Por
Pablo Wende - Para sorpresa de la mayoría de los analistas financieros, una
inversión clásica está entre las más rentables en lo que va de 2022: el plazo
fijo y sus variantes, es decir los depósitos ajustados y los bonos indexados
por CER. Se trata en todos los casos de inversiones en pesos, que se
beneficiaron por dos factores: una tasa de interés nominal en moneda local
creciente, que coincide además con la estabilidad del dólar en los primeros
meses del año.
Invirtiendo
en un plazo fijo que se renueva cada 30 días, un ahorrista consiguió una
rentabilidad levemente superior a 15% en moneda local. Fue insuficiente para
ganarle a la inflación, que acumuló arriba de 20% en el mismo período. Sin
embargo, en moneda dura dio el mismo rendimiento, ya que el tipo de cambio se
mantuvo quieto. En el caso de los bonos y plazos fijos CER el rendimiento es
todavía mayor y supera el 20% en pesos, pero también medido en dólares.
Los
inversores que se animaron ganaron con el “carry trade”, es decir pasarse de
dólares a pesos y “subirse” a las altas tasas nominales. Es mucho más difícil
proyectar que esta misma ganancia podrá sostenerse en los próximos meses. Todo
dependerá de lo que suceda con el dólar, en particular el “contado con
liquidación”, que se mantiene por debajo de los $210.
Aunque
suene increíble, el clásico plazo fijo resultó un verdadero refugio para
los inversores en medio de un clima muy negativo para los inversores en todo el
mundo. La suba de tasas en los Estados Unidos para contener la inflación
le pegó duramente a los activos de riesgo. La caída de los mercados globales
recuerda a dos episodios del pasado reciente: la crisis de hipotecas de 2008,
que tuvo un durísimo impacto en Wall Street, y la caída de las “punto com” en
el período 2000-2001, es decir las compañías pioneras en el negocio de
Internet.
La
evolución de los principales índices de Wall Street marca el nivel de pérdidas
que impactaron en los inversores de todo el mundo: el Nasdaq, que agrupa a
las tecnológicas, acumula una pérdida de 25,5% en poco más de cuatro meses. El
Dow Jones, que agrupa a las 30 empresas líderes, pierde 11,5%.
A
las inversiones alternativas, como las criptomonedas, les fue aún peor. El
Bitcoin, por ejemplo, cayó 33,5%: había arrancado el año levemente arriba de
los USD 47.000 y ahora cotiza a USD 31.400, su menor cotización del 2022. Al
resto de las monedas cripto le fue todavía peor.
El
oro volvió a ser una de las opciones de inversión que logró sostenerse y actuó
como refugio en un contexto de suba de tasas. La onza acumula una suba de 3,2%
en dólares en lo que va del año. Los analistas recomiendan acumular más para
resguardar el portafolio en medio de un clima de enorme incertidumbre.
Los
bonos fueron otra de las inversiones que arrojó pésimos resultados
prácticamente en todo el mundo. La suba de tasas que está en marcha en los Estados
Unidos implica caída de las cotizaciones, especialmente de los de largo
plazo. El rendimiento del bono a diez años norteamericano pasó del 2% al
3% en pocos meses, lo que implica a su vez una importante caída de la
cotización.Lo que era considerada una inversión segura generó fuertes pérdidas,
incluso para aquellos más conservadores.
A
los bonos emergentes les fue todavía peor. Los fondos comunes
internacionales que invierten en este tipo de activos sufrieron pérdidas que
oscilan entre 10% y 15% en lo que va del año.
Además
del oro, ¿qué otra opción de inversión arrojó resultados positivos? Claramente
fueron ganadoras las empresas del rubro petróleo y energía, ante la suba del
barril por encima de los USD 100 tras la invasión de Rusia a Ucrania.El índice
XLE, que agrupa a las principales compañías del sector, sube 33% en lo que va
del año. Fue claramente la apuesta ganadora y que sirvió para compensar en
parte la caída en otros activos.
En
cuanto a otras opciones locales, los bonos claramente siguen de capa caída y en
las últimas jornadas los de corto plazo (como AL2030) volvieron a perforar los
USD 30, con el riesgo país en niveles de 1850 puntos.
Las
acciones argentinas vienen atravesando un año flojo, pero sin haber sido tan
afectadas por la ola de ventas global. En este caso, mucho tiene que ver la
debacle que sufrieron luego de las PASO del 2019, cuando las caídas oscilaron
entre el 50% y el 75%. Por eso, el margen de caída luce mucho más acotado. El
Grupo Galicia, por ejemplo, cae 10%, mientras que Macro pierde 9%. |