Por Florencia Barragan - La
ministra de Economía, Silvina Batakis, anunció medidas relacionadas al gasto del Estado que podrían garantizar que se
cumpla la meta fiscal establecida
con el FMI, de un déficit del 2,5% para 2022, según
analistas consultados por Ámbito, especializados en finanzas públicas que
pasaron por el Ministerio de Economía. Sin embargo, consideran que el mayor
desafío será “político” por cómo se ejecuta el gasto, y anticipan que los
posibles recortes podrán pasar por la obra pública, los subsidios energéticos y
las transferencias a las provincias, en base a experiencias históricas.
En su primera conferencia, Batakis anunció dos medidas que podrían
ayudar a cumplir las metas con el FMI. Por un lado, anticipó que las cuotas
presupuestarias mensuales que el Ministerio de Economía le otorga a la
Administración Pública va a ser acorde a la proyección de caja real, es decir,
de los ingresos que el Estado espera recaudar. “No vamos a gastar más de lo
que tenemos”, afirmó.
La otra medida es la unificación de un sistema de cuentas únicas, donde
todas las erogaciones salgan de una misma “caja central”. Esto, anticipó
Batakis, podría generar ahorros por $600 mil millones, debido a los
distintos superávits que puedan tener organismos descentralizados, como puede
ser un fondo fiduciario. Para eso, deberá modificarse un artículo de la Ley de
Administración Financiera. “Soy una persona que cree en el equilibrio fiscal”,
afirmó Batakis.
En diálogo con Ámbito, Nadin Argañaraz, director del Instituto Argentino
de Análisis Fiscal (IARAF), explicó las consecuencias de las medidas: “La
implementación de cuotas presupuestarias en base a la caja disponible puede eliminar el déficit mientras eso esté en vigencia”.
Significa que no se podrá devengar más gasto que el ingreso que proviene de la
recaudación. “Podría implicar un equilibrio de hecho entre ingresos y gastos”,
aclaró. Para determinar las cuotas presupuestarias, consideró que la Secretaría
de Hacienda debería fijar proyecciones cortas, trimestrales, en base al flujo
esperado de ingresos.
Si bien aseguró que lo anunciado marca “señales claras” por parte de
Batakis, anticipó que el mayor desafío pasará por cómo se implementa el
esquema. “Va a surgir una puja lógica de los distintos ministerios por
tener más caja, por ende más capacidad de gasto, cada ministerio va a
querer posicionar a su tarea”, explicó. En base a medidas similares tomadas en
el pasado, estimó que en la implementación el recorte podría pasar por la obra
pública o por los subsidios a la energía, que es el gasto que más creció en el
año.
De todos modos, el anuncio de Batakis plantea que se van a ajustar las
cuotas presupuestarias, es decir, lo que se le “habilita” a gastar, pero no
cómo serán esas cuotas. Además, hay gastos que no pueden recortarse, como
jubilaciones o salarios. “Los gastos previsionales se modifican por la Ley de
Movilidad, así que ya están establecidos, y sino deberían modificar la ley”,
explicó. “La garantía para su viabilidad política será que no implique más
esfuerzos a los sectores sociales más vulnerables”, agregó.
En tanto, Oscar Cetrángolo, profesor de finanzas públicas de la UBA,
estimó que las medidas anunciadas pueden “acompañar” una baja en el déficit
fiscal, pero deberían estar insertas con el anuncio de un programa fiscal,
debido a la “rigidez” que tiene el presupuesto argentino en sus gastos, como es
por ejemplo el previsional, principal erogación de la administración pública.
Entre los aspectos a tener en cuenta, detalló que uno de los puntos a destacar
es que de no pagarse gastos devengados, podría generarse deuda flotante, otro
punto que está establecido en el acuerdo con el FMI.
En cuanto al superávit de $600 mil millones que genera la unificación de
las cajas de un sistema de cuentas, Cetrangoló anticipó: “En el corto plazo
puede ayudar, pero en el mediano plazo se vuelve en contra, si se toman superávits de otros organismos, en algún momento se
tiene que devolver, porque así lo establece la ley, y porque puede
generar problemas políticos con las áreas de donde se toma”.
En la misma línea, Nicolás Gadano, quien pasó por la secretaría de
hacienda, en donde se va a definir la letra chica de lo anunciado, aseguró: “Controlar los gastos de caja puede ayudar a cumplir una meta con
el FMI, pero no resuelve el problema del déficit. El gasto que se
devenga y no se paga, o se ejecuta y ni siquiera se devenga, es más deuda y
pagos en el futuro. La crisis macro no se resuelve con un enfoque de
tesorería”, escribió en twitter. |