Por Claudio Zlotnik - La respuesta a la pregunta es clave para
entender cómo impactarán sobre la economía los
anuncios de Silvina Batakis de ayer por la mañana. ¿En qué sectores tiene
margen la ministra para llevar a cabo ese ajuste?
La premisa está clara: las porciones del Estado que hayan
subejecutado sus respectivos presupuestos ya no tendrán margen para recuperar
el "tiempo perdido". Lo que no se gastó, así quedará. Un monto que la
propia Batakis estimó en unos $600.000 millones.
Además, mencionó que de ahora en más regirá la
concepción de "caja única" en el Estado, con el
objetivo de centralizar las decisiones.
Por otra parte, Batakis también dijo que el Estado sólo gastará en
función de lo que se recaude. "Las cuotas presupuestarias mensuales que el
Ministerio de Economía otorga para hacer la ejecución de erogaciones va a ser
acorde con la proyección de caja real". "No vamos a gastar más de lo
que tenemos", sentenció. Una definición tan fuerte que a algunos
funcionarios les recordó el "déficit cero" anunciado por Domingo
Cavallo en 2001.
No fue lo único: Batakis dispuso la extensión del congelamiento de
personal a todos los organismos de la Administración Pública Nacional (APN)
que, además, recibirá las cuotas presupuestarias mensuales "solamente
acorde con la proyección de caja real".
Este congelamiento se dispondrá en todas las áreas del Estado; y no
solamente en la administración pública nacional.
El ajuste de Batakis: ¿a quién afectará?
De acuerdo a
las planillas oficiales, la obra pública se convertirá en el centro
del próximo ajuste.
El Presupuesto actualizado para este año indicaba fondos por $1,5
billones para la obra pública. Al mes de mayo, se habían ejecutado exactamente
$400.000 millones. Si se extiende este mismo ritmo al resto del año, permitiría
hablar de un ajuste de unos $240.000 anuales.
Esta fue la misma estrategia que eligió Batakis cuando fue ministra
en la gestión de Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires y se vio
obligada a realizar un ajuste de sus cuentas, en medio del
"maltrato" al que lo sometía Cristina Kirchner retacéandole fondos.
Por fuera de la obra pública, habrá que prestar atención a lo que suceda
con los salarios
de los empleados públicos.
Hasta ahora, los trabajadores estatales lograron un alza
salarial promedio del 60%. De acuerdo a estimaciones del economista Amílcar
Collante, si no hubiera un aumento adicional, el ahorro para el Estado
alcanzaría a unos $100.000 millones.
Hay un capítulo menor a los mencionados, que son las transferencias
a las provincias, que si se mantienen al ritmo actual podrían generar un ahorro
para el Estado nacional cercano a los $50.000 millones.
El ajuste que no quiere hacer el Gobierno
En cambio, hay todo un capítulo referido a los gastos más importantes
que tiene el Estado que no se
pueden tocar: los pagos a jubilaciones, pensiones y beneficios sociales
(AUH, por ejemplo) que ya están indexados por ley.
Tampoco habrá un ahorro por el lado de los subsidios. Esos aportes están
disparados por los mayores costos de la energía a nivel internacional, y los
aumentos que se vienen en las tarifas (una parte ya se hizo) apenas sirven para
poner un límite al crecimiento de esas erogaciones.
Respecto de los planes sociales -como el Progresar Trabajo- el monto
depende de la evolución del salario mínimo, que se arregla en una negociación
entre sindicatos, empresarios y el Ministerio de Trabajo.
El ministro de Trabajo, Claudio Moroni, ya adelantó que el mes que
viene habrá una nueva reunión para discutir una actualización del salario
mínimo.
Las protestas de los estatales
Hugo Yasky, titular de la CTA, la confederación que nuclea a los
trabajadores estatales, ya salió a criticar con dureza el anuncio oficial. "Así como se hizo, el anuncio no se
va a poder cumplir", sentenció el sindicalista durante la tarde
del lunes durante un reportaje radial.
Luego agregó: "Quizá llegó el tiempo de poner nuestro reclamo en la
calle".
Hugo "Cachorro" Godoy, otra de las voces en las que se
referencian los empleados estatales, ya adelantó que mañana miércoles habrá asambleas
entre los distintos organismos del Estado para analizar los próximos
pasos.
"Nuestra
expectativa era que Batakis se corriera de lo que hacía Martín Guzmán, y eso no
pasó para nada", dijo.
Parece claro que los gremios estatales endurecerán su posición frente al
Gobierno, al que hasta ahora acompañaron. ¿Se acercan nuevos tiempos en esa
relación?
Batakis mira a los mercados y teme por el
dólar
La disparada de la brecha cambiaria, que se profundizó tras la renuncia
de Guzmán al ministerio de Economía, convenció a Alberto Fernández de
alinearse definitivamente con el Fondo Monetario. Ese vínculo, a ojos del
Presidente y de la propia Batakis, es el único tipo de ancla al que puede
aspirar el Gobierno en medio de las tensiones cambiarias.
La primera reacción en el mercado financiero fue más tibia a la esperada
por los funcionarios, con un dólar blue que quedó muy cerca de los $270 y un
contado con liquidación $6 por debajo de los $300.
No obstante, entre los funcionarios apuntaban que las tensiones deberían
aflojar en los próximos días, a
medida de que quede claro que el Gobierno va "en serio" por el
ordenamiento fiscal y la suba de las tasas de interés.
A esta hora, la gran pregunta es obvia: ¿qué pensará Cristina
Kirchner de los anuncios? ¿Los habrá avalado en sus reuniones con el
Presidente? Pronto habrá novedades.
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