Tras la confirmación de la aprobación por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) de la primera revisión prevista en el acuerdo, las cuentas del segundo
empiezan a encender señales de alarma. Al menos dos de los tres criterios
claves del programa empiezan a no llegar a cumplirse, lo que dispararía la
necesidad de que la Argentina pida formalmente un waiver. Los dos puntos en
duda son el objetivo de acumulación de reservas y el cumplimiento de la meta
fiscal. El mercado se muestra escéptico de que el Gobierno logre sortear la
prueba en el segundo semestre y descartan que la inflación baje con
contundencia en 2023.
"Cuando uno ve el escenario inflacionario, no hay razones para
pensar, no sólo que este año va a terminar por debajo de 70%, sino que el año
que viene vaya a haber señales que diga que eso va a bajar fuertemente",
estimó en declaraciones radiales Claudio Caprarulo, director de Analytica.
"En
los próximos 60 días la principal preocupación, después de la liquidación
récord de divisas de mayo, que fue de 4.250 millones de dólares, es que el banco
central (BCRA) no tiene capacidad de acumular reservas. Se le van
los dólares como agua entre los dedos, entre importaciones, pago de deuda
corporativa y servicios", dijo en una reciente entrevista el expresidente
del BCRA Martín Redrado.
"Argentina tiene una brecha cambiaria que no estimula un normal
funcionamiento de la economía", afirmó. "Algunos inversores
anticipadamente se van inclinando hacia selectivas apuestas ante la expectativa
de que las elecciones presidenciales (2023) pudieran abrir espacio a una mejora
en las expectativas de los agentes económicos", sumó Gustavo Ber de
Estudio Ber.
Agregó que "ello sucede más allá de reconocer los múltiples y
serios desafíos a ser administrados en el largo camino hasta entonces, entre
ellos el cumplimiento de las metas con el FMI y la convergencia en los
desequilibrios económicos a fin de evitar enfrentar nuevas tensiones
financieras dentro de un clima de tironeos políticos que tampoco contribuyen a
poder transitar un contexto de mayor calma".
"Hubo una cancelación de adelantos transitorios otorgados por el
Banco Central al Gobierno por alrededor de 322.000 millones de pesos mediante
la venta de parte de los DEGs recibidos del FMI, que posibilita una mayor
emisión monetaria sin un incumplimiento 'formal' de las metas de emisión con el
FMI", dijo la consultora Ecolatina.
Agregó que "el máximo margen de emisión monetaria asciende
en 2022 a 1,8% del PIB: esto sigue siendo significativamente menor que en 2021
(4,6% del PIB) pero mayor que la meta a la que apuntaba el programa
originalmente".
"Entendemos que el alza de ciertas tarifas públicas no es sólo una
respuesta frente al FMI sino frente a la racionalidad financiera. En la medida
que eventualmente continuaran surgiendo medidas con mayor grado de realismo
económico, las menguadas cotizaciones de los papeles locales tendrían un gran
potencial de recuperación de valor; pero por ahora es un desafío a
develar", estimó Roberto Drimer de VatNet Research.
"Si en el primer cuatrimestre de 2022 las erogaciones del sector
público nacional hubiesen subido a la par de la inflación, en lugar de un
déficit primario de 0,37% del PIB observado en dicho período, se hubiese tenido
un superávit de 0,31% del PIB", señaló Fundación Mediterránea.
"Podría
decirse que en materia fiscal muy probablemente se esté perdiendo nuevamente la
oportunidad de equilibrar más rápidamente las cuentas del gobierno, en un
contexto en que los recursos crecen a buen ritmo", agregó.
"En Argentina estamos al margen de lo que sucede afuera, sin acceso
al crédito y con problemas internos que nos demandan toda la atención. Ya es casi un hecho que incumpliríamos las metas -las tres-
acordadas con el FMI, incluso antes de lo esperado. De hecho, desde que se
conoció el acuerdo con el Fondo, los bonos caen y el peso se aprecia un
11%", dijo Emiliano Anselmi, Team Leader de Macroeconomía de
Portfolio Personal Inversiones.
"Hoy en Argentina, la micro (economía) está mucho mejor que la
macro. A medida que se agudiza la crisis, falta menos para que termine. Una
economía en pánico nunca dura mucho tiempo. Ya no hay que preguntarnos cuándo
comprar o vender sino cuándo comprar", dijo Claudio Zuchovicki en el
Congreso Anual del IAEF (Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas).
"¿Por qué no sube el dólar? Porque ya estamos dolarizados. Quizás
falta, para profundizar la crisis, que la gente diga basta", señaló. |