La emisión monetaria no surge únicamente de la necesidad del Gobierno de
cubrir su déficit fiscal, es decir, de imprimir dinero para pagar una parte del
gasto público (Adrián Escandar)
Por Fernando Meaños - La emisión monetaria no surge únicamente de la necesidad
del Gobierno de cubrir su déficit fiscal, es decir, de imprimir dinero para
pagar una parte del gasto público. Otro importante factor de emisión viene de
la deuda del Banco Central, que cada vez gasta más en intereses para retirar
pesos del mercado, algo así como los pesos que paga el BCRA para retirar pesos.
Por una vía o por la otra, el resultado de este fenómeno creciente en un mayor
índice de inflación.
“En Argentina, el principal factor de emisión no deja de ser el déficit
fiscal, pero va ganando peso también el déficit cuasi fiscal que es el generado
por los intereses que debe afrontar el Banco Central”, destaca un trabajo
del Instituto de Economía de la UADE que coordina el economista Fausto
Spotorno.
Esa política de “esterilización” de pesos que el Banco Central realiza a
través de sus instrumentos de deuda (Leliq y pases), no es inocua en materia de
inflación, aunque ayuda a reducirla y demorar su aparición: “Existen rezagos
debido a que el dinero tarda en introducirse en la economía e incluso la
propia política de esterilización posterga parcialmente los efectos
inflacionarios”.
Ese rezago hace que buena parte de la enorme emisión de 2020 para
dar contención social a los efectos de
la cuarentena preventiva del Covid-19 todavía tenga impacto en la
inflación actual. Según explica el informe, la emisión monetaria “lleva a la
inflación tarde o temprano”, por lo que los resultados de aquel aluvión de
pesos todavía se está pagando.
“Hay dos efectos secundarios de esa emisión que todavía están muy
presentes. Primero, la demanda de dinero es mucho mas baja que antes,
porque las expectativas de la inflación aumentaron. Además, desde la
salida de la pandemia se esterilizó mucho más y como consecuencia de eso
se genera un problema adicional, que es la escasa confianza en el peso”, señaló
Spotorno a Infobae. Recordó un dato alarmante: la deuda del Banco
Central equivale al 170% de la base monetaria. “Esa deuda no es otra cosa que
una promesa de más emisión”, explicó.
Según el economista Fausto Spotorno, "el proceso de emisión no paró
nunca, se redujo algo pero sigue adelante”
El economista distingue la situación de otros bancos centrales del mundo
que también emitieron fuerte durante la pandemia, pero luego comenzaron una
política monetaria restrictiva, con mucha absorción de dinero y suba de tasas.
En la Argentina, por el contrario, “el proceso de emisión no paró nunca,
se redujo algo pero sigue adelante”.
Como cualquier herramienta, la esterilización de los pesos por parte del
Banco Central tiene límites y su uso excesivo puede perder efecto: “Esterilizar
no es lo mismo que no emitir, reduce el efecto inflacionario pero no lo
elimina”, resumió Spotorno.
Cómo cubrir el déficit
¿Para qué el Banco Central emite dinero que ningún actor económico
demanda? Entre otros motivos, para que el estado pueda cubrir su déficit. El acuerdo
con el FMI autoriza a que este año la emisión alcance hasta 1 punto del PBI, una cifra
que podría llegar a duplicarse dado que “el déficit fiscal está siendo más alto
de lo esperado” lo que deja al gobierno en una posición más difícil para
colocar deuda”.
El informe de la UADE estima que de esa enorme suma de dinero que
será emitida, “entre el 30% y el 50% se esterilice mediante colocaciones de
pases y Leliqs a los bancos” y que su efecto en términos inflacionarios no es
neutro. Impacta en los precios por dos vías. La primera, es que “al ser una
promesa de emisión monetaria, tiende a hacer bajar la demanda de dinero, lo que
resulta inflacionario”. Pero además, los crecientes intereses de esos pases y
leliqs “generan un déficit cuasi fiscal que también debe ser financiado con más
emisión monetaria o con mayor emisión de pases y Leliq”.
“Las necesidades financieras para cubrir el déficit del Estado y los
intereses de la deuda del BCRA son casi 7,5 puntos del PBI, de los cuales, 1,5
punto se financiará con emisión monetaria y los 6 restantes con deuda, que
podrá ser con organismos internacionales, deuda del Tesoro y Leliq”, apuntó el
informe.
El estudio de la UADE analizó la emisión monetaria en la Argentina
desde 1940 hasta el presente y sus principales fuentes, “el financiamiento al
fisco para cubrir el déficit fiscal y/o vencimientos de deuda y la compra de
reservas”. A lo largo de la historia hubo dos grandes picos de emisión, uno entre
1975 y 1976 y otro entre 1983 y 1985, sin contabilizar la hiperinflación de
1989.
Desde 2004 la emisión monetaria se mantiene relativamente estable en un
rango de entre 30% y 35% anual. Y el informe puntualizó que “los valores
actuales son similares a los del periodo 2002-2003″, con la salvedad de
que hubo un cambio en la composición. “Mientras que en ese período la
expansión estuvo vinculada a una mayor base monetaria, en el período actual se
destacan mayor cuantía de pasivos monetarios. En los últimos años los pasivos
monetarios vienen creciendo a un ritmo que casi duplica al que habían tenido
hasta 2015″ concluyó el informe, poniendo en evidencia el fuerte impacto de la
deuda del BCRA. |