Por iProfesional - ¿Por qué la Argentina no repunta ni siquiera
cuando saltan los precios internacionales de
los granos y los alimentos, en momentos en que se avecina una
crisis agroalimentaria? La pregunta resume las claves del fracaso económico del
país y, para los expertos, la situación es compleja y tiene varios frentes.
Por un lado, los altos niveles inflacionarios. "Es el
principal problema macro que ni siquiera el FMI tuvo en cuenta cuando acordó
con el Gobierno", sostiene Mariano Otálora en el programa ¿Qué hacemos con los pesos? (A24), para
quien "lo que se firmó fue bastante light porque le permitía a la
administración de Alberto Fernández tratar de estabilizar la economía sin
aplicar ninguna reforma estructural; pero la inflación se le fue de las
manos y está empezando generar desequilibrios
mayores".
Según explica el conductor de ¿Qué hacemos con los pesos? (A24), los acontecimientos se
aceleraron en mayo luego de un trimestre en el que no hubo emisión.
"Recordemos que el FMI fijó la meta de reducir la asistencia
monetaria del BCRA al Tesoro del 3,7% del PBI en 2021 al 1% para el 2022. Pero,
con los recientes adelantos transitorios, ya se consumió el 54% de lo que
acordó con el Fondo el 54% de ese cupo; hasta el 30 de junio le quedan $58.000
millones", comentó
En la misma línea, la economista Diana Mondino –UCEMA- destaca
como agravante dos cuestiones
"por un lado, los niveles récord de ingreso de dólares gracias
al valor de la cosecha más alto de la historia
no fueron suficientes para contener la necesidad de emisión y, por el otro
tuvimos un fenómeno muy particular con la venta por anticipado de una
cosecha de trigo que aún no se sembró."
Un futuro sombrío por falta de dólares
En este
sentido, el panorama es sombrío dado que "en los próximos meses no
ingresarán tantas divisas y, por la demanda de los importadores, las
reservas no se moverán de manera significativa.
Para el economista José Siaba Serrate, el problema está en
la balanza comercial. "Las importaciones están creciendo a un nivel
muy superior al que hace falta para sostener el nivel de crecimiento que
veníamos trayendo; con la soja a usd 630 no alcanza, también hay un
problema con la energía que también se debe importar."
La oportunidad de una posible crisis
agroalimentaria
Sin perjuicio
del panorama desalentador, lo cierto es que para la Argentina la coyuntura
podría ser muy favorable. ¿La política estará a la altura de las circunstancias
para no desaprovechar una coyuntura histórica?
"The Economist planteó en una de sus tapas lo que puede
ser una gran crisis agroalimentaria. ¿Tenemos la posibilidad de
explotar en los próximos años el complejo agroalimentario? Yo creo que
sí", opina el periodista especializado Carlos González Prieto
Y agrega:
"Pero, por otro lado, es una picardía que las señales del Gobierno
sean tan poco claras desalentando la inversión cuando por un lado el
ministro de Agricultura dice que no se aumentarán las retenciones mientras que el
ejecutivo siembra dudas. El
pecado más grande es desincentivar lo que podría ser un boom productivo."
"El tema no es solamente la oportunidad de ganar dinero
sino la actitud de la Argentina hacia el resto del mundo", acota
Mondino.
"Los
precios suben básicamente porque están afectadas las producciones de Rusia y
Ucrania. Hay muchísimos países que dependen de la importación de trigo, girasol y
otros productos, a lo cuales la Argentina está ofendiendo con su
actitud cuando decide quedarse con la producción para el consumo interno
-que los argentinos tampoco están consumiendo", enfatiza.
Posibles consecuencias geopolíticas para la
Argentina
En su
opinión, esta postura va a traer consecuencias geopolíticas porque
Argentina no es un proveedor confiable. No solamente estamos más baratos que
otros países, sino que no es factible firmar
contratos a largo plazo. Hay encuestas que indican que el 30% de los
productores va a sembrar menos que el año pasado. El precio de lo que se vende
tiene el castigo de las retenciones, de vender al dólar oficial y el del IVA que nunca
se devuelve. Por otro lado, las importaciones tienen los costos del
fertilizante, el gasoil y los salarios que siguen subiendo a tal punto que en
algunos casos la explotación ya no es rentable."
Saliendo del plano local, Siaba Serrate señala la dependencia de la Argentina de la
situación internacional.
"Si se hubiera mantenido el cambio que hizo en los años ´90, cuando
Argentina exportaba alimentos y energía, hoy estaríamos frente a una
oportunidad para ir en una dirección estratégica muy acertada. Ahora
tenemos una chance, pero estamos sentados sobre un montón de gas que hay
que extraer, tenemos una producción que puede alimentar a los argentinos y al
resto del mund, pero estamos concentrados en cómo obtener réditos políticos
locales", considera.
Y agrega:
"Nosotros podríamos ser parte de la solución para darle independencia
a occidente de Rusia y China. A pesar de todo, la ocasión sigue estando
ahí. Muestra de ello es la invitación que Olaf Scholz acaba de hacer a la Argentina a
integrar el G7 luego de que Alberto Fernández decidiera sancionar a Rusia, cosa
que no hicieron ni López Obrador ni Bolsonaro."
"Hay un
tiempo muerto, el que hay que esperar hasta las próximas elecciones, durante el
cual se pretende que todo quede congelado. El decreto que flexibiliza el
cepo a la nueva producción de energía va a generar pocos dólares al principio y
va a tener otra dinámica cuando cambie el gobierno", concluye.
Y, para
finalizar, Mondino cuestiona las convicciones que declaman desde el
Ejecutivo y sus inconsistencias. "El Presidente dice que va a gestionar
con gente que esté de acuerdo con su programa económico; pero no se sabe cuál es su programa.
Entonces cómo va a encontrar gente que esté de acuerdo con algo que no conoce.
Ni los profesionales ni la gente en general cuenta con esa información de
manera tal que es imposible tomar decisiones."
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