Por Patricio
Eleisegui - Sigue sin flexibilizarse el acceso a las divisas y la industria
ya opera con todas las luces de emergencia encendidas. A pesar de las promesas
acercadas por representantes del Ministerio de Desarrollo Productivo y el Banco
Central (BCRA) a los distintos sectores, lo cierto es que la disponibilidad de
dólares es por demás de acotada y nichos como la producción automotriz y la
fabricación de electrónica están a un paso de entrar en parálisis.
Entidades
como la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA) volvieron a reclamar
soluciones en el corto plazo y expusieron que existen faltantes de vehículos
por efecto de una producción que perdió velocidad a partir de la escasez
de insumos y componentes.
El mercado interno "viene mostrando una leve
contracción producto de la falta de oferta", expresó Martín Galdeano,
presidente de la organización. Destacó que en este escenario "se hace necesario
encontrar una solución rápida frente a la Comunicación A 7466 del Central
que, como venimos alertado, impactará en la producción del sector".
Las
ventas, por efecto de la falta de unidades, cayó 3,3 por ciento en las
concesionarias. El titular de ADEFA expuso la falta de determinadas piezas como
una de las variables que redundó en esa estadística negativa.
A
tono con Galdeano, esta semana Pablo Di Si, presidente ejecutivo regional de
Volkswagen, pidió resolver cuanto antes el problema de los insumos que
faltan a raíz de las trabas existentes. El directivo elevó ese pedido en
simultáneo al anunció de inversiones en Argentina por 250 millones de dólares
para los próximos años.
Cepo a los dólares para importar: las automotrices
se paralizan
Lo
expuesto por Di Si se condice con lo informado por las terminales en estos
últimos días. Las compañías del sector dan por descontado que, si hay
flexibilización en la disponibilidad de divisas, durante mayo se paralizará la
producción por la falta de abastecimiento de autopartes y materiales clave para
la labor en las plantas nacionales.
A
fines de abril advirtieron, además, que si cae el ritmo de fabricación el
resultado será la suspensión de cuanto menos 80.000 personas.
"Varias
empresas autopartistas nos han informado que no podrán continuar abasteciendo a
las empresas terminales al no haber sido aceptado por parte de sus proveedores
del exterior los cambios en las condiciones comerciales que tenían previamente
a la comunicación A 74612", precisaron ADEFA, AFAC y el gremio SMATA en un
comunicado reciente firmado en conjunto.
"Como
alertamos oportunamente y en reiteradas ocasiones, esta situación continuará
agravándose en los sucesivos meses ya que alcanzará progresivamente al resto de
las empresas autopartistas y terminales, teniendo como resultado paradas
de producción, suspensión del personal de toda la cadena productiva
(aproximadamente unos 80 mil), como así también un impacto negativo muy
significativo en las exportaciones y en el índice de la actividad industrial
(IPI)", añadieron.
El
bloque anticipó que, si no hay una solución política en el corto plazo, los
planes de producción deberán aplazarse así como también las inversiones
previstas para este año.
Pymes industriales, complicadas por las
restricciones
Daniel
Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), señaló que en
el caso de las pequeñas y medianas empresas industriales las restricciones
están generando un "parate productivo" debido al desabastecimiento de
materias primas.
"Las
pymes están sufriendo la falta de materia prima que no se produce en el país. Y
si bien existe un sistema para garantizar el consumo histórico de cada fábrica,
que busca evitar un salto en las compras externas ante la escasez de dólares,
la comparación con la casi nula actividad en pandemia y con el año pasado
muestra un panorama que no se ajusta a las necesidades de la
reactivación", expuso recientemente a iProfesional.
Sin
rodeos, el titular de IPA aportó un ejemplo que grafica la situación:
"Tenemos un socio que casi no pudo importar en 2020 debido a las
restricciones del comercio mundial. Y el año pasado tuvo diez meses la planta
parada. Hoy, tiene compromisos que no puede atender, porque el cupo que le
corresponde es muy bajo. Esos casos se están multiplicando ante la reactivación
de la actividad productiva".
Asimismo,
Rosato alertó que la situación también está generando un efecto no deseado por
el Gobierno. El directivo sostuvo que el proceso de sustitución de
importaciones motorizado por el oficialismo "quedó virtualmente
interrumpido ante las restricciones al Mercado Único y Libre de Cambios (MULC)
debido al desbalance en importaciones de insumos versus productos
terminados".
"Las
importaciones de insumos para la actividad están en el listado de Licencias
Automáticas, mientras que los productos terminados cuentan con Licencias No
Automáticas (LNA). Ante las restricciones y la aplicación del cupo para
importar, se está dando una dinámica de autorizaciones más ágiles de LNA que de
LA, lo que provocó involuntariamente un ciclo de importación de valor
agregado", acotó.
Faltantes: qué pasa en el ámbito de la construcción
En
el ámbito del ladrillo, la falta de acceso a insumos importados ya genera
demora en la conclusión de proyectos y la entrega de unidades. En diálogo con iProfesional,
Darío López, presidente de la Sociedad Central de Arquitectos (SCA) y socio en
Arquitectonika, sostuvo que los plazos de terminación de proyectos pasaron
de un promedio de 24 meses a los actuales 30.
El
directivo brindó detalles de los productos y piezas más afectados por el desabastecimiento. Y
comentó que los proveedores apenas si pueden mantener por una semana los
presupuestos que generan.
"Estamos
en un momento por demás de complicado. Si bien en la construcción hay mucho
componente nacional, lo cierto es que el stock es mínimo y eso se ve agravado
por un consumo de materiales cada vez más elevado", dijo.
"Revestimientos
y pisos tienen demoras de ingreso de por lo menos 60 días. En lo que tiene que
ver con calefones y calderas pasa algo parecido: te venden ahora para
entregarte en dos meses. La mayoría de las cerraduras son importadas, por lo
que tampoco están entrando. Todo se ha ido complicando a gran velocidad",
agregó.
López
señaló, además, que faltan piezas para la instalación de ascensores y también
hay complicaciones para dar con ladrillos y grifería. El dólar que prima en las
cotizaciones, indicó, es el paralelo.
"Las
partes para los ascensores, la electrónica, tiene una demora de por lo
menos 4 meses. Normalmente se los encarga unos 6 meses antes de concluir la
obra. Ahora tenés que pedir todo ni bien iniciás, pero con el inconveniente de
que no sabés si luego el ascensor va a quedar bien porque no tenés el hormigón
construido. No hay forma de medir. Es una combinación de problemas que se
traduce en demoras en la conclusión de viviendas y emprendimientos que podría
pararse", concluyó.
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