Por Giuliana Iglesias - En el
marco del acto por el centenario de YPF y antes de otra disputa interna que
derivó en la salida del Gobierno del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, la vicepresidenta Cristina Kirchner realizó por segunda vez una crítica
del manejo de las reservas del Banco Central (BCRA). En su
discurso, focalizó en la necesidad de “cuidar los dólares” y advirtió en un
claro mensaje hacia Miguel Pesce, Presidente del BCRA: “Hay un deporte nacional por apoderarse de las reservas”.
El organismo se encuentra en un mes donde buscará hacer lo casi imposible:
llegar con la meta fijada con el Fondo Monetario Internacional
(FMI) antes de que se acabe la buena
temporada de divisas.
Los números son elocuentes: según el último informe del balance
comercial medido por el INDEC, los primeros cuatro meses se registró un
superávit de u$s2830 millones. A esto se le suma la buena liquidación del agro
en mayo que también es récord. De acuerdo a CIARA
(Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina) y CEC (Centro
Exportador de Cereales), la liquidación de divisas por parte del sector
agroexportador registró un crecimiento en mayo del 33,4% respecto de abril y de
19,3% a nivel interanual, al ubicarse en los u$s4232 millones, un récord
histórico para solo un mes.
Sin embargo, desde que empezó el 2022, el BCRA anota un saldo neto a
favor por u$s891 millones, una diferencia del 15,4% respecto a lo obtenido en
el mismo lapso el año pasado. En el corriente mes que apenas registró tres días
hábiles, la situación no parece mejorar lo suficiente: el miércoles, el BCRA
vendió u$s15 millones, el jueves compró u$s10 millones y el viernes compró
otros u$s2 millones. Por lo cual, comienza la primera semana en rendimiento
negativo con ventas en u$s3 millones.
Con este panorama, comienza una suerte de epopeya. Si bien el Gobierno
confía en que logrará atravesar sin problemas la primera revisión del FMI lo más difícil comienza ahora. El organismo
liderado por Pesce deberá realizar compras en
torno a los u$s2300 millones (una suerte de u$s115 millones en cada día hábil)
para alcanzar el cumplimiento de Reservas Netas acordado con el FMI (u$s2900
millones) en el segundo trimestre, según Delphos Investment. Para la
consultora, los pagos de deuda privada son uno de los tres obstáculos (además
de las importaciones energéticas y el déficit en servicios) que enfrenta el
Banco Central “a pesar de los altos precios de las exportaciones agrícolas”.
El debate por la deuda privada
El proceso de endeudamiento externo en el período de diciembre de 2015 a
diciembre de 2019 alcanzó también a las empresas del sector privado, que
incrementaron en u$s19.000 millones sus deudas con el exterior.
Durante el 2020, el Banco Central dispuso para las empresas que los
vencimientos de deuda debían ser refinanciados con recursos propios en un 60%,
para acceder a un financiamiento del Central por el 40% restante. Las medidas
tomadas buscaban dar sostenibilidad al proceso encarado por esas empresas para
desendeudarse, en el marco de la disponibilidad de divisas para garantizar el
funcionamiento de la actividad económica.
Desde el Central se aclaró que la salida de divisas por deuda financiera
es menor, dado que los préstamos hechos por bancos locales, aun cuando estén
nominados en dólares, son convertidos a pesos, lo que hace que tengan un efecto
neutro sobre las reservas. El BCRA sostiene que la salida
de divisas por el concepto de deuda privada fue u$s6.180 en total desde que se
aprobó la nueva normativa en 2020 y que, gracias a esa regulación, se logró un
ahorro en la demanda de divisas. ¿Pero que ocurre en 2022?
A fines de mayo en una entrevista radial, Pesce hizo alusión al tema:
"Las deudas con las casas matrices no están permitidas y hay un control
fuerte en ese sentido", aseveró y señaló que la "cesación de pagos"
de las empresas públicas y privadas por no acceder a dichos dólares
"tendría consecuencias muy negativas".
De todas formas, el presidente del BCRA consideró necesario
"desarrollar el mercado de capitales local como una política de
Estado" a fin de que se puedan financiar las firmas en moneda local. Sin
embargo, a la luz de los acontecimientos y la imposibilidad de acumular
reservas, esta vía por donde se escapan las divisas cobra una mayor
trascendencia.
Sebastián
Menescaldi, Director Asociado de Eco Go consultado por Ámbito se refirió
al respecto: “con la brecha actual, el deporte nacional es sacarle todos los
dólares que se pueda al BCRA (y evitar que cualquier dólar que se genere no
caiga en él para el caso de exportadores de bienes y servicios). Entonces hoy
tanto para empresas como gobiernos provinciales es mejor poder cancelar todo lo
que puedan de las deudas en dólares, dado que el esfuerzo que requieren hoy es
menor que en otra ocasión futura”.
