Por Valeria Bednarik - El par EUR/USD terminó
la semana pasada en la zona de precios de 1.0240, extendiendo la
recuperación desde el mínimo multianual de 0.9951, alcanzado a mediados de
julio. El par consiguió rebotar el viernes, aunque el avance tuvo poco que ver
con la moneda común, sino más bien con los excelentes resultados semanales de
Wall Street y la caída de los rendimientos de la deuda pública estadounidense,
que pasaron factura al billete verde. Las acciones estadounidenses se vieron
respaldadas por unos informes de beneficios mejores de lo previsto, junto con
la esperanza de que la Reserva Federal se abstenga de endurecer la política
monetaria a un ritmo más rápido de lo esperado.
El par alcanzó un máximo de 1.0277, pero el Banco Central Europeo mató a
los alcistas. El banco central subió las tasas por primera vez en más de
una década, en 50 puntos básicos, en medio de una "evaluación actualizada
de la inflación". El tipo de depósito se elevó al 0% desde el -0.5%,
mientras que el tipo de interés subió al 0.5% desde el 0%.
El BCE también anunció el Instrumento de Protección de la
Transmisión (TPI), la nueva herramienta anti-fragmentación, por considerarla
necesaria para apoyar la transmisión efectiva de la política monetaria en toda
la Unión. El TPI es un nuevo programa de compra de bonos destinado a ayudar a los países más endeudados de la eurozona
y a evitar la fragmentación financiera dentro de la UE.
La presidenta Christine Lagarde ofreció posteriormente un discurso en el
que señaló que, según los datos, no hay riesgo de recesión para este año y
el próximo. Sin embargo, añadió que "el impacto de la alta inflación en el
poder adquisitivo, las continuas restricciones de la oferta y la mayor
incertidumbre están teniendo un efecto amortiguador en la economía. En
conjunto, estos factores están empañando significativamente las
perspectivas para la segunda mitad de 2022 y más allá".
Tras el anuncio del BCE, disminuyeron las posibilidades de las futuras
subidas. Los participantes del mercado ahora apuestan por una modesta subida de
25 puntos básicos en septiembre. La cautela de Lagarde hacia la
normalización afectó al EUR/USD, ya que el banco central está haciendo
demasiado poco y demasiado tarde.
Como nota positiva, el gigante ruso Gazprom reanudó los flujos de
gas a la UE a través del gasoducto Nord Stream 1, aunque las interrupciones del
suministro de gas natural siguen siendo un problema en la Unión. Hasta ahora,
las entregas de Moscú se sitúan en torno al 40% de la capacidad del gasoducto,
lo que es suficiente para evitar una crisis energética en Europa y mantener la
presión sobre la Unión.
Otro lastre para el euro fue la agitación política en Italia. Tras
el colapso de la coalición de gobierno, el Primer Ministro Mario Draghi
presentó su dimisión. El presidente italiano, Sergio Mattarella, ha disuelto el
Parlamento italiano, abriendo la puerta a unas elecciones anticipadas el 25 de
septiembre.
Uno menos, queda uno
La Reserva Federal estadounidense anunciará su decisión de política
monetaria el próximo miércoles 27 de julio. La Fed ha adoptado el
endurecimiento cuantitativo más agresivo, seguida de cerca por el Banco de
Canadá, y ha subido los tipos en 150 puntos básicos desde que empezó el
año, 25 en marzo, 50 en mayo y 75 en junio, este último superando las
expectativas del mercado.
Aun así, la economía estadounidense se enfrenta al riesgo de
recesión mientras la inflación sigue disparándose. Los últimos datos
disponibles muestran que el índice de precios al consumidor IPC aumentó un
9.1% interanual en junio, muy por encima del 8.6% esperado y del 8.1%
anterior. La Reserva Federal ha anticipado otra subida de 75 puntos
básicos para julio, aunque los participantes del mercado no se
sorprenderían demasiado si la subida es de 100 puntos básicos, a pesar de que
los funcionarios de la Reserva Federal han reducido esas expectativas. La
subida de los tipos puede ser una herramienta para frenar la inflación, pero
también frena el crecimiento económico. La Fed está atrapada entre la espada y
la pared, ya que necesita controlar la inflación sin frenar aún más el ya de
por sí escaso progreso económico.
