Por Estefanía Pozzo - El
Gobierno está en una disyuntiva. La dificultad que está teniendo para acumular reservas le mete presión a todo el programa
macroeconómico, programa que se sostiene también en el acuerdo con el FMI,
porque, de caerse, significaría que el país debería pagar entre 2022 y 2023
alrededor de U$44.000 millones. Por eso, los ojos se posaron en la
administración del comercio exterior y hacia allí avanzó hoy el Banco Central, al modificar las condiciones
al que pueden acceder las grandes compañías al mercado único de cambios.
En principio, las grandes compañías podrán acceder a divisas por
el equivalente del 105% importado durante el año pasado. Quedan
exceptuadas, sin embargo, las importaciones de energía, bienes de
capital y medicamentos. Esta normativa se flexibiliza para las pymes, que
tendrán un límite de hasta 15% respecto de 2021. Según le explicó una fuente a
Ámbito, "se suman licencias no automáticas al esquema".
"Licencias Automáticas sigue igual salvo para las pymes (hasta U$1 millón
de importaciones), donde se flexibiliza hasta un 15% de crecimiento",
detalló. Al mismo tiempo, según comentaron desde otro despacho oficial, se
impuso un límite al pago al contado, sobre todo para empresas que antes no
estaban alcanzadas.
Por otra parte, el Central también avanzó en una
decisión respecto del pago de bienes de lujo: a partir de ahora deberán ser
completamente financiados a un año, le confiaron dos fuentes a Ámbito.
En
un comunicado posterior enviado por el Ministerio de Economía, el gobierno
resaltó que "es fundamental priorizar el acceso a las divisas que tiene el
Banco Central para aquello que es necesario para sostener la producción y la
recuperación económica, cuidando al mismo tiempo las reservas y la estabilidad
cambiaria". " Argentina necesita continuar el crecimiento que está
transitando con sostenibilidad e inclusión", escribieron.
Hace algunos meses, desde el entorno de Guzmán vienen repitiendo en
distintos diálogos con la prensa que el sostenimiento del crecimiento económico
tiene relación directa con las reservas en el Central y, al mismo tiempo, con
la administración de la política cambiaria. Los dólares son el
"músculo" que le permite Guzmán tomar decisiones. Según dijeron la
semana pasada en Economía, en 2022 la actividad tendrá un crecimiento de 4%
solo por efecto del arrastre estadístico, aunque esperan que a partir del
segundo trimestre el ritmo comience a ralentizarse.
La inquietud sobre las divisas disponibles en el Banco Central fue
expresado por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner el lunes pasado
en Avellaneda, cuando habló de un festival de importaciones. |