zPorMariano Boettner - Sin vencimientos urgentes a la
vista, y con la intención de descomprimir el calendario de obligaciones de pago
que sí se tornarán exigentes a fin de mes, la Secretaría de Finanzas que
encabeza Eduardo Setti diseñó hasta el lunes por la tarde los
bonos que estarán incluidos en el menú oficial para el primer testeo ante
el mercado.
Según dejó saber la propia Batakis y mencionaron fuentes oficiales
a Infobae, una parte importante de esa estrategia financiera estará
marcada por el poder de disuasión de una eventual devaluación del peso, para lo
cual el Ministerio de Economía explora reforzar la emisión de títulos
públicos dollar linked, es decir, que protegen al inversor de
movimientos del tipo de cambio. De acuerdo al llamado a licitación que publicó
Economía habrá una Lelite en pesos a descuento con vencimiento dentro de
un mes, una Lete a octubre, un bono a 2027 dirigido a bancos y un bono atado al
dólar con finalización en julio de 2023.
Suele ser considerado, habitualmente, una señal de que no habrá
correcciones del dólar administrado por el Banco Central. De lo contrario,
implicaría un costo financiero mucho mayor para el Tesoro. Por eso, la
aparición de este tipo de bonos en la mesa de colocación funciona más como un
mensaje en clave hacia el mercado. “El tipo de cambio real multilateral
está en una situación de equilibrio”, dijo Batakis este lunes por la mañana.
Por definición, los bonos dollar linked son un
instrumento de cobertura ante movimientos del tipo de cambio, pero que no
implican para el inversor pasarse a moneda extranjera, ya que tanto la compra
del título público como su cobro se realiza siempre en pesos. La ventaja para
el inversor es que sus pesos no perderán poder de compra frente al ritmo
devaluador que imprima el BCRA.
Silvina Batakis afrontará este miércoles su primera prueba ante el
mercado financiero
No sería la primera vez que Economía pone sobre la mesa bonos atados al
tipo de cambio. Sin ir más lejos, tuvo que hacerlo Guzmán en su última
operación de colocación de títulos públicos. En esa ocasión, el 15% de los
$248.000 millones ($37.391 millones o USD 310 millones) que recolectó
fueron por el bono dollar linked, con vencimiento a 2023. Hubo, incluso, una
opción para que los inversores compren uno similar con finalización en 2024
pero su adjudicación quedó desierta.
Este lunes por la tarde, el secretario de Finanzas Eduardo
Setti terminó de diseñar el llamado a licitación tras una reunión con
ejecutivos de fondos comunes de inversión y sostuvo contactos con funcionarios
del Banco Central para afinar un trabajo de coordinación.
Una fuente oficial con conocimiento de las conversaciones aseguraba
que la expectativa está puesta en poder mostrar un sendero de tasas de
interés reales positivas -es decir, que no queden por detrás de la inflación-
y, en lo posible, una extensión de los plazos de colocación de los bonos. Uno
de los últimos problemas que afrontó Martín Guzmán como ministro fue que el
mercado dejó de querer títulos públicos del Tesoro que venzan más allá de este
año.
Como no hay grandes vencimientos hasta fin de mes, Finanzas ve en esta
primera licitación una oportunidad para mostrar una recolección robusta de
pesos y aliviar el panorama para lo que resta del mes. Este trimestre, en
general, será desafiante para la nueva conducción del equipo económico. De
hecho, además de la colocación, llevará adelante por anticipado una
propuesta de “conversión” de los dos bonos que vencen el 29 de junio por
$490.000 millones por una canasta compuesta por una letra con vencimiento a
febrero de 2023 y otra a abril del año próximo. Para eso podría contar con
ayuda del sector público: unos $185.000 millones están en manos “amigas”.
De acuerdo a estimaciones de la consultora Quantum, entre julio y
septiembre Economía deberá afrontar vencimientos por 2 billones de pesos. Esa
es la cifra mínima que deberá conseguir para poder pagar las obligaciones ya
incluidas en el calendario financiero, pero necesitaría un porcentaje de roll
over más alto -para algunas proyecciones privadas debería ser de 140%,
es decir que por cada 100 pesos que venzan, necesitaría 140 pesos- para que el
programa quede en línea con los supuestos del acuerdo con el FMI.
El mercado de deuda en pesos representa la posibilidad que tiene el
Poder Ejecutivo para ponerle un tope a la emisión monetaria del Banco Central
para asistir al Tesoro: los pesos que no consiga Finanzas en sus colocaciones
de deuda quincenales los tendrá que poner la autoridad monetaria. El BCRA
actúa en este frente con un corset establecido en el programa con el FMI: solo
podría emitir el equivalente al 1% del PBI.
En su última licitación de deuda en pesos, tres días antes de su
renuncia, Guzmán había emitido USD 310 millones en bonos dollar linked.
El nivel de déficit primario será, además, otro elemento que influirá
sobre las operaciones de colocación de instrumentos financieros en moneda
local. Cuanto mayor sea la expansión del gasto y del desequilibrio fiscal, mayor
necesidad de financiamiento habrá. A priori, el déficit primario tiene un techo
de 2,5% del PBI según el acuerdo con el Fondo. Por ahora no hubo pistas desde
el Gobierno si buscará alguna modificación a esas metas anuales. Por esa
razón, la licitación de deuda en moneda doméstica atraviesa de forma
diagonal al programa económico del Poder Ejecutivo.
El peso que tendrá el programa financiero en pesos será tan grande que
este lunes la ministra Batakis aprovechó la presentación de sus primeros pasos
en el ministerio para descartar
“de cuajo” la posibilidad de incumplir el pago de la deuda en moneda local.
“Esto lo descarto de cuajo y además, también, quiero resaltar que en
esos rumores en esos comentarios que se daban en el mercado la verdad es que
hay una malicia muy fuerte en contra de un Gobierno que fue electo por el voto
popular”, agregó Batakis.
“Además tengamos en cuenta que hubo un gobierno que defaulteó su
deuda en pesos. Nosotros no estamos dispuestos a hacer eso, pero no solamente
no estamos dispuestos sino que además tenemos todos los mecanismos necesarios
para que eso no suceda y estamos comprometidos para que eso no suceda”, dijo la
ministra.
“Por eso es importante ir hacia un terreno de tasas de interés positivas
y de nuevos instrumentos que posibiliten que la cartera de inversiones sea
mayor y que tenga garantía en términos de rendimiento”, detalló.
Dentro del equipo económico una de las críticas sostenidas que tenían
hacia Martín Guzmán era la velocidad a la que adaptó los bonos del Tesoro
a una línea de tasas de interés positivas reales. Según la lectura que hacen en
algunos despachos oficiales, esa fue una de las razones por las que se desplomaron
los títulos CER que salió a rescatar el Banco Central. |