Por Pablo Sieira - Luego del receso invernal de las próximas
semanas al Congreso le espera un segundo semestre
agitado por la agenda de
la recién iniciada gestión de Silvina Batakis al frente
al Ministerio de Economía, que apunta a un control más riguroso del gasto
público y una mejora en la recaudación,
dos temas que generan tensión hacia adentro y hacia afuera del
oficialismo.
Casi inmediatamente después de asumir, la semana
pasada, Batakis se reunió con el presidente de la Cámara de
Diputados, Sergio Massa, para "puntear la agenda legislativa en
materia económica del segundo semestre del año", como contó
oportunamente el dirigente del Frente de Todos en sus redes sociales.
El debate sobre esa agenda en la Cámara de Diputados empezará
en agosto y uno de los temas principales será la modificación de
la Ley de Administración Financiera, como le adelantó a Massa en esa
ocasión y confirmó el último lunes. Otro sería el proyecto para gravar la
"renta inesperada", que ya está presentado pero sigue sujeto a
evaluación interna en el bloque, que no tiene los votos.
A eso se le suma que antes del 15 de septiembre el Gobierno
tendrá que enviar el Presupuesto 2023 con el cálculo de gastos e
ingresos y previsiones de inflación, dólar, deuda pública y evolución de la
economía, un debate para nada fácil en vista de la delicada situación
financiera de la Argentina, que podría superponerse con esos dos
temas y otros que quedaron pendientes.
Ambas iniciativas tienen así por delante un trámite muy intrincado.
Además de las dificultades del Frente de Todos para lograr una mayoría están
las resistencias que generan tanto en sectores enfrentados al
Gobierno como entre los aliados y que tendrán un inevitable eco adentro
del Congreso, cuando se retome el trabajo legislativo.
La agenda económica de Batakis: tensiones que
reflejará el Congreso
Las cámaras agropecuarias, los movimientos
sociales y parte del sindicalismo ya ofrecen las primeras
muestras de su malestar ante distintos puntos de la agenda económica,
a pocas horas de que Batakis apenas esbozara los lineamientos principales de su
gestión.
En el campo
genera urticaria el proyecto de impuesto a la "renta
inesperada", al que consideran junto con el eventual revalúo inmobiliario medidas
de "visión fiscalista y recaudatoria" que tienden a una
"mayor presión impositiva", como definió recientemente el
titular de la Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Jorge Chemes.
A los movimientos sociales, la CTA y el sector de la CGT alineado con el
camionero Pablo Moyano les suena
a "ajuste" el control del gasto público que Batakis
quiere llevar a cabo a través la reforma de la Ley de Administración
Financiera que busca centralizar los presupuestos de cada
organismo del Estado para bajar el déficit. Son actores políticos cercanos
al kirchnerismo.
En ese contexto, la agenda económica que le espera al
Congreso presenta dificultades antes de arrancar y pone a prueba la
capacidad de Batakis para hacer equilibrio así como la de Massa para lidiar con
una Cámara de Diputados donde se reflejarán esas tensiones.
De un lado se alza el rechazo de Juntos por el Cambio a la
creación de impuestos y su receptividad a los reclamos del campo y otros
sectores económicos fuertes y, del otro, el sector K del Frente de
Todos no digiere del todo los anuncios de la nueva ministra, como ya lo
manifestó el diputado Hugo Yaski, referente de la CTA que evalúa
iniciar movilizaciones.
Renta Inesperada: recaudación vs dificultades
políticas
El proyecto de impuesto a la "renta inesperada", impulsado
por el presidente Alberto Fernández en sintonía
con el sector liderado por la vicepresidenta Cristina Kirchner y su
hijo, el diputado Máximo Kirchner propone gravar con una alícuota
del 15% a empresas que, producto del shock por la guerra entre Rusia y
Ucrania, hayan tenido ganancias superiores a los $1.000 millones.
Fue quizás el único punto en común entre el kirchnerismo y el ahora ex
ministro de Economía Martín
Guzmán. Batakis ya señaló que está de acuerdo con la iniciativa porque
"es instrumento no solo recaudatorio sino justo, porque permite
redistribuir el ingreso". Sin embargo, hasta ahora el oficialismo
no logró avanzar.
Del bloque del Frente de Todos surgen versiones contrapuestas.
