Por Melisa Reinhold - Los empresarios más importantes del país
reclamaron ayer una reducción de la presión impositiva y estabilidad económica
y jurídica que asegure condiciones para la inversión. Fue en la celebración de
los veinte años de la creación de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), que
inauguró el presidente de la entidad, Jaime Campos, quien criticó el impuesto a
la “renta inesperada” de las compañías y cuestionó “la elevada presión
tributaria”.
En el encuentro, el ministro de Economía, Martín Guzmán, defendió el equilibrio
fiscal y la puesta en marcha de ese nuevo gravamen a la “renta inesperada”. A
su vez, en un mensaje grabado, el presidente Alberto Fernández cuestionó que
muchos argentinos no logran captar “las ganancias que se están dando” y acusó a
“las productoras de alimentos” por la inflación. En paralelo, la vicepresidenta
Cristina Kirchner cuestionó a un empresario por ironizar sobre la remarcación
de precios.
En días en que la tensión política y económica se acrecienta, ayer se
reunieron los empresarios más importantes del país para celebrar los veinte
años de la creación de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) y lanzaron
fuertes críticas al Gobierno. Bajo el lema “El sector privado es el factor
clave para el desarrollo”, los dueños de empresas hicieron hincapié en la
importancia de la estabilidad macroeconómica y jurídica para poder seguir
invirtiendo en el país.
El evento fue inaugurado por el presidente de AEA, Jaime Campos. Minutos
antes de que se proyectara el mensaje grabado del presidente Alberto Fernández,
en su discurso Campos criticó el proyecto para crear el impuesto a la “renta
inesperada” de las compañías y cuestionó “la elevada presión tributaria a la
que debe hacer frente el sector formal de la economía”.
En la cumbre empresarial se desarrollaron dos paneles. En el primero
participaron Alberto Hojman, de BGH; Héctor Magnetto, del Grupo Clarín, y Luis
Pagani, del Grupo Arcor, y fue moderado por el secretario general de Redacción
de La Nación, José Del Rio. También iba a sumarse a este panel Alfredo Coto,
pero en la organización explicaron que tuvo que ausentarse a último momento.
El primero en hablar fue Magnetto. En su discurso, remarcó que no hay
razones físicas ni geográficas que expliquen por qué una empresa, un inmueble o
un salario “estén tan devaluados en nuestro país” en comparación con la región
y con el resto del mundo.
“Hay básicamente razones políticas, institucionales y económicas. Para
crecer debemos producir más bienes y servicios, y para ello se necesita ante
todo inversión privada y rentable. La misma requiere de estabilidad
macroeconómica y jurídica, de respeto al derecho de propiedad, y de efectiva
división de poderes, y ante todo, de una clara y tenaz decisión política,
acompañada de los acuerdos necesarios para llevarla adelante”, remarcó.
En ese aspecto coincidió Hojman, quien remarcó que el desarrollo futuro
de la Argentina requiere del trabajo conjunto entre los sectores público y
privado. Solo así se podrán crear “oportunidades de crecimiento en el país,
para que nuestros hijos y nietos tengan un entorno que les permita disfrutar de
una vida plena y no buscar emigrar para lograrlo”.
A su turno, Pagani cuestionó la costumbre nacional de volver eternamente
a comenzar. Para el empresario, en los últimos 20 años la Argentina contó con
muchas buenas iniciativas, pero todavía falta mejorar y apoyar entre el sector
público y el privado la adopción de un plan estratégico de país. “Tenemos la
costumbre de querer siempre volver a empezar. Ya tendríamos que estar en
camino”, sostuvo.
“Somos un país fallido”, disparó Federico Braun, dueño de Supermercados
La Anónima, durante el segundo panel del encuentro, que fue moderado por
Ricardo Kirschbaum, secretario general de Redacción de Clarín. “La Argentina es
un fracaso si comparamos lo que somos con lo que imaginamos hace 70 u 80 años
que podíamos ser”, añadió.
También se refirió a las acusaciones que suelen recibir los empresarios
por parte del actual gobierno por la política de precios. “El empresario no es
un bobo o un malo que hace las cosas para destruir”, sostuvo. En ese punto,
añadió irónicamente que para ganarle a la inflación “remarcamos precios todos
los días”. Esa oración le valió la respuesta de la vicepresidenta Cristina
Fernández de Kirchner, a través de las redes sociales (ver aparte).
Razones de un fracaso
Otro de los oradores del panel fue Carlos Miguens, del grupo que lleva
su apellido, quien empezó su exposición preguntándose “¿por qué la Argentina
fracasa?”. Para el empresario, en las últimas generaciones, cada una le fue
entregando a la siguiente “un país peor”, y agregó que una de sus frustraciones
es “que a mis hijos les entrego un país peor del que yo recibí”.
“Reconozco que en la Argentina fue difícil trabajar. La volatilidad ha
hecho que uno que tenía una compañía que valía fortunas, al día siguiente no
valga nada. Cada uno logró buscar soluciones individuales, sin pensar en el
país. Muchas veces fue a costa del país. También está el tema de que venimos
del peronismo, antiperonismo, kirchnerismo... no va más eso. Al final del día
genera la famosa grieta, que la síntesis es mayor pobreza”, subrayó.
A su turno, Paolo Rocca, titular del Grupo Techint, analizó el panorama
mundial y el impacto de la invasión de Rusia a Ucrania. “El mundo no va a ser
como antes. Hay mucha incertidumbre”, afirmó.
La polémica por la construcción del gasoducto Néstor Kirchner tampoco
quedó fuera del panel. Rocca se defendió de las acusaciones del ahora
exministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas y afirmó que en la licitación
de la obra “no hubo corrupción ni direccionamiento del pliego” (ver página 12).
Por último, Martín Migoya, fundador del unicornio tecnológico Globant,
enumeró una tabla de “nueve mandamientos” que los argentinos “solemos olvidar”.
Con puntos que fueron desde la educación hasta “gastar responsablemente”, que
los políticos “dejen el arco quieto” y “pensar en grande”, el empresario afirmó
que la Argentina tiene que reconocer el mérito.
“El mérito es casi como la antítesis del populismo. Mientras que el
emprendedurismo confía en la gente, el populismo no lo hace. Creo en el
esfuerzo, en el mérito, en el trabajo y en nuestra gente. Pero creo,
principalmente, en el futuro de la Argentina”, concluyó. ß |