Señales de crecimiento preocupantes
El calendario macroeconómico estuvo relativamente tranquilo en los
últimos días, pero el viernes se conocieron cifras impactantes. S&P Global
publicó sus PMIs preliminares de julio, que mostraron que la producción
empresarial de la UE se contrajo por primera vez desde febrero de 2021. El
índice compuesto cayó a 49.4 puntos desde los 52 de junio, y el descenso más
pronunciado se registró en Alemania, donde el PMI compuesto cayó a 48, su nivel
más bajo desde mediados de 2020. La mayoría de los índices europeos cayeron del
territorio de expansión, reflejando una mayor desaceleración económica al
inicio del tercer trimestre del año.
En EE.UU., el PMI de servicios de S&P Global se desplomó hasta
47 puntos, mientras que el índice manufacturero, por el contrario, se mantuvo
en territorio de expansión y se situó en 52.3. No obstante, la actividad
empresarial se contrajo por primera vez en dos años, y el PMI compuesto se
hundió hasta 47.5 puntos desde los 52.3 de junio. Los malos datos de EE.UU.
hicieron subir los bonos del Tesoro, en detrimento de los rendimientos, que
cayeron el viernes a nuevos mínimos de dos semanas.
Más allá de la decisión de política monetaria de la Fed, la semana que
viene traerá algunos datos de interés. En Estados Unidos se publicará la
estimación preliminar del producto interior bruto PIB del segundo trimestre. Se
espera que la economía haya crecido a un ritmo anualizado del 0.9% en el
trimestre, recuperándose de una caída del -1.6% en los tres meses
anteriores. Alemania y la UE también publicarán las estimaciones
preliminares del PIB del segundo trimestre, previstas en un 1.7% y un
3.4%, respectivamente.
En EE.UU. se añadirán los pedidos de bienes duraderos de junio a la
lista de eventos relevantes, mientras que la UE y Alemania publicarán las
estimaciones preliminares de sus cifras de inflación de julio.
Perspectiva técnica del EUR/USD
El par EUR/USD cotiza cerca de su máximo semanal, también un
nivel de resistencia relevante. El 50% de retroceso de su último descenso en el
gráfico diario medido entre 1.0614 y 0.9951, en 1.0280. El par retrocedió
varias veces desde este nivel, lo que de alguna manera insinúa una continuación
sustancial si lo supera. La siguiente resistencia de Fibonacci y un
posible objetivo alcista se encuentra en 1.0360.
El gráfico semanal refleja la corrección alcista actual. Los indicadores
técnicos han abandonado el territorio de sobreventa y apuntan al alza dentro de
niveles negativos. Al mismo tiempo, la SMA 20 mantiene su pendiente firmemente
bajista, convergiendo con el extremo superior del rango mencionado. Todavía no
se ha confirmado un suelo intermedio, ya que el par necesitaría superar su
máximo mensual de mayo en 1.0786 para recuperar su posición alcista de largo
plazo.
Las lecturas técnicas en el gráfico diario limitan el potencial alcista,
a pesar de la reciente recuperación. Los bajistas rechazan los avances en torno
a la SMA de 20 días con pendiente bajista, mientras que los indicadores técnicos han perdido su fuerza direccional y
se han estabilizado por debajo de sus líneas medias. Por último, las medias
móviles más largas siguen dirigiéndose firmemente a la baja, muy por encima de
la media más corta.
El par podría reanudar su caída si se rompe por debajo de 1.0105, el
23.6% de retroceso de la mencionada caída en el gráfico diario, lo
que abriría la puerta a una nueva prueba del mínimo de 2022 en 0.9951. |