Domingo 3 - Por Maia Jastreblansky - Martín Guzmán renunció
ayer como ministro de Economía, en una decisión que sorprendió al propio
Gobierno, aunque desde hace varias semanas se especulaba con ese desenlace. En
un contexto de aguda crisis interna y con indicadores económicos cada vez más
preocupantes, la situación de Guzmán se tornó insostenible. El ahora exministro
anunció su decisión por Twitter en la tarde de ayer, justo cuando la
vicepresidenta Cristina Kirchner hablaba en un acto en Ensenada y ratificaba
sus cuestionamientos a la gestión económica del Gobierno.
En una extensa carta dirigida al Presidente, Guzmán defendió su gestión
y aludió a las divergencias internas en el oficialismo. Al mediodía, mientras
Alberto Fernández almorzaba en Olivos, lo había llamado por teléfono para
adelantarle que dejaría el gabinete. “El Presidente lamenta la decisión de
Martín, pero la respeta. No habrá ningún giro brusco en la economía y se
mantendrá el plan que está en marcha”, dijo a una calificada fuente del la
nacion entorno presidencial.
Anoche, el Presidente realizaba distintas consultas en busca de definir
al sucesor. La danza de nombres incluía a Marco Lavagna, Cecilia Todesca y
Emmanuel Álvarez Agis. Pero fuentes oficiales anticiparon que se definían
también otros cambios de gabinete. Se mencionaba la posibilidad de un
desembarco de Sergio Massa en el Ejecutivo.
Con la renuncia de Guzmán se escribe un nuevo capítulo de la crisis
interna que ha fracturado al Gobierno. Guzmán era el ministro al que más se
aferraba el Presidente; otro era Matías Kulfas, al que tuvo que echar el mes
pasado.
Tras muchos meses de desgaste y de una gestión obstaculizada por la
interna política con el kirchnerismo, el ministro de Economía, Martín Guzmán,
renunció ayer a su cargo. Lo hizo mediante una carta a Alberto Fernández en la
que consideró necesario que “un acuerdo político” sostenga a quien vaya a
reemplazarlo en el Palacio de Hacienda.
La decisión causó sorpresa y decepción en el círculo íntimo del
Presidente, según pudo reconstruir la nacion. Durante el transcurso de la
semana, el ministro le había pedido al jefe del Estado más control sobre el
tablero de decisiones. Ayer, finalmente, le informó que se iba, como un hecho
consumado. Fue momentos antes de hacer pública su misiva.
El momento que eligió el funcionario para dar a conocer su decisión, en
tanto, fue muy peculiar: cuando Guzmán publicó su carta en Twitter, Cristina
Kirchner promediaba su discurso desde un acto en Ensenada con nuevas críticas
al rumbo económico y al ministro (ver página 16).
Fuentes oficiales cercanas a Fernández aseguraron que hoy se anunciaría
un recambio de gabinete más amplio, además del reemplazo de Guzmán (ver página
8). La clave reside en si esos cambios los hace a partir de un acuerdo con sus
socios políticos o si lo resuelve solo. Cerca del Presidente se limitaron a
decir que el jefe del Estado “lamenta la decisión [de Guzmán], pero la respeta”
y que “el programa económico se va a mantener”.
Guzmán redactó un extenso texto dirigido al Presidente. Entrelíneas, dio
a entender que la falta de respaldo político del kirchnerismo y el massismo
venía condicionando fuertemente la gestión económica y demorando las medidas
que él quería implementar para pilotear la crisis por la escasez de reservas en
el BCRA y la inflación.
La salida del ministro llega tras una nueva escalada del dólar y una
caída de los bonos y en medio de un conflicto con el campo y los transportistas
por la falta de gasoil.
“Desde la experiencia que he vilos vido, considero que será primordial
que trabaje en un acuerdo político dentro de la coalición gobernante para que
quien me reemplace cuente con el manejo centralizado de los instrumentos de
política macroeconómica necesarios para consolidar los avances y hacer frente a
los desafíos por delante.
Eso ayudará a que quien me suceda pueda llevar adelante las gestiones
conducentes al progreso económico y social con el apoyo político que es
necesario para que aquellas sean efectivas”, manifestó Guzmán en su carta. La
hizo pública un sábado, para dar un margen de tiempo hasta la reapertura de los
mercados.
Según pudo saber la nacion, durante los últimos días, Guzmán le reclamó
a Fernández tener mayor control sobre los instrumentos macroeconómicos.
Particularmente quería cambios en Energía, donde las segundas y terceras líneas
venían desacatando sus órdenes. También esperaba mayor poder de decisión sobre
el BCRA, que conduce Miguel Pesce.
El exministro venía resistiendo permanentes cuestionamientos públicos de
la vicepresidenta, además de los múltiples cortocircuitos con los funcionarios
kirchneristas. Ante las incesantes especulaciones sobre su salida, siempre
había respondido con calma e inexpresividad.
Sin embargo, los conflictos internos de las últimas semanas trabaron
fuertemente la gestión. Los desacuerdos con distintos funcionarios de La
Cámpora que le impedían tener el control completo de los instrumentos, sumado a
la erosión continua de Cristina Kirchner, lo llevaron a tomar la decisión.
La salida del ministro tomó por sorpresa a los dirigentes del Frente de
Todos. Muchos de ellos se encontraban en la platea del acto en Ensenada. Guzmán
había estado recluido buena parte del viernes con su grupo más estrecho de
colaboradores en el Palacio de Hacienda, antes de asistir al acto de Alberto
Fernández en la CGT. Durante la presentación del Presidente del viernes, en el
gabinete desconocían este desenlace.
Cerca de Sergio Massa, en tanto, aseguraron que el titular de la Cámara
de Diputados se encontraba en la cancha viendo a Tigre cuando se conoció la
noticia. Massa viene reclamando al Presidente un reordenamiento estructural del
gabinete, y su nombre suena fuerte para integrarse al Poder Ejecutivo, pese a
que cerca de Fernández aseguran que el Presidente “lo necesita al frente de la
Cámara baja”.
Junto con Guzmán, en tanto, renunciaron los secretarios de Estado que le
respondían, como Raúl Rigo de la Secretaría de Hacienda. La salida de los
funcionarios abre un fuerte interrogante sobre cómo continuará la relación con
el staff del Fondo.
Ayer no se manifestó, en cambio, el secretario de Energía, Darío
Martínez, con quien Guzmán había tenido un fuerte contrapunto en los últimos
días por su decisión de desentenderse de la segmentación energética. En un
abierto desacato, el secretario de Energía firmó una resolución que, en lugar de
agilizar la puesta en marcha del proceso de segmentación, retrasó y complejizó
la medida. |