Por Javier Blanco - Temeroso de no poder lograr el
acompañamiento del mercado para refinanciar los cerca de $590.000 millones de
deuda que le vencen a fin de mes, el Gobierno lanzó ayer por la tarde
–sorpresivamente– un canje para patear hacia adelante al menos la mitad del vencimiento.
Es una convocatoria para los tenedores de las
Letras de Descuento (Ledes) o Letras ajustables por CER (Lecer) que vencen en 9
días y que estará abierta desde hoy a las 11 horas y hasta las 16 horas del
viernes, es decir, se encontrará disponible al cabo de los días en que el
ministro de Economía, Martín Guzmán, se reunirá con los banqueros de Adeba
(hoy) y ABA (mañana).
Será una oportunidad que seguramente aprovechará
para solicitarles acompañamiento para esta conversión y la licitación programada
para la semana próxima, en la que buscará captar algunos fondos frescos para
financiar un déficit que vuelve a dispararse. En los primeros cinco meses del
año, se acumula un déficit primario de $434.331 millones y un déficit
financiero de $848.339 millones (ver Página 19).
Dichos encuentros, que estaban originalmente
previstos para ayer y hoy, fueron precisamente reprogramados por sugerencia del
ministro.
La estrategia oficial es la de otras veces:
reprogramar y cuotificar el megavencimiento para dentro de 2 a 7 meses
ofreciendo en canje dos canastas compuestas por los mismos instrumentos que
buscan rescatar (para ahorrarse el pago) pero a mayor plazo.
Claro que, en anteriores ocasiones, la oferta la
lanzó con mayor anticipación, lo que devela que se atraviesa un sensible
momento.
El canje es un intento por tratar de evitar el
riesgo de no poder refinanciar la deuda que vence, cuando está cerca de volver
a agotar la posibilidad de cubrir los vencimientos con emisión monetaria, y
tener que convalidar a fin de mes otro salto en el costo de financiamiento
(había validado uno de hasta 3 puntos en la primera subasta del mes) dado que
llega a la cita en medio de una fuerte turbulencia de mercado.
Sólo hay que ver los niveles que vuelve a marcar la
tasa de riesgo país (ronda los 2200 puntos), los máximos que alcanzan los
seguros contra un posible nuevo default argentino en el exterior o las notables
complicaciones que enfrenta el BCRA para recomprar reservas.
Para tener éxito en su intento se apoyará
básicamente en la participación de los distintos organismos públicos que –según
estimaciones privadas– tienen más de la mitad de los títulos que vencen. Según
creen en el mercado, lo hará muy especialmente en la tenencia que de estos
papeles acumuló el Banco Central (BCRA) al emitir semanas atrás unos $300.000
millones para rescatarlos de la corrida desatada sobre los que ajustan capital
por CER, buscando defender su cotización. “Sospecho que apuntan a eso, dado que
el ente monetario está impedido de participar en licitaciones primarias pero si
puede allanarse a tomar parte de los canjes”, explicó el economista Santiago
López Alfaro, presidente de Patente Valores.
Para Juan José Vázquez, de Cohen Aliados
Financieros, la oferta de conversión también apunta a lograr el apoyo de los
privados. Por esa razón se ofrecen títulos que mayoritariamente vencerán
nuevamente durante el presente año y hasta en una de las opciones con la chance
de canjearlos “con un premio de 1,55% considerando precios de cierre de
mercado, en la opción 2”, explica.
Aunque el ministro Guzmán sostiene que la deuda
emitida en pesos es “sustentable”, la elevada exposición que tomó a la
inflación (variable que está claro no controla) volvió su dinámica muy
condicionante. No en vano es un pasivo que crece en unos $17.000 millones por
día por esa indexación.
Además, el renovado desborde fiscal fue minando la
credibilidad del emisor. Por algo el Tesoro, que venía de renovar todo lo que
le vencía con tanta comodidad que hasta pudo captar $640.000 millones “extras”
en el primer trimestre, pasó en los últimos meses a conseguir a duras penas
recaudar lo necesario para pagar lo que iba caducando.
“La denominada tasa de rollover, que estaba en el
150% en el primer trimestre, cayó al 90% en abril rompiendo una racha de siete
meses consecutivos de financiamiento neto positivo. Y pese a que en mayo
mejoraron los resultados de las licitaciones, el ratio del último bimestre
apenas superó el 100%, con lo que quedó 9 puntos por debajo del valor necesario
para que cierre el programa financiero implícito en el acuerdo( original) con
el FMI”, hizo notar la consultora Ecolatina en un informe al respecto.
Además, en ese lapso “desmejoró su composición y se
acortaron los plazos del financiamiento”, dejando a la vista un prólogo que explica
por sí solo el nuevo intento de canje.ß
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