Vaca Muerta volvió a
marcar un elevado nivel de actividad con la puesta en marcha de más pozos
productores de gas para cubrir la demanda en invierno, aunque todavía no volvió
a superar las 1.000 etapas de fractura.
Según
el reporte mensual que elabora Luciano Fucello, country manager de NCS
Multistage, en abril pasado Vaca Muerta registró 906 etapas, casi 4% más que el
mes anterior (873) y más del 230% que un año atrás, cuando golpeaba la segunda
ola de covid-19.
En
los primeros cuatro meses acumuló 3.388 etapas, un 47% más que en el mismo
período del año pasado, cuando sumó 2.299. Con 1.122 etapas mensuales, el
noviembre de 2021 se mantienen como la mayor cifra histórica de fracturas en
Vaca Muerta. En el 2021 totalizaron 10.252. Con este nivel de fracturas, ya se
explica más del 33% de lo realizado el año pasado.
La
mayor actividad se explica por la llegada en mayo de la temporada invernal, los
compromisos asumidos con el Plan Gas.Ar y la
necesidad de producir más shale gas para abastecer a los hogares, comercios e
industrias. Con un incremento de la producción de gas no convencional el
Gobierno busca cubrir la alta demanda de energía, que según se
estima llega hasta triplicarse en invierno.
Luciano
Fucello reveló
que el ranking de empresas con más actividad en Vaca Muerta lo lidera YPF, con 306 etapas, a cargo de las firmas
Halliburton, de Estados Unidos, y Schlumberger, fundada
por dos hermanos franceses. En segundo lugar se ubicó Vista, de Miguel Galuccio, con 162 etapas, también pedidas a
Schlumberger.
La
tercera posición fue para Tecpetrol, que
realizó 123 etapas de fractura con su propia empresa Tenaris, particularmente
en Fortín de Piedra, el yacimiento de shale gas más grande del país, que en
mayo marcó un nuevo récord de producción.
Según
explicaron desde la compañía, el 3 de mayo pasado registraron una producción de
20 millones de metros cúbicos, por encima de los 18,5 millones de abril y los
17 millones de marzo pasado. Hoy Fortín de Piedra, con un centenar de pozos
conectados, genera el 40% del gas no convencional de Vaca Muerta y el 15% del
gas total que se consume en la Argentina.
El
ranking de la actividad en la formación neuquina lo completaron Shell (116
etapas), ExxonMobil (107), Phoenix Global Resources (63), Pluspetrol (19), Pan
American Energy (9) y Capsa-Capex (1).
El
Gobierno se esperanza con una desaceleración de precios y cree que la inflación
de mayo podría rondar el 4%
Por
Mariano Boettner - El Gobierno asume que la inflación de abril será
cercana al 6%, en línea con las expectativas del sector privado, pero se esperanza
con una desaceleración de precios que lleve el índice a un rango de hasta
4% para el índice de mayo que se conocerá en junio. El Poder Ejecutivo
reconoce que solo si “sale todo bien” podría haber una inflación de entre 60 y
65 por ciento a lo largo de todo el año.
Este
jueves se conocerá el índice de precios de abril, tras el histórico 6,7% de
inflación mensual de marzo, la marca más alta en los últimos 20 años. El
Gobierno atribuyó ese fuerte salto –un mes antes ya había escalado a 4,7%– al
shock de precios internacional por la guerra en Ucrania, y consideran que
el programa económico, plasmado en el acuerdo con el FMI, todavía “es muy
nuevo” para tener algún efecto claro en la senda de precios, según admitió una
alta fuente del gabinete nacional.
El
IPC de abril, según estiman en el equipo económico, estaría cerca del 6%,
en línea con lo que proyectaban algunas estimaciones en el sector privado.
“Será menos malo que en marzo”, había anticipado Guzmán. Pasado el impacto
más marcado de la crisis de precios internacionales por la tensión bélica, la
inflación debería retornar a un nivel mensual de entre 3 y 4 por ciento, como
lo fue, por ejemplo, diciembre y enero (3,8% y 3,9%, respectivamente).
La
hoja de ruta inflacionaria del Gobierno fue trastocada por la suba de
commodities y la proyección original, que tenía un tope de 48% para este año,
según el programa económico firmado con el Fondo Monetario Internacional. Desde
temprano esa estimación será “recalibrada” en el marco de la revisión trimestral
con el FMI que empezó en los últimos días.
El
horizonte es, todavía, un escenario abierto. En algunos despachos oficiales, en
las últimas semanas, apareció como número de referencia un 60 por ciento anual
de inflación para 2022. Y eso ya era antes del 6,7% de marzo y el número de
abril, más o menos cerca de 6% que termine siendo.
Desde
el Gobierno admiten ahora que un rango anual de suba de precios de entre
60 y 65% -este último número es el que estimó el Relevamiento de
Expectativas de Mercado (REM) en su última entrega- aparece como una posibilidad
“realista”. “Ese es número es esperable en caso de que salga todo bien”,
se sinceraba este martes por la tarde un funcionario económico.
En
el Poder Ejecutivo confían en el programa macroeconómico que firmaron con el
FMI como sendero para establecer condiciones de desaceleración inflacionaria,
pero aseguran que ese efecto todavía no tiene lugar porque “es muy nuevo”.
“Querían un programa económico, y acá está”, toreaba un integrante del
gabinete.
Kulfas
afirmó que la inflación se agravó por la crisis internacional de precios
(Maximiliano Luna)
La
inflación fue uno de los temas que atravesó la reunión de AmCham de este martes
y, en particular, la inte arte de la historia reciente de la Argentina. Y esto
tiene que ver con un conjunto de factores que hace que la economía Argentina se
comporte en forma intranquila”, dijo por un lado el ministro de Economía Martín
Guzmán.
“Ahora
el foco está en un sentido común sobre qué cosas funciona y qué cosas no
funcionan”, agregó Guzmán. “La inflación tiene múltiples causas. Primero se
ataca con un programa económico que sea consistente. Si no hay recuperación no
hay estabilización posible, y por otro lado se conecten el mediano plazo con el
corto plazo. Hacer cosas que tienen un foco cortoplacista que termina
generando crisis es lo que buscamos evitar”, agregó.
Matías
Kulfas, por su parte, dijo que la situación se ha agravado en el país. “La
inflación es un problema muy importante que tiene la Argentina, problema que se
ha agravado en un mundo que se volvió inflacionario. Primero por una pandemia
que generó desajustes, faltan insumos, el costo logístico se disparó”, dijo
pero se mostró optimista: “son todos problemas que tienen un sendero de
solución”.
La
tesis del ministro de Economía es que habría en los meses siguientes, ya sin
una presión -según esperan- tan s.
De
acuerdo a esta hipótesis un plan económico de estas características –que
busca, como una de sus metas, alinear expectativas– debe tener, por definición,
un apoyo político fuerte, por lo que un ruido interno de esa magnitud conspira
contra su efectividad. |