Por Sebastián Catalano - La guerra y el contexto internacional,
pero sobre todo la falta de planificación, la interna del sector energético
local y un país sin dólares generaron un combo letal que lleva a que la
Argentina viva una crisis en la provisión de gasoil desde hace dos meses.
El impacto es enorme y no sólo económico: esta semana, un
transportista murió de una pedrada en una ruta bonaerense luego
de un entredicho con colegas suyos que cortan las rutas hace una semana en
reclamo de gasoil y otras medidas. Los problemas en los surtidores comenzaron
en estaciones de servicio de bandera blanca en octubre pasado. Luego hubo
complicaciones en febrero, nuevos conflictos en marzo y abril, y llegaron los
cortes de ruta en la última semana.
Los cortes se sintieron en la parte final de la cosecha de soja, en la
de sorgo y maíz y en las frutas y verduras que llegan a los puertos desde el
norte del país. Como contó hoy Infobae, se estima
que los piquetes impidieron la llegada a los puertos de granos por un valor de
USD 250 millones. La crisis es generalizada: según la última
encuesta de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte
de Cargas (Fadeeac), la única
provincia que no reportó hasta el momento problemas de abastecimiento fue
Tierra del Fuego.
En el medio, la interna de la interna, con funcionarios que se acusan
entre sí y se culpan
por la crisis de escasez. No por nada el energético es el sector donde más
evidente es la grieta interna en el Gobierno entre albertistas y cristinistas.
El contexto generó la salida de Matías Kulfas del gabinete en medio
de sospechas de corrupción sobre el gasoducto Néstor Kirchner (que luego
desmintió en la Justicia), y allí se
dirimen las dudas sobre cómo se segmentarán los aumentos de las tarifas de luz
y gas.
Esta semana se vivió un nuevo salto del dólar, con la cotización contado
con liqui que llegó a 250 pesos y con el libre que rozó los $240. Todo
mientras el Banco Central toma medidas para restringir aún más las
importaciones y crecen las dudas sobre la capacidad de fortalecer las reservas,
como se firmó en el acuerdo con el FMI. Los dólares que el Central promete
ahorrar con un cepo más estricto irán casi en exclusiva a pagar importaciones de
energía.
“Lo del gasoil se retrasó porque la compra debería haber comenzado
antes”, reconoció hoy el ministro de Seguridad, Aníbal
Fernández antes de entrar a la reunión de gabinete en Casa Rosada. “Va a
estar resuelto en días, no es positivo dar fecha, pero hay soluciones en muchos
lugares del país”, prometió.
Autopista Buenos Aires-La Plata: tras un corte de transportistas de más
de dos horas, la semana pasado (Télam)
“El tema de fondo es que tenemos los precios de los combustibles
desalineados de los internacionales”, resumió Daniel Montamat, ex
secretario de Energía y ex presidente de YPF. El especialista reconoció que sin
bien la demanda creció, lo hizo en los porcentajes habituales en tiempos de
cosecha y aseguró que es habitual un déficit estructural de 3 o 4 millones
cúbicos de gasoil por año, 10 o 20% de la demanda.
“La otra cuestión evidente, en un contexto de falta de dólares, es que
no tenemos planificación. El desconcierto es total: es la grieta de la grieta.
La falla es de la secretaría de Energía, que depende de Economía. Y Economía
depende del Presidente: parece una política de Estado, pero mala y a propósito.
Estamos reincidiendo en la misma crisis energética que tuvo Cristiana Kirchner
entre 2011 y 2015. Otros países también importan y no tiene escasez”, describió
Montamat quien reconoció que con los barcos que prometió el Gobierno y la mayor
mezcla de biodiesel para el gasoil “se pueden acomodar un poco las cosas”. Con
todo, pronosticó: “Todavía tenemos para varias semanas más”.
Emilio Apud, consultor y también ex secretario de Energía (por un muy
breve período en 2001), coincidió. “Esto que vemos es una mezcla de
imprevisibilidad e incapacidad. Estamos en manos de gente que maneja el tema
con parámetros que no son ni económicos ni técnicos. Es una conducción
bicéfala, como pasa a nivel gobierno nacional. Esto genera retrasos en la
importación y eso es igual a crisis. Las empresas importadoras lo hacen a
pérdida, pero tampoco consiguen los dólares del Banco Central: es un combo
perfecto para el desabastecimiento. Hubo más demanda y se descontroló la
frontera, es verdad, pero es mentira que la escasez sea por eso. Es todo
improvisación y, en el mejor de los casos, impericia”, destacó.
“Las ventas en Estaciones de Servicio crecieron casi 23% en mayo en
relación al año anterior, y fueron junto con abril, las más altas desde el año
2015″, dijo Martínez. En medio de la interna, los especialistas señalan a su
área como la principal responsable del faltante.
Ayer, la economista Diana
Mondino le dijo a este medio que la Argentina no se queda sin gasoil
producto del crecimiento económico. “Las principales causas son la imprevisión en la
cantidad de barcos que iban a ser necesarios especialmente considerando que se
había reducido el corte con biodiesel y que había que sustituir ese biodiesel
con más gasoil. Eso afecta a las cantidades. Los precios tienen un fenómeno
exógeno producto de la guerra entre Rusia y Ucrania. Pero esto no es una cosa
nueva. Siempre se importa gasoil en la Argentina. No podés no saber que en
febrero y marzo la siembra necesita más gasoil”, afirmó. INFOBAE |