaluación del peso, el
Gobierno debería ahora redoblar esfuerzos por lograr que ambos indexadores no
impliquen actualizaciones que transformen ese pasivo en explosivo de cara a las
próximas elecciones presidenciales.
Por lo pronto, el Ministerio de Economía logró que un calendario de
vencimientos trimestral que escalaba hasta los $2,42 billones quede reducido a
otro inferior al medio billón de pesos, por ahora, al lograr una postergación
de pagos del orden de los $2 billones.
Esto fue porque los casi $616.000 millones por vencer en este mes
quedaron reducidos ahora a $11.320 millones (los bonistas que no canjearon
tenencias de Ledes y Lecer); los $1,12 billones por pagarse en septiembre
caigan a unos $210.000 millones, y los $800.000 millones de septiembre se
achicaran ahora hasta unos $155.000 millones.
“Sin dudas el resultado es positivo”, evaluó el economista Andrés
Borenstein, de la consultora EconViews, porque les permite a las nuevas
autoridades económicas “sacarse un poco de presión de encima: tenían
vencimientos muy fuertes en el corto plazo”, recuerda.
En este sentido, el analista cree que, aunque esto implique solo
trasladar el problema hacia adelante, eso “es bueno en medio de un contexto tan
complicado como el actual”.
Eso no le impide observar a la vez lo malo: “Cambiaste deuda en parte
indexada por otra que queda toda indexada, es decir, un pasivo que no tendrá
ninguna parte ‘licuable’ porque el tenedor del dual podrá elegir por lo que le
resulte más rentable y sin dudas lo hará”, explica Borenstein.
En igual dirección, para los analistas de Consultatio Plus esta
iniciativa permitirá “transitar mejor los próximos meses”, ya que “con un
calendario de vencimientos más aliviado se compra tiempo para que las medidas
fiscales empiecen a tener impacto y se reducen las presiones sobre el tipo de
cambio y la brecha cambiaria”.
Era uno de los objetivos que perseguía el 15º canje de deuda en pesos
que lleva adelante ya la administración de Alberto Fernández, lo que revela el
volumen que fue tomando ese pasivo y lo que obligó al Gobierno a plantearle –en
muchos casos– nuevas condiciones, aunque siempre de adhesión voluntaria.
Para el Gobierno se resolvió un problema, pero ahora pueda abrirse otro
desafío. “El canje permitirá reducir vencimientos de 2022, pero el resultado de
las licitaciones en adelante quedará más expuesto a los vaivenes del sector
privado”, evaluaron desde la consultora Equilibra. Vale recordar que en las
últimas licitaciones, durante la gestión del exministro Martín Guzmán, Economía
se venía apoyando mucho en las suscripciones de los entes públicos.
De la licitación de ayer se descuenta que a la operación de conversión
adhirieron de manera total los entes públicos que, se calcula, tenían el 57% de
las tenencias canjeables. El resto lo habrían aportado inversores
principalmente institucionales, entre quienes se encuentran los bancos privados
(tenían en cartera medio billón de los $4 billones por vencer hasta fin de año)
y los fondos comunes de inversión (FCI), que –según Equilibra– tendrían otros
$700.000 millones.
La operación le sirvió al Gobierno para “atravesar el Rubicón”,
referencia que se usaba en el mercado para referirse a la imposibilidad de
lograr financiamiento a plazos medianos o largos, en especial, aquellos
emparentados con el comienzo del próximo período electoral.
“El 83% de los vencimientos proyectados para el mes de octubre fueron
colocados en el instrumento dual con vencimiento en septiembre de 2023. Es decir,
se adjudicaron $651.862 millones post-PASO 2023”, destacó Economía en su
comunicado.
Hay que recordar que los tenedores de los distintos instrumentos tenían
las siguientes opciones:
–Tomar un bono en moneda dual (que ajustará por la variación del CER más
un spread del 2% o el tipo de cambio oficial) con vencimiento el 30 de junio de
2023 si aceptaban canjear la Lecer X16G2 y la Lede SG162, cuyos vencimientos
son el 16 de agosto y, de la Lede S31G2, el 31 de agosto.
–Tomar bono en moneda dual con vencimiento el 31 de julio de 2023 si
eran tenedores del Boncer T2X2 y/o la Lede S30S2, cuyos vencimientos son el 20
y el 30 de septiembre, respectivamente.
–Tomar el bono en moneda dual con vencimiento el 29 de septiembre de
2023 (CER 2,25% o dollar linked) si eran tenedores de la Lecer X2102 o de la
Lede S31O2, cuyos vencimientos son el 21 y el 31 de octubre, respectivamente.
A la subasta para la conversión se presentaron 1233 ofertas que
representaron un total equivalente a US$15.662 millones o un valor efectivo de
$ 2billones.
“El resultado fue exitoso”, celebró el ministro Massa ayer por Twitter
El Gobierno se saca presión, aunque traslada el problema hacia adelante. |