Por Ximena Casas - La incertidumbre cambiaria —con la suba del dólar
libre a niveles récord—sigue impactando en el consumo, con sectores que se
encuentran sin precios de referencia y los argentinos que aun tienen capacidad
de ahorro toman dos caminos: stockearse o adelantar compras frente una eventual
devaluación o entrar en espera hasta que el panorama aclare. El consumo comenzó
a cambiar de tendencia con respecto a lo que sucedió en la primera parte del
año.
“En el primer semestre, con un dólar relativamente estable alrededor de
los $200 y los salarios formales compitiendo con la inflación —los formales, el
resto no— el audio no parecía coincidir con el video. El consumo volaba en
restaurantes, pequeños durables, turismo, recitales, algo que no se puede
entender si no se tiene en cuenta el efecto emocional de la pandemia. Había
enojo con la situación del país pero el ánimo parecía ser el de tratar de
pasarla bien cuanto antes, aunque el futuro no sea claro”, señaló
a Infobae el especialista en consumo Guillermo Oliveto, de la
consultora W.
“Con el dólar a $317 el audio y el video se empiezan a sincronizar. Ni
los formales van a poder seguir palo a palo con una inflación que se va al
90%. Se viene una contracción del gasto de las familias muy relevante. Y
eso se traduce en todas las conductas defensivas de argentinos que saben
escuchar muy bien el ruido de los tambores. Listas de precios que desaparecen,
personas que tratan de stockearse de lo que puedan porque perciben que más
adelante todo va a estar más caro, vendedores de productos importados o con
insumos importados que ajustan 30% o 40% sus precios. De acuerdo a la capacidad
de cada uno, se adelanta la compra de un televisor o de harina”, resumió sobre
la situación actual.
En algunas cadenas de supermercados, donde se observa el consumo más
básicos y urgentes, y el último en resignarse, hubo un aumento de facturación
en los últimos días, según fuentes del sector, lo que muestra una tendencia al
stockeo, pero aseguran que aun es muy pronto para sacar conclusiones que confirmen
ese comportamiento.
Aumentos preventivos en comercios del barrio de Once en los primeros
días de julio
El sector automotor es uno de los que quedó paralizado luego del cambio
de ministro a comienzos de julio y nuevamente esta semana, con la disparada del
dólar. Desde las concesionarias aseguran que los consumidores con ahorro en
dólares prefieren esperar a ver cuándo se valorizan en pesos para concretar
alguna compra en los próximos días. “Al perder una referencia el mercado, la
gente que va a comprar no sabe cuando vale su auto y le cuesta poner un precio
de venta. La gente que tiene dólares está esperando a ver hasta dónde llega”,
dice un empresario del rubro que decidió mantener sus ventas en pesos, pero a
pagar la semana que viene.
“Al que quiere especular, le damos tiempos suficiente si cree que el
dólar va a llegar a $400. Nosotros vendemos igual en pesos. Si la semana que
viene vale $250 en lugar de $400 es un riesgo que toma el comprador”, dijo en
reserva. La brecha cambiaria ya no funciona tanto como oportunidad para la
compra de vehículos como en años anteriores, porque este año se sumó una nueva
variable: la escasez de oferta en el mercado, lo que impide asegurar la
reposición.
En el rubro inmobiliario, que ya venía con ventas en niveles bajos con
respecto a la media histórica, la brecha cambiaria también paraliza el cierre
de las operaciones. “La suba del dólar blue genera un freno las operaciones de
compraventa inmobiliaria. También es claro que se abre una oportunidad para
todos aquellos que venden en pesos, sobre todo en las obras de pozo. La gente
quiere refugiarse y los inmuebles en pozo son una oportunidad. Así que quienes
detecten esa oportunidad podrán estar a la delantera”, dijo Alejandro
Ginevra, directivo de la Cámara de Servicios Inmobiliarios (Camesi) y CEO de
GNV Group.
“No hay muchas novedades respecto de lo que pasa. Lo de ayer solo agrega
más incertidumbre e inestabilidad. En algunos rubros, la gente intenta
stockearse, cuando tiene medios. Hay faltantes de productos en alimentos, papel
tissue y productos de ferretería. Para los que necesitan importar materia
prima, siguen en cuenta regresiva para lo que les queda de stock”,
destacó Salvador Femenía, vocero de la Cámara Argentina de la Mediana
Empresa (CAME).
Los argentinos agudizan sus estrategias para proteger el valor de sus
ahorros (Maximiliano Luna)
El cepo del Banco Central que impide a las empresas acceder a dólares
para importar insumos también afecta al sector productivo y genera faltantes en
distintos rubros. “Estamos trabajando junto al Gobierno, analizando los casos
empresa por empresa, para ayudarlos en el abastecimiento de los insumos claves
para la producción, ya tenemos casos en la Provincia de Buenos Aires que han
detenido la producción por la imposibilidad de acceder a los insumos básicos”,
dijo Martín Rapallini, presidente de la Unión Industrial de la Provincia
de Buenos Aires (Uipba)
“La suspensión en la producción se traduce en menos empleos y las
industrias están intentando aminorar este efecto mediante la anticipación de
las vacaciones confiando en que esta situación se va a resolver. Esta
dificultad de acceso a dólares para la importación que enfrenta el sector
genera una incertidumbre y distorsión en los precios. Muchos proveedores ya no
aceptan un financiamiento a 180 días y es muy complejo pensar en cómo producir
para hacer frente a los precios de reposición. Las más afectadas por esta
situación, como siempre, suelen ser las pymes que en muchos casos actualizan
costos sólo para mantener al personal, si estas empresas paran la producción,
les va a ser muy complejo reactivarla”, concluyó. |