Por Juan Manuel Barca - "¿Está bien si hago la presentación
parado?", dijo Martín Guzmán. Y, a continuación, se levantó del sillón
para iniciar el cierre de la jornada en el salón de convenciones del Hotel
Sheraton en Retiro, donde durante una hora intentó convencer a los
dueños de las principales compañías de los avances en el rumbo económico
trazado y buscó despejar las inquietudes sobre la inflación, la falta de
dólares y la suba de impuestos.
Dentro de la Asociación de Empresarios Argentinos (AEA), los
organizadores del evento, fue valorada la señal que dio el ministro de Economía
al asegurar que se avanzará con la construcción del gasoducto Néstor
Kirchner, una obra salpicada en las últimas horas por las denuncias
de Matías Kulfas sobre supuestas irregularidades en la
licitación de caños al grupo Techint, que desataron una crisis en el
gobierno y la renuncia forzada del ministro.
"¿En donde esta enfocada la gestión económica? Se viene
trabajando con absoluto compromiso de poder avanzar en esta año en una obra
estratégica qeu es el gasoducto Néstor Kirchner, las definiciones técnicas que
se tomaron para la licitación del gasoducto se adecuan a las
necesidades de la Argentina y se está avanzando para lograr que el
invierno próximo tengamos construido el gasoducto", aseguró Guzmán ante
más de 100 ejecutivos.
Más temprano, en uno de los paneles de la charla por el 20 aniversario
de AEA, el dueño de Techint, Paolo Rocca, aseguró que "no hubo
ni direccionamiento, ni actos de corrupción ni nada" en el pliego del
gasoducto. Y, luego de mencionar la intervención judicial, pronosticó que
se pagará más caro el gas en 2023. Por dicha causa, la Justicia ya
citó a declarar a Kulfas y al extitular de la unidad ejecutora del gasoducto,
Antonio Pronsato, quien renunció hace 7 días.
Sin adentrarse en ese escollo, la agenda
"inmediata", Guzmán contempló el anuncio
de la inminente extensión del plan gas vigente, por el cual las
empresas petroleras reciben subsidios para producir y explorar, y la
elaboración de un proyecto de ley para producir Gas Natural Licuado
(GNL) con el fin de reducir las importaciones de ese combustible.
También destacó la reciente flexibilización del cepo al sector hidrocarburÍfero
y tecnológico.
El momento que suscitó muecas y comentarios entre las mesas fue cuando
el visitante anunció que en las próximas horas ingresará al Congreso el
proyecto oficializado ayer para gravar con una alícuota adicional del 15%
a las empresas con ganancias extraordinarias de más de $ 1.000 millones entre
2021 y 2022. "Hay que administrar la renta inesperada para ir en una senda
de crecimiento compartido, que no desaliente la inversión", reiteró.
En primera fila, se encontraba Eduardo Elsztain (IRSA), Alberto Hojman
(BGH), Héctor Magnetto (Grupo Clarín), Luis Pagani (Grupo Arcor), Federico
Braun (La Anónima), Martín Migoya (Globant), Carlos Miguens (Grupo Miguens) y
Rocca. También estuvo entre el público a Isela Costantini, extitular de
Aerolíneas Argentinas, el exCEO del HSBC, Gabriel Martino, y a los exministros
de Economía, Hernán Lacunza y Alfonso Prat Gay.
Luego, en un ping pong de preguntas y respuestas con el ministro, el
titular de AEA, Jaime Campos, señaló que la inflación es "un problema
de la macroeconomía" y que la política fiscal es central. Un planteo
con el que Guzmán coincidió, aunque advirtió que "si el Estado sale de
escena y achica la inversión, es un problema", que "se está haciendo
todo en línea con el programa" acordado con el FMI en marzo pasado.
También hubo reclamos por el aumento de la presión
tributaria y las restricciones para acceder a divisas. En ese plano, el
titular de Hacienda negó que haya empresarios que paguen 165
impuestos."¿Quién paga eso"?, disparó. Y, en cuanto al cepo, afirmó
que el ordenamiento de la economía tiene "costos" y pidió al Congreso
que trate el proyecto de ley agroindustrial, cajoneado desde noviembre, que
prevé beneficios fiscales para impulsar las exportaciones.
El desembarco de Guzmán en la AEA cosechó algunas críticas entre los
empresarios por su tono "académico" y la falta de un
"plan". Pero también sembró expectativas en el núcleo duro de la
entidad, en donde leyeron la visita como un gesto tras el acercamiento iniciado
semanas atrás, pese a las presiones de Cristina Kirchner para que Alberto
Fernández "use la lapicera", exija inversiones a los empresarios
y cuide los dólares. |