La oposición logró aprobar la boleta única en Diputados, pese al rechazo
kirchnerista
Por Laura Serra - En abierto desafío al Gobierno, diecisiete bloques de
la oposición unieron sus fuerzas en la Cámara de
Diputados y lograron dar media sanción anoche al proyecto que propone aplicar
la boleta única de papel como nuevo instrumento de votación a partir de las
próximas elecciones. Una ovación celebró esta postal de unidad alcanzada en el
recinto, que se cristalizó tras un largo debate y una votación ajustada: 132
votos positivos frente a 104 negativos y 4 abstenciones. El oficialismo, sin la
presencia del titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa –quien participa
de la Cumbre de las Américas junto al presidente Alberto Fernández–, ni de
Máximo Kirchner, no pudo disimular su fastidio a lo largo del debate.
Una expresión de ese fastidio fueron las chicanas,
los reproches y las críticas a la boleta única y a la “mayoría circunstancial”
que alcanzaron los opositores en el recinto para impulsarla. Advirtió, además,
que semejante cambio electoral, por su relevancia, no debía ser aprobado sin un
consenso amplio. Tuvo como único aliado a la izquierda, que, pese a todas sus
críticas a la iniciativa opositora, finalmente se abstuvo.
Esta media sanción del proyecto de boleta única
representa el primer ensayo de un acuerdo amplio de la oposición desde la
última renovación parlamentaria. Allí comulgaron Juntos por el Cambio, el
interbloque Federal, los bloques libertarios, SER, el Movimiento Popular
Neuquino y Juntos Somos Río Negro; estos dos últimos bloques acompañaron al
oficialismo en casi todas las votaciones, pero ahora fueron claves para torcer
la balanza a favor de la oposición.
La iniciativa tendrá ahora un nuevo capítulo en el
Senado, donde el oficialismo apuesta a frenar el impulso que recibió de la
Cámara de Diputados. De hecho, la vicepresidenta Cristina Kirchner y el
presidente Fernández ya se expresaron en contra de esta herramienta; de allí el
temor de la oposición de que el proyecto termine cajoneado, sin tratamiento.
La media sanción aprobada anoche propone
instrumentar en el nivel nacional el modelo de boleta única de Córdoba. De esta
manera, se concentraría en una misma papeleta toda la oferta electoral a nivel
nacional (presidente y vice, diputados y senadores nacionales y parlamentarios
del Mercosur). El objetivo es garantizar al ciudadano el derecho constitucional
básico de elegir y ser elegido, pues, al poner la responsabilidad de la
impresión y distribución de las boletas en cabe za del Estado (no de los
partidos políticos), se aseguraría la presencia de la totalidad de la oferta
electoral en cada centro de votación.
Sobre este punto giró la mayoría de los discursos opositores
durante el debate, el cual fue presidido por otro opositor, el mendocino Omar
de Marchi. “Esta reforma está pensada para el ciudadano, porque hay un derecho
fundamental que el Estado no le está garantizando que es el derecho a elegir y
consecuentemente a ser elegido”, enfatizó el radical Miguel Nanni,
vicepresidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales.
En la misma línea se expresó Florencio Randazzo,
exministro del Interior del gobierno de Cristina Kirchner y actual diputado
opositor de Identidad Bonaerense. “Es cierto que el sistema actual es fiable,
pero la boleta única no solo garantiza que se respete a rajatabla la voluntad
popular, sino que además termina con viejos vicios del sistema electoral, como
el robo de boletas, y le ahorrará muchos recursos ya que todo se resuelve con
una única boleta que entrega el presidente de mesa”, exaltó.
El oficialismo no se conmovió por los argumentos
opositores. Por el contrario, les reprochó a sus adversarios que los haya
llevado “de las narices” al recinto a votar un cambio en el instrumento de la
votación cuando, por su importancia, debería ser aprobado por un consenso más
amplio.
Además, les endilgó no preocuparse por los
problemas “más urgentes” que padece la sociedad y abocarse a los temas “que a la
gente no le interesan”.
Los oficialistas no dedicaron demasiado tiempo a
cuestionar la boleta única, sino, más bien, a defender el actual sistema de
boletas partidarias: enfatizaron que no solo no mereció denuncias de fraude
estructural en la Justicia, sino que, además, permitió la alternancia de
distintos partidos políticos en el gobierno nacional.
“La boleta única no solo carece de consensos, sino
que provocaría que el calendario electoral sea más extendido, porque
favorecería el desdoblamiento de elecciones, con el consiguiente riesgo de que
el sistema político entre en una fase de inestabilidad. Esto, porque se
neutralizaría el efecto ‘arrastre’ que tiene la boleta partidaria”, advirtió el
diputado kirchnerista Leopoldo Moreau.
“Que algo funcione no quiere decir que no tenga
problemas serios como tiene la boleta partidaria argentina –retrucó el diputado
José Luis Espert (Avanza Libertad)–. La boleta única de papel pone en pie de
igualdad a los partidos chicos, que no tienen el dinero ni la capacidad logística
de los más grandes ”.
En el mismo sentido se expresó el diputado Pablo
Tonelli, de Pro. “El artículo 37 de la Constitución prescribe que el Estado
debe garantizar los derechos políticos de todos los ciudadanos. Y si hay un
derecho político por excelencia es el de votar y elegir a quien uno quiera que
lo gobierne. Y está claro que con el actual sistema no está garantizado”, dijo.
Desde la izquierda, Myriam Bregman y Romina Del Pla
cuestionaron el dictamen opositor. “Lo que estamos discutiendo y viendo en esta
sesión es una bandera política que eligió la oposición de derecha para
unificarse”, asestó Bregman, quien advirtió que, con este modelo, no figurarán
todos los candidatos en la boleta.● |