Por Julián Guarino - Todo pasa.
Pero nada pasa del todo. Y ya es sabido que existen quienes cruzan el bosque y
sólo ven leña para el fuego. ¿Será el caso de Miguel Pesce, el titular
del BCRA? Las miradas
confluyen en él. Y mal que le pese, la última semana volvió a ser el
protagonista de una saga que acumula ya varios capítulos. Como se verá más
adelante, la última palabra la tendrá en tándem inflación-dólar financiero. Por último, pero no menos importante, la primera
parada del cuadro de situación será, mañana, el anuncio de medidas para
administrar el comercio exterior, especialmente las importaciones.
El dato principal es que en los últimos días volvió muy
fuerte la venta de los bonos en pesos. Es decir que los inversores
institucionales parecieran convencidos de que eso es lo que hay que hacer en
este momento. Los precios de los títulos bajaron y luego se
estabilizaron. La razón hay que buscarla en que aparecieron
compradores con pesos en el bolsillo. Fueron compradores del Banco Central y
los pesos los imprimieron. Se calcula unos $ 450.000 millones. Lo reconoció el
propio Pesce a última hora del viernes. Habló de “defender” la
curva de pesos, es decir, esta historia va a seguir en los próximos días. Los
que venden son los Fondos Comunes de Inversión. Mucho de eso va a fondos
denominados money-market.
El
horizonte monetario y el dólar
Hay toda una legión de analistas, matemáticos y estadísticos que hacen
de la emisión de pesos su fetiche. Estos señores sumaron lo emitido por el BCRA
para frenar la caída de los bonos con otros tantos pesos que se emitieron para
girarle al Tesoro, es decir, para gastos del Gobierno. Esto último arroja unos
$ 290.000 millones. En total, más de $700.000 millones en apenas 20 días. Por
lo que la expansión monetaria de estos días suma más del 20% de la base
monetaria.
Guzmán y Pesce se reunieron el viernes a última hora con empresarios.
Fue un cónclave de rutina. Como estaba el flamante secretario Guillermo Hang,
se habló también de los precios cuidados. Pero el registro más importante es
que Guzmán buscó tranquilizar y Pesce, explicar. ¿Qué pasa con la demanda de las
colocaciones en pesos? No todas, pero algunas empresas tienen cajas millonarias
en pesos y una preocupación: qué hacer. Se les explicó lo que se está haciendo
desde el BCRA: la entidad compra bonos en el mercado secundario y luego, con
esos títulos, se “mete” en los canjes que propone Guzmán, es decir, el
Ministerio de Economía. Se hizo algo de esto la última semana. Va de nuevo: el
BCRA emite pesos, compra los bonos que los inversores institucionales venden y
luego con esas tenencias participa de los canjes que le ofrece Economía. Es
decir que si existiese límite alguno para el financiamiento monetario por parte
del BCRA, de esta forma, con un pase de manos, parece que el límite no rige.
Los
anuncios
Por otro lado, se viene un anuncio importante. El Gobierno relanzará su
esquema para administrar el comercio exterior. Lo hará mañana, Serán de
la partida el Banco Central, el ministerio de Desarrollo Productivo y Economía.
Por un lado, tal como anticipó Ámbito, habrá
jerarquías en las autorizaciones de importación. La idea es que se permitan el
ingreso de todo aquello “que sea sensible al crecimiento económico”, por
ejemplo, todo lo relacionado con la construcción del gasoducto Néstor Kirchner.
Además, se les pedirá a las empresas que utilicen sus propias divisas en
caso que sus casas matrices puedan financiar las importaciones y
que las empresas que puedan toma créditos internacionales o locales en moneda
dura, lo hagan con la posibilidad de cancelar esas líneas crediticias a los
seis meses. Todo esto también les fue adelantado a los empresarios el último
viernes.
Le pasa al Gobierno lo que ocurría a Cristóbal Colón, quien creía que el
mar le daba a cada hombre una nueva esperanza. La fórmula empleada por ese
animal bicéfalo que es Guzmán-Pesce pareciera no tener límites. Pero hay
quienes auguran que podría tenerlos, en los hechos. El Fondo Monetario, que el
viernes el board aprobó un desembolso de u$s 4010 millones (y hasta acordó
flexibilizar los criterios del segundo trimestre) también pidió mayor rigurosidad
fiscal.
Tanto la inflación como el dólar contado con liquidación (CCL) podrían
actuar de semáforo. Lo primero, se entiende, a partir de cierto impulso en el
sistema de precios en función de la mayor afluencia de moneda local. Sin
embargo, lo que podría generar algo de alarma es una eventual ampliación de la
brecha cambiaria. ¿Estuvo vendiendo bonos Globales contra pesos el BCRA?
Pareciera que no. O por lo menos, no tanto. El CCL se mantiene tranquilo en la
zona de los $235. El blue, que tocó $226, bastante menos. ¿Por qué? Porque,
como se ha dicho en esta columna la última semana, es probable que el
“festival” de importaciones esté generando mayor oferta de dólares financieros
y eso, tranquiliza las aguas en detrimento de las reservas del BCRA. Por otro lado
cabría preguntarse si puede continuar esta dinámica en los próximos meses o si
la oferta de dólares financieros puede ir cerrándose en la medida en que el
“festival” comience a cerrar sus ventanillas para vender dólares a $ 128.
Encapsulemos
De nuevo, todas las miradas confluyen en esa dama que conduce el FMI.
Georgieva deberá repasar las cuentas de la Argentina para la segunda revisión.
Habrá que ver qué opina de la fórmula que inventaron Guzmán y Pesce. Kristalina
podría pedir más ajuste del gasto a cambio de permitir cierto relajamiento en
la emisión, aunque seguramente será parte de la próxima discusión. En cambio,
parece un buen tema para que conversen CFK y el economista Melconian. Si
pudiese jerarquizarse una agenda de temas para tres horas de charla, es
probable que una parte importante de la misma podría rondar sobre cómo
desanudar la cuestión de la deuda en pesos. Preocupa a ambos
por diferentes razones.
Despejando la hipótesis del “reperfilamiento”, habrá que pensar cómo
administrar los meses más urticantes de la campaña electoral que, como se
apreció en los últimos días, se adelanta. ¿Podría la oposición política
no poner en juego el debate sobre la deuda en pesos? ¿Podría llegarse a un
acuerdo político para pensar una estrategia conjunta en el frente financiero en
pesos y jugar de callados sobre estas cuestiones tan importantes? ¿Y
si oficialismo, oposición y el FMI evalúan una estrategia común que deje a
todos contentos? Parecieran buenas preguntas para que tanto CFK como Melco y
Georgieva piensen, debatan y acuerden. Todo coronado con un acuerdo político
que encapsule estas cuestiones.
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