Sergio Massa desembarcó en el gabinete nacional con la
suma del poder público, tal como quería, del único modo que hubiese aceptado
hacerlo, venciendo la última resistencia del devaluado presidente Alberto
Fernández.
La idea cristalizada el pasado viernes, ya había revoloteado la Quinta
de Olivos, ese fin de semana, hace menos de un mes, en que Silvina
Batakis fue el parche que encontró el presidente para salir del paso. Pero
se frustró, momentáneamente, por la advertencia de Máximo Kirchner.
El próximo superministro había aceptado la designación propuesta por el
presidente y Alberto, había aceptado los requisitos de Sergio, pero se había
comprometido a hacer las designaciones solicitadas en el plazo de 15 días.
"Vamos viendo", es el lema de Fernández. Massa llamó al referente de
La Cámpora para contarle y Máximo le advirtió: "Te va a cagar Sergio, te
va a nombrar a vos y después no te va a dar nada, ya lo conoces. ¿Qué vas a
hacer? ¿Vas a renunciar a los 15 días? Te van a culpar de voltear al Gobierno,
vas a ser Chacho (Alvarez)", le advirtió el hijo de "ELLA".
Y Massa compró. Volvió a Olivos y le dijo a Alberto: "todos
los nombramientos juntos o nada", y fue nada, llegó Batakis, el
relanzamiento del gobierno se abortó, el dólar libre a las nubes junto al
riesgo país.
El caos hizo que el Presidente entrara en razones. Su gobierno se
desmoronaba y el adelantamiento de elecciones tomaba cuerpo: "Ahora
si Sergio, ya está todo preparado", capituló el presidente cuando volvió a
llamar al ex intendente de Tigre. Lo adelantó Malena Galmarini en un no tan
críptico tuit: "Todo llega", escribió, bajo un video de la campaña
presidencial de su esposo. Massa llegó al poder.
Massa, superministro: una jugada riesgosa
Es una llegada riesgosa, se hace cargo de un verdadero caos
económico, financiero, social y político, con solo un año por delante para
encarrilarlo. "Es el mismo riesgo que corrió (Domingo) Cavallo con
(Fernando) De la Rúa. El pelado llegó como salvador y con la suma del poder, en
dos meses era un total desastre", dice un viejo pensador e historiador
pejotista.
"Es cierto que hay diferencias. Cavallo tenía el 80% de imagen
positiva, era el próximo presidente sin dudas, el ego lo devoró y perdió todo.
Massa no, su imagen en las encuestas es tan mala como la de Alberto, con lo
cual no tiene nada que perder, si le va mal ya estaba muy mal, si le va bien es
el próximo presidente. Y se lo merecería, porque para que le vaya bien en este
quilombo tiene que ser muy bueno", asegura el mismo analista.
La última encuesta de Jorge Giacobbe por ejemplo, muestra
a Massa con el 9,1% de imagen positiva, el 18,7% de regular y el 68,1%
de negativa. Apenas un poco menos de negativa que Cristina, pero también mucho
menos positiva. Parejito con Alberto en la negativa y también debajo de él en
la positiva.
"El sueño presidencial de Sergio estaba muerto, esta era la única
que le quedaba, y al peronismo también. Ahora se jugó un pleno que le puede
generar un candidato o, en el peor de los casos, dejarlo como estaba, sin
nada", explica un hombre que supo asesorar a Daniel Scioli cuando su
destino parecía ser otro que el del eterno retorno a la embajada en Brasil. Flojito
lo del "Pichichi".
Massa tiene todo lo que pidió, excepto el
BCRA
Todo lo que pidió Massa lo tiene, salvo el
Banco Central, donde todavía
no se insinuaron cambios, pero serían inminentes. Bajo siete llaves, mantiene
el supuesto plan económico que anunciaría el miércoles. Los mercados lo han
recibido con cierto optimismo, pero bien se sabe, son volátiles.
Lo que es cierto es que, en principio, la oposición aparece un poco
desconcertada. Las reacciones extremadamente críticas son una apuesta demasiado
fuerte, especialmente porque si bien la gente no tiene bien visto al nuevo
Superministro, el establishment si lo tiene en alta estima, el mismo
establishment en el que se apoya especialmente el PRO. Y sin en medio del
desastre albertista, se cuidaban de no parecer golpistas, ante la renovada
expectativa, parece ser tiempo de esperar.
Párrafo aparte para el pobre Alberto. "Sergio no le va a dejar un
solo resquicio para existir, pasó a ser un cómodo inquilino de Olivos sin voz
ni voto. No tiene chance aunque quiera, porque la dinámica de Sergio lo va a
aplastar de por sí, Alberto no tiene como seguirle el ritmo. Uno está gastado,
terminado y otro va por todo con su energía a pleno, Alberto acaba de dejar
cualquier poder que le quedara", sentencia un massista de la primera
hora en el anexo de la Cámara de Diputados. Parece ser una descripción precisa. |