Por Claudio Zlotnik - Urgido por fortalecer las reservas del
Banco Central en medio de un
contexto de tensión cambiaria, el Gobierno intentará que las cerealeras
exportadoras aceleren las liquidaciones de divisas en las próximas
semanas. Por la incertidumbre cambiaria, esas ventas se han desacelerado, en un
escenario en el que los productores de soja también se muestran mucho más
conservadores.
Según la
estimación oficial, los sojeros guardan en los silobolsas alrededor
de u$s10.000 millones. De ese total, la mitad -unos u$s5.000 millones- ya
debió venderse si no fuera por el escenario de
gran incertidumbre a nivel cambiario. Los chacareros retienen la
mercadería, ante la duda de una devaluación inminente.
Por eso, y como ya hizo antes Martín Guzmán, se abrió un canal de
negociación para intentar que los productores y las cerealeras aceleren las
liquidaciones. La idea es consignar una ventana de tiempo en la cual
quienes vendan la soja tengan un beneficio fiscal.
El problema que existe ahora es que el escenario luce tan complica, con
una brecha superior al 130% -en el inicio de la semana, el contado con
liquidación trepó a los $304-, que los dueños de la soja querrán poner
condiciones muy fuertes para acceder a liberar gran parte de su producción.
Un informe de la Ieral dio cuenta de la desaceleración
en las liquidaciones de la producción de soja: "De
venderse casi 800 mil toneladas semanales de soja en mayo, se pasó a 540.000 en
las últimas cinco semanas (cuatro semanas de junio y una de julio), es decir se
redujeron en un 32% los volúmenes comercializados. Nótese que a fines de junio
sólo el 27% de la cosecha de soja estaba comercializada, cuando el patrón
histórico ubica este porcentaje en el 45% para esa misma fecha".
Más incertidumbre, menos dólares
Los últimos números dan cuenta de lo que está sucediendo: el último
viernes, las cerealeras liquidaron en el Banco Central, poco menos de u$s72
millones. Hasta hace algunas semanas, el ritmo promedio diario era de unos
u$s200 millones.
La súbita
merma en el nivel de las liquidaciones se vincula con la disparada de
la brecha cambiaria en los últimos 40 días. Primero con la corrida contra
los títulos de deuda en pesos y luego tras la renuncia de Guzmán.
La retracción en la oferta de divisas se combina con otra cuestión,
tanto o más grave: los fuertes pagos de energía que el Gobierno debe hacer a
diario para asegurar el abastecimiento de gas y combustibles en pleno invierno.
La energía se está llevando importaciones por u$s2.000
millones mensuales. Ayer mismo, en el inicio de la semana, el Banco Central
giró unos u$s200 millones.
Dólar: el plan para "pasar el
invierno"
Según Miguel Pesce, titular del BCRA, los pagos de energía se irán
apaciguando con el correr de las semanas. Del actual pico se pasaría a un
volumen menor para dentro de un mes. Para septiembre y octubre, los pagos de
energía deberían estar más cerca de los u$s1.000 millones mensuales.
"Todo dependerá de las temperaturas de la segunda quincena de
agosto y de septiembre", refiere una fuente del equipo económico a
iProfesional.
Para tener un pasaje seguro desde ahora y hasta ese momento, el Gobierno intentará acrecentar
el caudal de billetes verdes que llegan al Banco Central. Por eso se prevé
una urgente negociación con las cerealeras.
Está claro que ya no queda margen para lo que hizo Guzmán antes de salir
eyectado del Gobierno: el exministro bloqueó todas las importaciones del país,
lo que le permitió al Banco Central acaparar u$s1.500 millones en cuatro días.
Esa medida extrema tiene costos que aún se están pagando: sin la entrada
de las importaciones, los empresarios se volvieron más celosos de sus stocks, a
los que cuidan tanto como los dólares. El costo de la incertidumbre, aunque
intangible, también se paga
con más inflación.
Es lo que se nota en algunos rubros, en especial. Los electrodomésticos
y también algunos insumos para la construcción registraron alzas superiores al
50% en las últimas dos semanas ante la incertidumbre cambiaria y los faltantes
de mercadería.
En las empresas se vive de cerca la
incertidumbre
Algunas compañías decidieron, intempestivamente, la suspensión de
las ventas a sus clientes. Sucedió entre las que, básicamente, venden
productos importados.
Hubo otras que, directamente, aplicaron subas de precios, que en
algunos casos puede calificarse de "violentas", en relación a la
dinámica que venían mostrando.
Por fuera de la comida, algunos rubros dependientes de las importaciones
también están mostrando alzas notables.
Señales al sector privado: ¿alcanzan?
Desde la asunción de Silvina Batakis, el Gobierno se jugó a que los
anuncios de la ministra de la semana alcanzarían para estabilizar el frente
cambiario. Transcurrida una semana desde, ninguna variable mejoró. Más bien,
todo lo contrario.
El mercado cambiario
está más tensionado y el frente de la economía real también aparece más
problematizado, con un recalentamiento notorio de los precios.
Hasta el momento, Alberto Fernández desistió en el anuncio de
un plan integral, en el cual conste la hoja de ruta del Gobierno hasta el fin
del mandato.
Está claro que la sola mención de las intenciones -emprolijamiento
fiscal y compromiso con las metas del acuerdo firmado con el FMI- no alcanzan
para estabilizar las variables cambiarias y financieras.
Las presiones continúan en aumento, y eso queda en evidencia en
el salto de los precios. La inflación podría acercarse al 8% este mes, de
acuerdo a las previsiones de la consultora de Orlando Ferreres, una de las
referentes para el mercado.
Las próximas jornadas serán clave, en caso de que el Gobierno no logre
acelerar las liquidaciones de divisas. |