La CGT recogió el guante de la presión de los movimientos sociales y los
sectores sindicales más críticos, pero solo en parte. Convocó a una masiva
movilización para el próximo 17 de agosto desde la cual apuesta a llamar a
las fuerzas políticas y sociales a un gran 'consenso nacional' para
superar la crisis, en un sentido muy diferente a la marcha contra la inflación
que reclamaban las agrupaciones combativas y más enfrentadas con el Gobierno.
La propuesta de la marcha, cuya fecha y el objetivo se oficializó
este jueves por la tarde, formó parte del diálogo reservado que un grupo
de dirigentes de la central obrera mantuvo el miércoles al mediodía con la
vicepresidenta Cristina
Kirchner en su despacho del Senado.
Del encuentro participaron los gremialistas Andrés
Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (Uocra) y José Luis
Lingeri (Obras Sanitarias) y se enmarcó en la ronda de reuniones que la ex
presidenta inició en las últimas semanas con gobernadores, intendentes y
dirigentes, y que también incluyó hace 15 días a Héctor Daer, uno de
los miembros del triunvirato de conducción cegetista.
"Fue una charla muy respetuosa", definió
a Clarín uno de los participantes, en tanto que otro de los
gremialistas comentó qué "hablamos de la necesidad de armonizar el
ambiente politico de la coalición (oficialista) y la necesidad de garantizar la
estabilidad económica". En buena medida esa definición sintetizó el
propósito que la central obrera apuesta a imprimirle a la movilización de
agosto: canalizar el malestar creciente de las propias bases, aunque con el
cuidado preciso de evitar herir el vínculo que mantiene con la administración
de Alberto Fernández.
La apuesta de la marcha
Garantizar ese delicado equilibrio derivó en los últimos días
en diversas discusiones sobre la fecha y el lugar en el que culminará la
movilización, las dos principales cuestiones que se definieron hoy en
la reunión de los miembros de la mesa chica de la central en la sede del gremio
de UPCN.
La marcha se concretará el miércoles 17 de agosto, partiendo desde
la Avenida 9 de Julio para culminar en la Plaza de los Dos Congresos, a metros
de la sede del Parlamento. La intención es que la convocatoria sea una expresión
contundente del poder de movilización del sindicalismo. La fecha y el escenario
fueron esbozados con el propósito de darle a la demostración de fuerza un
sentido de mayor amplitud para lanzar un llamado a los fuerzas políticas y
sociales a avanzar en un consenso nacional para superar la crisis.
"La realidad que tenemos hoy los trabajadores, los jubilados, los
compañeros que están en la informalidad, amerita que todos pongan lo que hay
que poner para encontrar una salida y que esta salida sea lo antes
posible", advirtió Daer al confirmar la fecha de la marcha al término de
la reunión de mesa chica. Y amplió: "No se trata de estar a favor o en
contra de nadie. Se trata de que hay que tener la responsabilidad suficiente
para encontrar el camino de salida y que esto no se siga profundizando".
Malestar con Pablo Moyano
Esa definición formó parte del debate al que se abocaron los referentes
de la primera línea de la CGT en un encuentro que mantuvieron el martes
por la noche. Allí resonaron las duras declaraciones de Pablo
Moyano, uno de los miembros del triunvirato de conducción -que no
participó de la reunión-, contra el paquete de medidas de la flamante
ministra Silvina Batakis y la falta de reacción del Gobierno para
contener la suba de precios.
"No podemos quedarnos de brazos cruzados", aceptó uno de los
participantes frente al desafío del número dos de Camioneros. Se definió
entonces avanzar con la convocatoria a la marcha pero evitando que la decisión
sea interpretada como una ofensiva contra el Gobierno. "Pablo se fue
de boca. Podemos tener matices pero el camino es uno solo", se escuchó
-molesto- a otro gremialista tras esa reunión.
En la reunión de mesa chica, además de fijar los ejes de la convocatoria
-que luego deben ser refrendados por el consejo directivo cegetista-, los
sindicalistas avanzaron en los detalles de la redacción del documento que
servirá como proclama de la marcha, que no contará con ningún orador.
El borrador del texto que circula entre los dirigentes contempla
tres ejes principales. Por una parte, un pedido enfático para que los
principales actores políticos y sociales avancen en un entendimiento nacional
destinado a consensuar medidas para enfrentar la crisis económica y social. Un
segundo punto vinculado a la garantía de que se mantengan las paritarias
libres a la par de que se avance en la definición urgente
de políticas para contener la suba de precios; y un eje final que subraya
la relevancia de apostar por un modelo productivo que asegure la creación de
empleo y el desarrollo económico. |