Miércoles 25 - Por Pablo
Wende - Nuevamente las acciones argentinas contrastaron con Wall Street y una
vez más lo hicieron en forma positiva, como viene sucediendo a lo largo de un
mayo negro para las bolsas a nivel global. Ayer las subas se concentraron
sobre todo en los bancos que cotizan en Nueva York (como Galicia, Francés y
Macro), con subas superiores a 3%,mientras que los índices de acciones
tecnológicas, agrupadas en el índice Nasdaq, perdieron casi 2,5%.
El contraste es mucho más fuerte cuando se analiza lo sucedido a lo
largo de este mes. Las acciones norteamericanas profundizaron su caída: el
Nasdaq ya pierde nada menos que 10%, mientras que el Dow Jones, que agrupa a
las 30 compañías líderes, cae 3,1%. Pero la situación es muy diferente en
el caso de los papeles argentinos. Banco Macro lidera las subas con una
ganancia de 10,6% en dólares, BBVA Francés gana 6,4% y Galicia presenta un
resultado más flojo pero igual se mantiene 3% arriba en el mes.
No es casualidad que sean las acciones bancarias las que lideran las
subas, sin incluir a las empresas de energía como Vista o Pampa, que se
ven beneficiadas por los fuertes aumentos que se produjo a partir de la
invasión de Rusia a Ucrania. Se trata de los papeles más líquidos y por lo
tanto son los que permiten un ingreso al mercado local de manera más sencilla.
A esta altura no puede considerarse un episodio aislado ni puntual. La recuperación
del mercado local es una tendencia ya firme, sobre todo teniendo en cuenta el
derrumbe que está sufriendo Wall Street, el peor desde la crisis del 2008.
Sorpresivamente para muchos, los activos argentinos están funcionando como
refugio en medio de un clima de fuerte pesimismo para los inversores globales.
La explicación principal es que los inversores ya empiezan a mirar con atención
lo que podría suceder en las elecciones presidenciales del 2023.
Un posible cambio de signo político entusiasma a los mercados y
lentamente se van incorporando acciones argentinas a los portafolios, algo que
no sucedía desde el desplome de precios de agosto de 2019, justo después de las
PASO que ganó Alberto Fernández. Dos meses después se consagraría Presidente en
la fórmula junto a Cristina Kirchner.
Ahora empieza a recorrerse el camino inverso, quizás con el recuerdo de
lo que fue el gran mercado alcista que vivió la Argentina entre 2013 y 2015,
cuando Mauricio Macri llegó a la presidencia.
Ahora la suba luce mucho más acotada por varios motivos. El contexto
internacional luce mucho más complicado que en aquel momento y de por sí
complica la recuperación. Además, los problemas que enfrentará el Gobierno que
asuma a fines del año próximo son sustancialmente mayores que hace ocho años.
La inflación vuela, la deuda en pesos y en dólares también, pero además se
aceleró la caída del poder adquisitivo y el deterioro social.
La mejora de las acciones argentinas no fue acompañada, sin embargo, por
el mercado de bonos locales, con un riesgo país que se mantiene cómodamente
arriba de los 1.900 puntos básicos.
La causa por la cual los títulos no se acoplan a esta tendencia tiene
que ver justamente con los temores a lo que podría suceder luego del recambio presidencial. Los
inversores ya descuentan que se viene una nueva reestructuración de la deuda en
dólares en 2025, ante el peso de los vencimientos de la deuda renegociada en
2020. Sin embargo, a menos de USD 30 los bonos argentinos continúan a
precios de “ganga” y podrían recuperarse significativamente una vez que mejore
el humor de los mercados. |