Por Javier Blanco - Apenas cuatro días después de haber reabierto la
posibilidad de monetizar el recurrente déficit fiscal, al venderle al Banco
Central (BCRA) el equivalente a US$2680 millones en Derechos Especiales de
Giros (DEG) recibidos en marzo del FMI, el Gobierno ya le pidió a
la entidad monetaria un nuevo préstamo por $124.000 millones.
La transferencia, que se realizó el 3 de junio pasado mediante un nuevo
desembolso de Adelantos Transitorios (AT), solo fue posible tras la maniobra
antes citada, una operación de ingeniería financiera que le
permitió al Tesoro bajar parte de la deuda que tenía con ese organismo y -a la
vez- recuperar la posibilidad de recibir “nuevos pesos” para financiar gastos
públicos “sin violar la meta trimestral fijada en el acuerdo con el
FMI ni los límites que impone la Carta Orgánica del BCRA”, se preocuparon en
aclarar desde el Ministerio de Economía desde donde comunicaron el movimiento.
La nueva asistencia se verá reflejada en las próximas horas en los
informes monetarios del BCRA.
Hasta antes de hacer la cancelación, como la que ya habían realizado en
2021 para poder emitir los pesos necesarios para financiar el denominado “Plan
Platita” con el que la administración Fernández buscó mejorar su perfomance electoral, al Tesoro
sólo le quedaba un margen de alrededor de $58.000 millones de emisión en junio
para cumplir las metas nominales vigentes al fin del segundo trimestre.
Tras esa operación, tiene margen por $380.000
millones para financiarse con emisión (le queda un remanente de
$256.000 millones), con lo que recuperó la chance de cumplir con la meta monetaria
trimestral que en el mercado se daba por caída, pero a costo de volver a emitir
pesos en momentos en que, dado el desborde monetario de fin de 2021, la
inflación se mantiene por encima del 5% mensual y las expectativas respecto de
su evolución futura no dejan de desmejorar.
Desde la cartera que encabeza Martín Guzmán explican que idearon la
posibilidad de financiar las elevadas necesidades presupuestarias de las
primeras dos semanas del mes considerando que la próxima colocación de
deuda en el mercado local se liquidará el próximo jueves 16, un
argumento algo endeble, dado que el diseño del programa monetario pudo haber
tenido en cuenta ese efecto estacional. Y destacaron que con la operación
aumentaron el plazo promedio del stock de deuda contraída en adelantos
transitorios, que aumenta de 219 días a los 233 días.
Luego de un primer trimestre calmo, entre abril y mayo el stock de
adelantos transitorios aumentó en casi $260.000 millones, tensionando
fuertemente el margen para el cumplimiento de la meta del segundo trimestre
frente a un mes estacionalmente deficitario como es junio. “En este contexto, y habiendo utilizado ya un 54% de
la asistencia monetaria pautada en el acuerdo para todo el año, el Tesoro optó a fin de mayo por utilizar parte de los DEG depositados
en su cuenta en el BCRA para relajar la meta monetaria y ampliar las
posibilidades de emisión”, describió la consultora Ecolatina.
“Se confirma que vuelven a usar dólares del FMI para ‘multiplicar’
la emisión de pesos. Queda demostrado que se cancelaron adelantos
transitorios para poder emitir más”, sostiene el economista Juan Ignacio
Paolicchi, de Empiria Consultores.
“Lo que se buscó es hacer un uso eficiente y consistente en
términos macroeconómicos de las distintas fuentes de financiamiento del Tesoro
identificadas para 2022: mercado de deuda local (1,7% PBI), BCRA
(1% del PBI), apoyo presupuestario del FMI (0,7% del PIB) y acreedores externos
oficiales (0,4% del PBI)”, señalaron desde Economía. Y “hacer consistente la
dinámica fiscal con la política de financiamiento del Tesoro de forma de dar
previsibilidad y certeza, generando condiciones de estabilidad económica que
promuevan y consoliden el proceso de crecimiento con inclusión social”,
contestan desde el Gobierno.
Lo concreto es que, además de usar la maquinita para
imprimir billetes por el 1% del PBI, como indica el acuerdo con el FMI, el Gobierno ya comenzó a echar mano al otro 0,7% del PBI en DEG que
el entendimiento también permite cuando ni siquiera se llegó a
la mitad de año y se sabeAque el último trimestre suele ser mucho
más exigente en materia de gasto público. |