La semana pasada, en AM750 Martín Guzmán recogió
el guante de las críticas por la dificultad del Banco Central en las compras de
la divisa extranjera. El Ministro de Economía se refirió al debate que se dio
en el seno del Gobierno tras el canje de la deuda con acreedores privados
completado en 2020. Allí dio a entender que planteó en su momento una
alternativa de restricción de acceso a los dólares del BCRA. Según su palabra
esto implicaba una suerte de desdoblamiento del tipo
de cambio. Algo que, en principio, según supo Ámbito por fuentes
oficiales, sería imposible por dos razones: primero porque implicaría un
sistema muy complejo de aplicar y en segundo lugar, porque no está aprobado por
el Fondo Monetario Internacional (FMI). La segunda alternativa
disponible es restringir el acceso de dólares, algo que -por ahora- se
descarta.
“Cuando eso se discutió privadamente hubo una propuesta de tener un
mercado formal para el tema de las deudas financieras en moneda extranjera para
no afectar la acumulación de reservas en un contexto de gran demanda de dólares
del BCRA para amortizar deudas privadas. Y nadie dijo de ir por ahí”, explicó
Guzmán.
“Pese a eso era tan grande el problema que hubo mucha salida de dólares.
Sabíamos que iban a tomar esa deuda y que las empresas se iban a capitalizar
para tener más capacidad productiva a costa de menos reservas. Se decidió ir
por ahí”, precisó. De alguna manera lo que menciona Guzmán responde a una
decisión similar a la que se tomó en la gestión de la pandemia: cuidar la
estabilidad financiera de las empresas en pos del crecimiento económico. Pero
la línea es muy delgada: si la incertidumbre económica por la falta de reservas
entra en juego, el número del crecimiento estimado para 2022 caerá
inevitablemente.
¿Rumbo al Weiver?: los préstamos de organismos internacionales
Según repone Consultatio, “el nuevo Fideicomiso de Resiliencia y
Sostenibilidad del Fondo (que representará para la Argentina u$s1.300 millones
“del cielo”) se estima que entrará en vigor en octubre, por lo que no podrá
ayudar a las metas de junio ni de septiembre”.
“Pero esto no es lo más desafiante. Si bien la meta de junio se perfila
para resultar en un incumplimiento moderado, si pensamos en el mediano plazo la
meta de diciembre podría tener un margen de error exponencialmente mayor. Esto
se debe a que se espera que el BCRA sume reservas netas en el segundo semestre
por u$s1.700 millones sin contar que, en el promedio de los años de cepo, el
BCRA debió incurrir en ventas promedio por u$s3.700 millones debido a la
estacionalidad negativa de tales períodos”, aseguran. ¿El Banco Central podrá
tener un as en la manga?
Según fuentes oficiales consultadas por Ámbito, se confía
en que el ingreso de préstamos multilaterales que deberían llegar a fines de
junio (y que corren con demora) podrán compensar la meta de dólares. Sobre este
punto, Menescaldi afirma: “Hasta abril se recibieron u$s357 millones (base de
deuda) por parte de IFIs (excluyendo al FMI) y otros países. Según el acuerdo
se esperan recibir hasta U$S700 millones en junio. Si el monto es menor, por el
faltante se puede reducir la meta de reservas por ese valor hasta u$s500
millones. Si el monto es mayor se eleva la exigencia de las reservas
internacionales netas. Entonces => si el monto es menor se reduce el
objetivo de RIN (Reservas Internacionales Netas) pero un monto poco
significativo respecto a las necesidades. Con lo cual no creo que los
desembolsos puedan cubrir los faltantes de las compras”.
Para el economista, la Argentina necesariamente deberá ajustar las
metas, pero deberá ser “marginal”, dado que “si bien se elevó la demanda de
divisas comerciales, la oferta lo hizo en similar cuantía. Distinto sería el
caso del resultado fiscal, donde el efecto es más significativo, dado que la
suba de la cuenta de subsidios es superior a la de los ingresos de los derechos
de exportación”.
El Banco Central deberá tomar una decisión: “Ahora es el BCRA/Gobierno los
que deberán tomar las acciones correctivas para el cumplimiento de la meta de
reservas y hacerse cargo de las consecuencias, sino el plan con el FMI se les
irá deshilachando y la incertidumbre económica será creciente”, concluyó
Menescaldi.
“La acumulación de incumplimientos tendrá costos en el futuro para el
gobierno y para el FMI (que más temprano que tarde deberán tomar una posición
frente a estos). Para la revisión de metas de junio ya se vislumbra un pedido
de waiver casi seguro (acumulación de reservas) y otro probable (déficit
fiscal), en tanto que, de no imponer cambios de rumbo firmes,
la revisión de diciembre presentará incumplimientos mucho más severos (y
bastante más difíciles de perdonar). Como planteamos, para la
economía esos costos ya están empezando a pagarse bajo la forma de mayor
incertidumbre macro y una exacerbación de los desequilibrios”, repone
Consultatio.
El último informe de Econviews parece
dar en las dos alternativas clave para solucionar esta encrucijada, ambas con
un impacto sobre la economía real. “Con el actual atraso cambiario
y la elevada brecha, no hay exportaciones que aguanten. Reducir la brecha y el
atraso cambiario hoy lucen más importantes que nunca”. Más
restricciones, o devaluar, esa es la cuestión. |