Por Carlos
Burgueño - El Gobierno ratificó ante
el FMI que el país
mantiene su meta de crecimiento de 4% mínimo para este año. Y que incluso se
puede pensar en que ese porcentaje sea aún mayor. Esto incluyendo una
proyección complicada en la provisión de divisas para sostener el ritmo de
producción industrial y el nivel de consumo interno positivo. El
alza del PBI fue confirmada ante el Fondo durante todas las sesiones en las que
se consultó sobre la variable, dentro de las audiencias entre funcionarios del
ministerio de Economía y los técnicos del organismo financiero; en el marco de
la primera misión de fiscalización comprometida por el Facilidades Extendidas
autorizado el 25 de marzo pasado por el board.
En ningún momento de las reuniones virtuales se puso en duda desde
Buenos Aires la posibilidad de lograr ese nivel de crecimiento de la economía;
aunque si se hayan expresado dudas desde los interlocutores de Washington. Lo
que desde el ministerio de Economía se garantizó, es que las proyecciones
basadas en la información que se maneja dentro del Ejecutivo; es que la
economía argentina no está dando señales de agotamiento en su crecimiento, y
que los sectores expansivos continúan con un muy buen ritmo de demanda interna
y externa. Y que, curiosamente a lo que se expresa en otros ámbitos, la
invasión de Rusia a Ucrania benefició a algunos sectores clave de la producción
nacional, garantizando la proyección de 4%. La actividad agropecuaria, la
construcción, la petrolera y varias industrias vinculadas a la sustitución de
importaciones habilitarían el optimismo oficial.
Por
ahora el FMI coincide con Argentina. No modificó, ni piensa hacerlo durante los
próximos meses (al menos hasta octubre), la proyección publicada en abril del
último informe sobre el World Economic Outlook (WEF).
Ese trabajo abre tradicionalmente las sesiones de la reunión conjunta del FMI y
el Banco Mundial de otoño en Washington; y, sobre el caso argentino, figuraba
un crecimiento previsto para este año de 4% del PBI. Se indicaba además que
este era el primer y fundamental paso para que la principal meta comprometida
ante el FMI, de un déficit fiscal de 2,5% final, pueda ser lograda.
En ese informe, el FMI aún esperaba una inflación de 48%; con una
proyección de 42% para el próximo año. En cuanto al frente externo, proyecta
que siga el superávit en la cuenta corriente del balance de pagos. Sería, según
el Fondo, positiva en 0,5% del PBI en el año en curso y también en 0,4% en
2023. Por la recuperación, el organismo estima que el desempleo pasará de 9,3%
de la población registrado el año pasado a 9,2% en el presente para descender a
8,1% en 2023. |