Las últimas medidas del Banco Central que ajustaron aun más el cepo a
las importaciones generaron una situación de extrema preocupación en las
empresas que ya advierten que las actuales dificultades para acceder a
productos y bienes importados para la producción generarán faltantes y aumentos
de precios en el corto y mediano plazo. La preocupación es generalizada en
todos los sectores que, más allá de la coyuntura, aun no saben si en los
próximos dos meses van a poder pagar compromisos ya asumidos.
“Esta incertidumbre se traslada en una presión hacia los precios. Las
empresas no saben si van a poder hacer la reposición correspondiente. Hay un
conjunto de situaciones de extrema gravedad. Para la economía y la producción
no hay peor que la incertidumbre, que lleva a las empresas a tomar decisiones
conservadoras para resguardarse”, explicaron desde la Cámara de Importadores de
la República Argentina (CIRA).
Al no poder garantizar los próximos pagos a sus proveedores en el
exterior, las empresas buscan alternativas como suspender ventas, jerarquizas o
privilegiar a algunos clientes sobre otros o poner límites en las
cantidades. “En comercio exterior, las restricciones de hoy se ven
reflejadas con el tiempo. Los efectos se van a ver con el correr de las semanas
y los meses. La situación de incertidumbre es grave y generan fuertes presiones
y especulaciones”, advirtieron fuentes de la CIRA.
El 27 de junio pasado, el Banco Central endureció aun más las medidas
que restringen las importaciones. Las medidas, según explicaron desde la
entidad conducida por Miguel Pesce en un comunicado, se tomaron “para
responder a las necesidades extraordinarias de divisas para atender la
importación de energía, con el objeto de sostener el crecimiento económico y el
desarrollo de las pymes evitando maniobras especulativas sobre las importaciones”.
Las empresas tendrán que buscar financiamiento en dólares para concretar
sus pagos
Las medidas, explicaron fuentes oficiales, extendieron el sistema
de financiación de importaciones —que se estableció en marzo pasado— a las
realizadas bajo “Licencia No Automática” y a la importación de servicios y
tendrán vigencia por un trimestre (hasta el 30 de septiembre próximo).
Por lo tanto, las empresas tendrán que buscar financiamiento en
dólares para concretar sus pagos. A través de créditos comerciales en el
exterior o sus propias casas matrices. El Gobierno también dispuso, desde el
Ministerio de Desarrollo Productivo que conduce Daniel Scioli, ampliar las
posiciones arancelarias de bienes equivalentes a los producidos en el país que
tendrán acceso al mercado a partir de 180 días y la de bienes suntuarios que
podrán acceder a partir de los 360 días.
Desde la CIRA ya solicitaron audiencia con la nueva ministra de
Economía Silvina Batakis para plantear las dificultades y también
reiteraron pedidos para reunirse con Daniel Scioli y Miguel Pesce, para
expresar formalmente la necesidad de pagar los bienes que ya fueron
comprometidos. “El 99% de los fabricantes locales algo
importan”, agregaron.
Según detallaron en el sector, el problema afecta en forma transversal a
todas las empresas importadoras. Los complejos procesos y plazos del comercio
exterior hacen que las consecuencias puedan verse tanto en el corto como en el
mediano plazo. “Hay cargas en el puerto de Buenos Aires pagando días de
almacenamiento, cuyo costo se duplica después de los 7 días, y hay carga
‘flotando’ (en camino) porque no puede pagarse. Son cargas programadas al menos
hace 30 días o más”, dijeron.
Desde la CIRA ya solicitaron audiencia con la nueva ministra de Economía
“Hoy están viajando a Buenos Aires cargas que fueron compradas en
febrero o marzo con un anticipo y se pagan contra entrega”, precisaron. La
idea de que las empresas puedan financiarse a 180 días es muy compleja, ya que
requiere una relación de confianza con los proveedores que muchas compañías
argentinas no pueden generar en este contexto.
Algunos cálculos de fuentes del sector exportador aseguran que un pedido
a China, por ejemplo, puede tener demora de 50 días en fábrica y luego hasta 60
días de tránsito. Y luego las empresas no consiguen un plazo de 180 días más
luego de que la carga llegue a destino (la fecha de nacionalización). El
comercio internacional se financia con un anticipo y luego el saldo restante se
paga contra entrega.
Según estimaciones, unas 297 compañías realizan importaciones por
USD 32.000 millones, la mitad del total. Mientras que el resto (unas 15.000
incluidas las pymes) importa por una suma similar. Por eso, son pocas las que
tienen una relación de poder suficiente para lograr mejores negociaciones con
sus proveedores en el exterior. |