Algunas de las fuentes consultadas por iProfesional deslizaron que el debate
podría activarse en agosto y recordaron que el propio Fernández se lo pidió al
jefe de la bancada, Germán Martínez, pero otras indican que por el momento no
está previsto.
El mes pasado, durante el viaje a Estados Unidos para participar de la
Cumbre de las Américas, Massa le transmitió
al Presidente que veía muy difícil que el impuesto a la
"renta inesperada" pudiera avanzar en Diputados.
El oficialismo no alcanza la mayoría suficiente y, si bien
negocia el apoyo del Frente de Izquierda, necesitaría también apoyo de
bloques provinciales que respondan a gobernadores, especialmente frente al
compromiso público de todo Juntos por el Cambio -con apoyo de los
liberales- de no avalar suba de impuestos.
Para Batakis, conseguir la aprobación del proyecto sería importante
porque fortalecería la recaudación y ayudaría a cumplir con el
objetivo de reducir el déficit. Según supo iProfesional, la ministra ya está
informada sobre la dificultad que el tema presenta en Diputados.
Ley de Administración Financiera: central
para Batakis, incómodo para el oficialismo
El futuro proyecto para modificar la Ley de
Administración Financiera que anunció la nueva ministra presenta otras posibles
dificultades para su gestión porque podría reavivar las peleas a viva voz en la
alianza oficialista, las mismas que terminaron por eyectar a su antecesor del
Poder Ejecutivo.
La intención de esta iniciativa, como
anticipó iProfesional, es establecer un sistema de "cuenta única" para
controlar desde la cartera económica las erogaciones de los organismos
descentralizados, empresas estatales y fondos fiduciarios. Si esto habilita un
ajuste en el sector público, la "tregua" entre Fernández y Cristina
Kirchner podría encontrar un límite.
Tanto la vicepresidenta como los principales referentes de su espacio
guardaron un prudente silencio ante los primeros anuncios de Batakis, en
cumplimiento del acuerdo interno del Frente de Todos para bajar el tono de la
disputa que llegó a un punto crítico con la renuncia de Guzmán y el
consecuente terremoto económico-financiero que preocupa a los líderes
del oficialismo.
Sin embargo, los aliados del kirchnerismo como el dirigente
social Juan Grabois -referente de algunos de los diputados del Frente
de Todos- y Yasky manifestaron duras críticas contra la nueva
ministra, a la vez que empezaron a presionar nuevamente con el proyecto
de Salario Básico Universal al que tanto Fernández como Batakis le
bajaron el pulgar por el momento.
El Presupuesto y el Salario Universal:
¿amenaza de tormenta?
El martes, un día después de los anuncios de Batakis, distintas zonas
del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) amanecieron
con afiches negros que exhibían la siguiente consigna: "¿Le
negarías a alguien el derecho a comer? Salario Básico Universal. Es
ahora". Es el punto de partida de una
campaña que presiona sobre la gestión económica de la nueva
funcionaria.
El operativo para impulsar este proyecto ya se coló en la última
sesión de la Cámara de Diputados, donde entre algunas de las bancas del
Frente de Todos se mostraron carteles que reclamaban por
el Salario Básico Universal.
Este es un dato saliente porque el tema podría meterse en el medio de
las discusiones en torno a la ya difícil agenda de Batakis para el Congreso. Y
no es el único, dado que la Cámara baja también tiene pendiente de tratamiento
la nueva "moratoria previsional" que aprobó el Senado, a instancias
del kirchnerismo.
La medida, que en rigor propone un plan de pagos para las personas en
edad jubilatoria que no tiene los 30 años de aportes requeridos para jubilarse,
tiene un costo fiscal del 0,02% del PBI para 2022 y 0,3% para 2023.
"Honestamente, no es una buena excusa para no votar este proyecto",
fue la frase que dejó la senadora Juliana di Tullio, cercana a Cristina Kirchner.
Se desconoce todavía la postura de la nueva ministra, que defiende del
equilibrio fiscal.
Si a todo eso se le suma el proyecto opositor
para eliminar el Impuesto a los Bienes Personales y el siempre espinoso debate sobre el
Presupuesto, la agenda económica que Batakis necesita mover en el Congreso
quedará envuelta en una discusión mucho más amplia y compleja y promete un segundo
semestre políticamente agitado tanto para ella como para los diputados y
senadores.
El antecedente del
rechazo al Presupuesto 2022 en medio de disputas y críticas que fueron en todas
las direcciones, pone más expectativas sobre los debates que se vienes. |