Cómo impactará en la Argentina la inflación récord
en EEUU
Sábado 11 - Por Juan Gasalla - El IPC norteamericano
creció 1% en comparación con abril, tras el modesto aumento del 0,3% del mes
anterior, según informó el Departamento de Trabajo, muy por encima de lo
augurado por los analistas, que esperaban que las presiones inflacionarias
disminuyeran ligeramente.
La elevada inflación en los EEUU y la invasión rusa a
Ucrania apuraron los tiempos para el endurecimiento monetario que activa
la Reserva Federal norteamericana, pues el conflicto dio envión a
un encarecimiento adicional para las materias primas y la consecuente
presión inflacionaria.
¿Cómo afecta a la economía argentina?
La mayor presión inflacionaria abarca en lo inmediato a todos los
países, porque de una forma u otra sienten el impacto económico de
la escalada de cotizaciones de las materias primas por la guerra
desatada en Ucrania, pero la iniciativa tiene alcance global y por ende abarca
a las economías emergentes como la argentina.
Inflación anual en los EEUU desde 2016 a 2022.
1) Inflación importada. La suba de las materias primas no es un
fenómeno exclusivo de EEUU, sino global. Aunque la inflación argentina, del
orden del 60% anual, se produce por motivos domésticos, la suba de productos
como el gas natural que el país importa, y de otros que exporta, como
carnes y trigo, contribuyen a una mayor inflación doméstica.
“¿Qué es lo que le espera a la economía mundial? Vivir largos años
de inflación alta. Hay una guerra en el medio que está generando shock de
oferta multidimensional de commodities. Si bien la inflación tiene
raíces monetarias en el largo plazo -siempre es verdad-, en el corto
plazo estamos viendo una inflación muy especial que tiene una parte
monetaria y una parte no monetaria. Si (los bancos centrales) quieren luchar en
los dos frentes con política monetaria van a hacer más mal que bien y van a
‘romper’ toda la economía global y exterminar la demanda”, explicó Germán
Fermo, Head of Strategy del Grupo IEB (Invertir en Bolsa).
2) Pérdida de capacidad de ahorro. Es una realidad que los
argentinos tienen al dólar como una referencia para el ahorro, debido a
décadas de alta inflación y diversas crisis. La inflación norteamericana
es, justamente, el reflejo de la pérdida de valor del
dólar norteamericano. El 8,6% de inflación interanual es una pérdida
proporcional de capacidad de compra de esos billetes atesorados. Quien
tenía guardados USD 10.000 en junio de 2021, hoy podría adquirir bienes y
servicios por lo que hace un año conseguía por 9.140 dólares.
En su último informe sobre Balanza de Pagos, Deuda Externa y
Posición de Inversión Internacional, el INDEC puntualizó que la formación
de activos externos del sector privado no financiero, lo que vulgarmente
se llama “fuga de capitales”, alcanzó al cierre del año pasado
unos USD 360.082 millones, de los cuales, unos USD 235.564 millones
correspondió a billetes y depósitos fuera del sistema financiero local.
Es decir que los argentinos mantiene inmovilizados fuera del sistema
financiero argentino casi un PBI en moneda extranjera, en mayor parte dinero en
efectivo.
3) Amenaza recesiva. Rendimientos financieros más elevados por la
suba de tasas de referencia también tienen consigo un riesgo recesivo, al
encarecer el crédito. La Fed deberá manejar un delicada “sintonía fina” para
atacar la inflación sin frenar del todo la expansión económica, que persiste en
sendero de crecimiento ya superadas las restricciones por la pandemia de
COVID-19. Para la Argentina, el efecto dominó de una contracción
económica en los EEUU, que representa el 25% del PBI mundial, será
ineludible, pues tendrá inmediata réplica en América Latina.
Una consecuencia de esta expectativa de contracción económica se observa
en el comportamiento
bajista de acciones y bonos argentinos -y de papeles emergentes en
general-, que también son arrastrados por el muy negativo desempeño de los
activos financieros en Wall Street.
“Justamente este proceso inflacionario se debe en gran parte a
la reacción lenta que tuvo la Reserva Federal a la política monetaria
expansiva que se llevó a cabo en el 2020 y el 2021 a raíz de la crisis
ocasionada por el COVID-19. La última vez que la inflación se situó en estos
niveles, por la década del ‘80, la Fed había subido la tasa de
interés de referencia a un 19%”, subrayó Lucas Buscaglia, analista de
Renta Fija y Macroeconomía en IOL InvertirOnline.
En lo que va del año, la Fed aumentó dos veces la tasa, primero en 25
puntos básicos y después en 50 puntos, para llevarla al rango de 0,75%-1,00%
anual, y a mediados de este iniciará el desarme del balance, lo cual comenzará
a esterilizar la base monetaria.
“Si bien anticiparon que los aumentos serán de 50 puntos básicos, no
descartaron mayores aumentos en caso de que no se pueda llegar al objetivo del
2%. Por ende, este último aumento en la inflación núcleo podría llevar al
Directorio (de la Fed) a tomar medidas más fuertes en las próximas
reuniones, aumentando la tasa más agresivamente o acelerando el ritmo
de desarme del balance”, agregó Buscaglia.
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