Por Claudio Zlotnik - Martín Guzmán no
oculta -ni en público ni en privado- su preocupación
por las reservas en dólares. Está
convencido de que la acumulación de divisas en el Banco Central es el
ancla -acaso el único- para que el intento por domar a la
inflación tenga alguna chance de éxito. Al menos, eso es lo que cree el
ministro.
Mayo terminó
con compras por tan sólo u$s790 millones. Así quedó el balance mensual
tras la masiva venta de ayer martes por un total de u$s190 millones.
Para cumplir con la meta firmada con el FMI, el Banco Central debería
comprar alrededor de u$s2.600 millones durante junio. A razón de u$s130
millones diarios. Un objetivo complicado, si se toma en cuenta lo sucedido
en las últimas semanas.
Los dólares de la soja, ¿no alcanzan?
Más allá del objetivo con el Fondo Monetario, lo más relevante en el
actual contexto es que el Banco
Central no logra apropiarse de las liquidaciones de las cerealeras, que vienen
creciendo en relación a lo sucedido un año atrás.
En medio de la acelerada dinámica inflacionaria y la falta de
credibilidad por parte de los agentes económicos -todo en un contexto de una
feroz interna política en el oficialismo-, la acumulación de reservas aparece
como el único tipo de ancla que podría poner el Gobierno para estabilizar las
expectativas.
"Con una soja a u$s650 es imposible que haya una crisis
cambiaria", asegura -en diálogo con iProfesional- un funcionario clave del
gabinete económico.
Sin embargo, en la Casa Rosada reina el nerviosismo por esta
cuestión. Los llamados
a Guzmán y a Miguel Pesce se cruzan a diario para conocer al detalle lo que
está sucediendo en el tensionado mercado de cambios.
De acuerdo a información a la que tuvo acceso iProfesional,
las importaciones de mayo cerraron con un récord histórico. Un
incremento del 50% en relación a mayo del año pasado. De ser así habrían
trepado a unos u$s7.700 millones. Un récord histórico. El anterior había sido
en agosto de 2011, con compras al exterior por u$s7.616 millones.
Adónde se van los dólares
Lo sucedido
ayer es todo un síntoma de lo que está pasando: los pagos de energía se
llevan buena parte de las divisas
que el BCRA adquiere a las cerealeras. No es todo, claro. Pero la explosión en los
precios del gas tiene mucho que ver con esa pérdida de billetes verdes.
Un vistazo a las últimas cifras oficiales dan cuenta de ese fenómeno.
Durante los primeros cuatro meses del año, los gastos en energía sumaron
u$s3.583 millones, un 157% por encima al período enero-abril de 2021.
Implica un salto de u$s2.188 millones que el Banco Central
tuvo que pagar como sobrecosto por las importaciones de gas.
El precio del GNL, que hace un año costaba u$s8,33 por millón de BTU,
llegó a cotizar en torno a los u$s34,50. Cuatro veces más caro.
Consumo e inversiones, por detrás
En el caso de las importaciones de productos químicos, caucho, y
plásticos, durante los primeros cuatro meses totalizaron u$s3.481 millones, un
26,9% por encima a las del mismo lapso del año pasado.
Las importaciones de productos del comercio crecieron 35% en
el primer cuatrimestre, por un total de u$s2,242 millones (versus 1.659
millones de enero-abril de 2021), que en parte se explica por la expansión
de la actividad económica.
Con un 20% de incremento, las compras en el extranjero de maquinarias y
equipos sumaron u$s2.099 millones (contra u$s1.758 millones de enero-abril de
2021).
El BCRA, en el centro de las miradas
Para Guzmán-Pesce, la falta de potencia compradora de divisas les
puede deparar dolores de cabeza: en
el mercado cambiario ya se empezó a evidenciar una
incipiente ola dolarizadora,
que estuvo ausente en las semanas anteriores.
Está claro: los distintos actores de la economía están en alerta: miran
con extrema atención los movimientos del Central.
La presión oficial se traslada al mercado cambiario, donde las
cotizaciones son muy sensibles a los logros (o fracasos) de la autoridad
monetaria.
Las cotizaciones de los dólares libres se mantienen en un sendero
tolerable, pero en los despachos oficiales empezaron a inquietarse por, como se
señaló más arriba, la tendencia dolarizadora. Se trata de inversores, pero
sobre todo de empresas, que dolarizan portafolio pero que también pugnan por
entrar al mercado cambiario a través del stockeo de mercadería en el mercado
oficial de cambios.
La "otra" fuga
Entre el tarjeteo por compras en el extranjero y el dólar
ahorro, el BCRA tuvo que entregar u$s645 millones durante abril, de acuerdo al
último registro oficial. Más de cuatro veces lo que vendió en abril del año
pasado.
Para peor, el turismo extranjero que ingresa al país no le deja divisas
al BCRA. Con el cepo y una brecha en el 80%, los brasileños, uruguayos y chilenos
ya saben que las compras deben realizarlas fuera del canal formal. Muy pocos
pasan la tarjeta; la mayoría viaja con los billetes, que cambian incluso en los
principales hoteles de las ciudades visitadas.
Está claro que a Guzmán y a Pesce lo tironean desde todos lados, y no
les será fácil acumular divisas en un contexto tan adverso, ya sea por la
apertura del turismo post pandemia o por las importaciones de gas. |